Gilda comenzaba a dar sus primeros pasos en la música, en una época donde la “movida tropical” era liderada por hombres y muy pocas mujeres. Sin embargo si carisma y ese ángel del que hablan sus fans la hacían diferente.
Ella estaba destinada a convertirse en una estrella, solo que con su pronta muerte, lo haría desde otro plano.
Con cuatro discos de estudio, la cantante comenzaba a sobresalir, cuando un 7 de septiembre de 1996 mientras se dirigía a la Provincia de Entre Ríos por la Ruta Nacional 12 sobre el kilómetro 129, un camión de la empresa brasileña Interpress, tras morder la banquina, intentó volver al camino e impactó de frente contra el vehículo donde se desplazaba la cantante y su comitiva, ocasionando el accidente fatal que se cobraría las seis vidas.
Sin embargo, Gilda se transformaría en un fenómeno inexplicable, y a partir de su fallecimiento, su música e imagen no tuvieron límites ni fronteras. Desde la movida tropical, su cuna, pasando por el Pop, hasta el Rock Nacional, artistas reconocidos versionaron sus temas y sus canciones son parte del ADN argentino.
Entre la larga lista de reconocimientos, también forman parte de homenajes Los Charros, Vicentico, Sharon la Hechicera y Natalia Oreiro, quien además interpretó a la cantante en “Gilda, no me arrepiento de este amor”, el filme de Lorena Muñoz que se estrenó el 15 de septiembre de 2016.
Entre otras representaciones artísticas que se hicieron de la artista en 2015, su vida se vio retratada en la obra de teatro “Gilda”, escrita y protagonizada por Florencia Berthold, y en su única biografía “Gilda, la abanderada de la bailanta”, publicada por Alejandro Margulis en 2012.
A nivel internacional también alcanzó a youtubers e influencers de otras latitudes como la dupla española Sebas y Nuri del canal SN Challenge -muy pendiente de la cultura argentina- y el afamado británico Lewis Shawcross, que grabó varios videos “reacción” sobre la música de la cantante.
Hoy, a 26 años de su partida, su santuario ubicado en el lugar del accidente donde miles de fans le rezan, asegurando que es milagrosa, Gilda, quién en sus comienzo fuera maestra de nivel inicial, continua brillando con la fuerza de sus canciones y llevando alegría en cada fiesta, reunión o juntada con amigos.
Con las manitos en alza y al ritmo de “No me arrepiento de este amor”, la tristeza por su partida se apacigua despacito, porque su legado estará siempre en el corazón de los argentinos.