Guillermo Carmona, titular de la Secretaría de Malvinas, dependiente de la Cancillería argentina, manifestó a Sputnik la consternación por la revelación de un documento clasificado que confirmaría el envío por parte de la Marina británica de 31 armas nucleares durante el conflicto bélico de 1982 entre el Reino Unido y Argentina en el Atlántico Sur.
El Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de Argentina hizo pública su preocupación ante la revelación de documentos secretos del Ministerio de Defensa británico, que publicó el sitio Declassified UK el 4 de enero pasado.
Guerra de Malvinas: reclamarán al Reino Unido información del uso de armas nucleares
El Reino Unido movilizó 31 armas nucleares durante la Guerra de Malvinas, el conflicto bélico que mantuvo con Argentina por el control de las islas del Atlántico Sur, entre el 2 de abril y el 14 de junio de 1982.
El Gobierno Nacional lanzó “Agenda Malvinas 40 años”
El
documento expuesto, que tiene fecha del 6 de abril de 1982, confirma lo que ya había admitido el Gobierno británico en 2003, pero con mayor lujo de detalle, al especificar la cantidad de armamento nuclear enviado y las embarcaciones que lo transportaron.
“A 40 años de la Guerra de Malvinas, nos sigue preocupando, a partir de las revelaciones que estamos buscando confirmar y de las que hemos tomado conocimiento, la presencia de armas nucleares. Determinan una mayor gravedad de los hechos que ya estaban confirmados y protestados por Argentina”, dijo a Sputnik Guillermo Carmona, titular de la Secretaría de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur argentina.
El Tratado para la Proscripción de Armas Nucleares en América Latina y el Caribe, más conocido como Tratado de Tlatelolco, redactado en México en 1967, estableció como zona libre de este tipo de armamento de destrucción masiva a la región y sus aguas circundantes, incluidas las Islas Malvinas.
“Desde 2003, se tuvo conocimiento por información confirmada por el propio Ministerio de Defensa británico de la presencia de armas nucleares en la Guerra de Malvinas. El Reino Unido minimizó los hechos y sostuvo que no había violado el Tratado de Tlatelolco y manifestó que esas armas habían sido retiradas y desactivadas”, comentó Carmona.
El Gobierno de la ex primera ministra británica Margaret Thacher (1979-1990) envió armas submarinas nucleares a bordo de tres buques de la Marina, 18 en el portaaviones HMS Hermes, 12 en el portaaviones Invincible —donde sirvió el príncipe Andrés, hijo de la reina Isabel II— y una en el buque Regent, auxiliar de la flota real.
Enorme preocupación
El documento titulado Top Secret Atomic, afirma que la presencia de armas nucleares generó “enorme preocupación” entre los funcionarios diplomáticos en Londres por el daño físico y político que podrían causar.
Los ministerios de Defensa y de Relaciones Exteriores británicos habrían tenido una acalorada disputa interna por el tema. La cartera diplomática solicitó el retorno de las armas, pero la Marina se negó.
“En caso de tensión u hostilidades entre nosotros [por el Reino Unido] y la Unión Soviética concurrentes con la Operación Corporativa [el nombre en clave dado a la liberación de las Malvinas] la capacidad militar de nuestros buques de guerra se vería severamente reducida”, aduce el informe.
Las armas en cuestión eran bombas WE.177A, con un poder de entre 0,5 y 10 kilotones, elaboradas por el Reino Unido y diseñadas como ojivas antisubmarinos durante la Guerra Fría, en el marco de la política de defensa coordinada de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), la alianza militar intergubernamental de países de occidente, frente a la Unión Soviética y sus aliados del Bloque del Este, unificados por el Pacto de Varsovia, donde Argentina no formaba parte.
El archivo indica que no existió riesgo de una “explosión tipo bomba atómica”, sin embargo, existía la amenaza de la “eliminación de material fisionable” si alguna de las armas se dañaba, lo que podría provocar hasta 50 “muertes adicionales” por cáncer.
Argentina reiterará su reclamo al Reino Unido para corroborar la veracidad de la información develada en el marco de su invariable política contraria a las armas nucleares así como respecto de su uso y prevé plantear esta situación ante los organismos internacionales.
“Esta revelación reabre el tema. En caso de tener confirmación, adoptaremos las medidas diplomáticas que correspondan: exigir explicaciones nuevamente y realizar las denuncias correspondientes”, aseguró el secretario de Malvinas.
A los reclamos se han sumado otros funcionarios públicos argentinos, como es el caso del Gobernador de la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, Gustavo Melella, entre otros.