Ni siquiera se ocupa de desmentirlo. Cada vez que alguien le pregunta por su futura gestión, Miguel Del Sel prefiere referirse a “sus equipos técnicos”, antes que enunciar sus ideas sobre los asuntos de Estado. Silenciado por el experto en comunicación Durán Barba, habla solo con los periodistas que no lo incomodan y acepta las indicaciones de todos sus “asesores” sin chistar. ¿Pero quiénes son los hombres de la nueva política detrás de Del Sel?
Miguel Del Sel mira y admira cómo hablan los demás. Dicen quienes lo rodean que solo sueña con su discurso inaugural en la Legislatura y que no se preocupa por la gestión. Sabe que hay un “grupo de expertos” que se van a ocupar de eso.
¿Pero quiénes son los “cracks” del cambio? ¿A quiénes van a elegir por intermedio del humorista los que lo voten? ¿Es verdad que son hombres sin “antecedentes” en la gestión? He aquí una lista de quienes acompañan a “Miguelito” en su aventura en el poder.
Al decir del filósofo Tomas Abraham, ¿qué hay detrás de esta mezcla de “política empresarial con farándula y mucho amor”?
Hay hombres con referencias, en algunos casos tenebrosas, e intereses de corporaciones perfectamente identificadas.
Un repaso por los perfiles de quienes se ubican detrás del candidato permite entender por qué Del Sel, cuando desliza una pizca de su proyecto político, dice cosas como “no hay que despilfarrar, hay que tener un Estado más chico y eficiente”, tal como planteó ante la prensa nacional tras el festejo por los votos obtenidos en las elecciones primarias, la noche del 19 de abril.
He aquí un repaso de algunos de ellos y de sus historias. Para informar y, sobre todo, para advertir, que no es más que una de las funciones del periodismo en estos tiempos de “fotos, logos, globos y mensajes del corazón”.
“El chico de la actividad privada que siempre vivió del Estado”
Por sus antecedentes académicos y laborales, Luciano Laspina, un hombre de 42 años que desde que Del Sel renunció a su banca en la Cámara Baja es Diputado nacional por Santa Fe, podría encasillarse como “el pollo de Juan Carlos Mercier”, el exministro de Hacienda de la última dictadura y dos veces titular de esa cartera en las gestiones de Carlos Reutemann. Muy lejos de la imagen del tipo de la actividad privada, “Lucianito” vive de sus cargos en el Estado desde hace 17 años. Y no con las mejores compañías:
Entre 1998 y 2000 fue asesor de la Presidencia del Banco Central de la República Argentina (BCRA), durante la gestión de Pedro Pou. Su estancia en la entidad abarcó el final del Gobierno de Carlos Menem y el inicio del breve período de Fernando De la Rúa.
Integrante del Centro de Estudios Macroeconómicos (Cema), el think tank fundado durante la última dictadura para apoyar su plan económico y brindarle cuadros técnicos, Pou fue recordado por el diario La Nación cuando falleció -en enero de 2013- como “un economista de pura cepa liberal”. Laspina posee un master en economía en la universidad del Cema.
Del Banco Central, el ahora legislador pasó a la actividad privada. En 2000-2001 trabajó en el estudio del consultor ultraliberal Miguel Ángel Broda, el que vaticinó en 2002 un dólar a $20 y plantea la necesidad imperiosa de una devaluación. Fue en la Secretaría de Política Económica del Ministerio de Economía nacional, en la que se mantuvo durante la devaluación post crisis de diciembre de 2001. Desde 2007, Laspina ligó su suerte a la de Macri, al ocupar el cargo de Economista Jefe del Banco Ciudad de Buenos Aires, hasta que reemplazó a Del Sel en la Cámara de Diputados. Antes fue uno de los cofundadores de la consultora Macrovisión.
El “Experto en Desarrollo Económico” que acomoda licitaciones
Damián Specter se recibió de licenciado en Comunicación Social en la Universidad de Rosario, en 1992. Integra la regional Santa Fe de la Fundación Pensar y Miguel Del Sel lo presentó como el experto en Desarrollo Económico de sus equipos técnicos.
Desde diciembre de 2007 es el director de Promoción de Inversiones de la ciudad de Buenos Aires, donde creó el Centro de Atención al Inversor (CAI) y está a cargo del Distrito Tecnológico porteño.
Si bien no es una personalidad conocida, Specter obtuvo una indeseada aparición en los medios de comunicación cuando el diario Tiempo Argentino reveló que, “como organizador del XII Encuentro Iberoamericano de Ciudades Digitales, realizado el 10 y 11 de octubre de 2012 en el Hotel Hilton de Puerto Madero, gastó $6.000.000”, y que “la licitación para la realización de la actividad la haya ganado el único oferente que se presentó al concurso público: el Grupo SG, del especialista en negocios inmobiliarios Silvano Geler”.
De acuerdo a la investigación publicada por el diario mencionado, ese año Geler no solo obtuvo la licitación del encuentro de Ciudades Digitales como único oferente, sino que también consiguió otros cuatro contratos por un total de 12.100.000.
Luego de la polémica que se desató por el nexo del funcionario de Desarrollo Económico con su empresario amigo que no paraba de ganar licitaciones, el Gobierno porteño debió suspender Buenos Aires Futura, que ya había preadjudicado por $5.000.000 a esa misma compañía y se iba a realizar en el Planetario.
La pata empresarial: Puertos en Rosario, ese enemigo del Puerto de Santa Fe
Gustavo Luis Nardelli, un empresario de 53 años de reconocida trayectoria en la provincia y parte de una familia tradicional del norte provincial, también forma parte del grupo de asesores de Del Sel. Nardelli es conocido como el “inversor”, debido a sus fuertes aportes para la campaña y cuyas devoluciones, se presume, se harán con algunos beneficios desde el Estado.
Afincado en San Lorenzo, participa de la empresa familiar Vicentín, de la localidad de Reconquista, y tiene o tuvo intereses en otras firmas como Inmobiliaria Funcional SA y Negu SRL. Se sabe que hizo pie en el sur de nuestra provincia cuando Vicentín se incorporó a Terminal Puerto Rosario, la operadora de los muelles locales concesionados.
Desde hace un lustro es director de TPR y participa de la administración de la terminal portuaria, así como también está vinculado al negocio del biodiesel en el cordón industrial del Gran Rosario.
Un dato no menor: mientras Del Sel asegura que el Gobierno Socialista benefició a Rosario, su hombre experto en negocios forma parte del principal lobby encargado de frenar el proyecto de traslado del Puerto de Santa Fe.
El ministro eterno, el encargado de privatizar al Estado santafesino
Juan Carlos Mercier es un contador de 72 años que ingresó a la administración pública santafesina en 1960, en la entonces Dirección Provincial de Rentas. Durante la última dictadura, entre 1981 y 1982 fue Vicepresidente del Banco Provincial de Santa Fe, cargo que dejó ese mismo año para convertirse, por primera vez, en Ministro de Hacienda de la provincia hasta la finalización de la dictadura, en diciembre de 1983.
Luego se desempeñó en la actividad privada hasta que en 1991 Reutemann lo convocó para que volviera a Economía. En la ola privatista-neoliberal de los ‘90 enajenó del patrimonio público la entonces Dipos –que pasó a ser Aguas Provinciales y controlada por una firma francesa– y preparó la privatización del Banco de Santa Fe.
Durante el segundo período de Gobierno de Reutemann retomó el control de la hacienda provincial, esta vez en un contexto de crisis. Congeló salarios y jubilaciones y les arrebató el 13 % a los empleados públicos cuando el contexto lo indicaba, pero no emitió cuasi monedas –como varias provincias–, algo que los amantes del credo neoliberal le recuerdan con gratitud.
Mercier fue también dos veces Senador provincial por el departamento La Capital.
En 2011 intentó ser Gobernador pero las urnas se lo negaron rotundamente. No obstante, este año del Sel lo designó como responsable de la sede Santa Fe de la fundación Pensar, la usina técnica que le prepara sus programas de gobierno.
La Pata Gremial: Jorge Molina, el amigo de los amigos de Del Sel
Muy pocos se sorprendieron con el acuerdo del PRO con una parte del PJ en la capital provincial, que incluye al más poderoso de los gremios estatales: UPCN.
Si bien se argumenta que el “acuerdo” se explica porque el Secretario General del gremio empuja la idea de convertir en Intendente al nieto de Alberto Maguid, Sebastian Pignata, todos saben que detrás de eso hay un acuerdo macro en el que se comprometieron áreas estratégicas del Estado para que sean manejadas por el nuevo líder sindical. En los “pasillos del acuerdo”, se habla de una promesa para que el dirigente conduzca, a partir del 10 de diciembre, la Lotería de Santa Fe y la administración de la Caja de Jubilaciones.
Molina, de 55 años, tiene una calidad de vida muy difícil de explicar desde su actividad pública. Durante los últimos años fue propietario de una radio FM junto al empresario PRO, Augusto Borlle, y vicepresidente del Club Unión de Santa Fe. Renunció a ese cargo, enfrentado al actual presidente, Luis Spham, quien lo acusó de ser dueño de pases de jugadores, entre los que se destacaba el volante Paulo Rosales.
Molina, titular de UPCN, no realizó declaraciones públicas tras las insólitas declaraciones de su candidato a la Gobernación, que aseguró que “ninguna persona se merece ser empleada pública”, a lo que agregó que “la mayoría de los empleados públicos fichan y se van a la peatonal”.
Ese silencio le valió un fuerte reproche dentro del gremio, donde ven con preocupación el destino del dirigente si finalmente Del Sel gobierna y cumple con los planes de Mercier y Laspina, ya probados durante las gestiones de Carlos Reutemann.
Los viejos muchachos del acuerdo “Ropa de trabajo”
El polifuncional funcionario Macrista de origen santafesino Álvaro González es otro de los “preferidos” de Mauricio para acompañar la eventual gestión de Del Sel. El mencionado fue funcionario provincial del PJ en Santa Fe durante el Gobierno de Víctor Félix Reviglio y, junto a su empresa en sociedad con el mencionado Augusto Borlle ABG, fueron protagonistas de una investigación de la Justicia Federal por presunta evasión impositiva y estafa al fisco.
Ambos fueron sobreseídos por la Justicia Federal, pero todos los recuerdan como “especiales asesores” de Alberto Maguid en la puesta en marcha de la empresa textil Malvinas Argentinas, que se dedica a la confección de “Ropa de trabajo” de los empleados públicos, que se financia con un aporte de todos los empleados públicos, incluidos los que no son afiliados al gremio.
Si bien la justicia cerró la causa, ambos nombres aparecen vinculados a Del Sel como miembros “del cambio y la nueva política”, pero mantienen vínculos con el Estado desde 1987 y continúan vinculados a las actividades de la gestión Macri, asesorándola desde AGB.
LA PRÓXIMA SEMANA, SEGUNDA PARTE