En la jornada de ayer, muchos santafesinos se mostraron sorprendidos cuando se conoció que el Broker Inmobiliario alemán Vladi Private Island impulsa la venta de una isla de 2.430 hectáreas ubicada en un brazo del Paraná, en el departamento Garay. El sitio es ofrecido como ideal para ganadería, agricultura, apicultura, o turismo deportivo.
Sin embargo, quien no se manifestó extrañado por la situación fue el senador departamental, Ricardo Kaufmann, quien aseveró que “no es extraño” que se ofrezca este tipo de negocio y que, además “es legal”. Al mismo tiempo, el legislador aseveró que no le parece “significativo” el dato trascendido, “si no fuera por que la ley de tierras” que en estos momentos está en pleno debate en el Congreso de la Nación “nos alerta de que pululan por ahí los inversores extranjeros que invierten, juegan a la bolsa y cuando puede haber una caída transforman la moneda en tierra porque el inmueble conserva el valor y se puede vender cuando pasa el huracán”.
Frente a este escenario, el integrante de la Cámara Alta provincial sugirió que se apruebe la legislación correspondiente a nivel nacional “limitando esas compras a una extensión determinada por parte de extranjeros”, tal como hicieron varios países del mundo.
Actualmente, Kaufmann comentó que la mayoría de las islas ubicadas en esa zona “son ocupadas para ganadería porque son inundables y cuando el río crece hay que trasladar a los animales”. Según agregó, se trata de “tierras marginales”, aunque esto no signifique restarles valor o importancia, pero sí quiere decir que no son útiles para agricultura ni mucho menos para la instalación de proyectos inmobiliarios.
“No son El Tigre ni El Caribe”, dijo el senador.
Finalmente rememoró que en la zona de islas, a lo largo de toda la provincia de Santa Fe, muchas son de propiedad fiscal pero otras pertenecen a particulares que “tienen sus escrituras hace muchos años y, con la legislación vigente, pueden ser vendidas”. Sin embargo reconoció que “en los últimos tiempos se hizo difícil encontrar vendedores porque la soja ha corrido la frontera de la agricultura y la ganadería congestionó esas islas” por lo que sólo resultan útiles para contener animales y siempre y cuando el río no crezca y obligue a la evacuación.