La ex jugadora de tenis Martina Navratilova, de 66 años, ha sido diagnosticada con un doble cáncer, de mama y garganta.
La ex tenista norteamericana de origen checo fue diagnosticada de la enfermedad el pasado mes de noviembre.
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La norteamericana lleva luchando contra el cáncer desde el pasado noviembre, cuando le fue descubierta la enfermedad tras someterse a diversas pruebas tras sentirse indispuesta.
Navratilova ya superó con éxito hace más de 13 años un cáncer de pecho, que ahora a vuelto a reproducirse, gracias a una terapia de radiación, aunque personas cercanas a la familia apuntan que ambos tumores se encuentran en un estadio inicial, por lo que la perspectiva del tratamiento es altamente positiva.
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La legendaria tenista, que jugó hasta los 50 años y es ganadora de 59 títulos de Grand Slam durante su carrera deportiva entre individuales (18), dobles y dobles mixtos, recibirá tratamiento de forma inmediata y no podrá asistir presencialmente a Melbourne al próximo Open de Australia, que arranca el 16 de enero.
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“Prefiero hablar lo menos posible y aportar cosas que el aficionado no pueda encontrar en Google, como las estadísticas. No quiero contarles lo que está ocurriendo, sino por qué está ocurriendo”, prosigue la exjugadora, que hace un año acusó a la cadena británica de valorar más a los comentaristas masculinos, al enterarse de que John McEnroe cobraba 10 veces más que ella por comentar partidos de Wimbledon. “Nos dijeron una cosa, pero luego los datos salieron a la luz y nos dijeron otra distinta. Una vez que se supo todo, ellos lo arreglaron”
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Hace un par de años, Navratilova reprendió mediante una carta abierta a Margaret Court, la tenista (hombre o mujer) con más Grand Slams (24) de la historia. La australiana, ahora pastora cristiana, manifestó que el tenis “está lleno de lesbianas” y atacó duramente al movimiento LGTB. “Ahora está claro quién es Court: una jugadora asombrosa, y también racista y homófoba”, redactó la estadounidense, que en 2012, después de haber escuchado el reiterado desprecio de la oceánica, saltó a la pista central de Melbourne (llamada Margaret Court Arena) con una camiseta con la bandera arcoiris.
En el presente, contempla con admiración el discurso de la futbolista norteamericana Megan Rapinoe, capitana de la selección de EE.UU. y también muy crítica con Trump, hacia el que dirigió buena parte de su discurso tras conquistar del último Mundial. “Es fantástico lo que está sucediendo. Parece que lo del matrimonio gay y todo esto ha ido muy rápido, pero si vives en medio de ello va muy lento… Cuando alguien reconoce que es homosexual, ahora ya no sale en los titulares y estoy emocionada. Esto es exactamente por lo que he estado peleando durante décadas”, cerró Navratilova.