Un joven británico de 22 años, Jack Fenton, ha muerto decapitado por las hélices de un helicóptero en Atenas (Grecia) cuando se estaba bajando de este.
Al finalizar un viaje desde Mykonos, este universitario, que estaba de viaje con un grupo de amigos, se bajó del helicóptero y caminó hacia su parte trasera, supuestamente para hacerse una foto, y fue ese el fatal momento en el que las hélices, aún en movimiento, alcanzaron su cuerpo.
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Los investigadores griegos afirman que Jack había vuelto corriendo a la pista después de desembarcar para poder tomarse un ‘selfie’, a pesar de las advertencias del personal de tierra. Los amigos del joven, testigos de la tragedia, lo desmienten.
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Según recoge DailyMail, ellos defienden que «no se dieron instrucciones al salir del helicóptero» y «nadie» les acompañó al interior del edificio, sino que simplemente les abrieron las puertas del helicóptero, sin darles más indicaciones de seguridad.
El piloto y dos tripulantes de tierra ya han testificado y podrían enfrentarse a delitos de negligencia u homicidio involuntario si se confirma que los pasajeros desembarcaron cuando no era seguro. La madre de Jack, Victoria, ha explicado, también a DailyMail, que su familia está «completamente devastada» por la pérdida de su «niño maravilloso».
Ioannis Kandyllis, presidente del comité griego de accidentes de aviación, asegura que Jack desobedeció a la autoridad y que «corrió» hacia el helicóptero mientras estaba siendo escoltado hacia la salida.
Kandyllis ha explicado que «las regulaciones de aviación requieren que el desembarque se lleve a cabo cuando las hélices se hayan detenido por completo o cuando la tripulación experta acompañe a los pasajeros», y a continuación se desembarca por las puertas laterales. «Todos fueron escoltados de manera segura», ha defendido, pero él «se dio la vuelta y salió corriendo».
