Advierten sobre el incremento del consumo de drogas ilegales en la ciudad de Santa Fe: los datos alarmantes
La suba es en comparación con años anteriores, donde los ingresos a guardia por esta ingesta tóxica eran estables. Una exhaustiva investigación de especialistas del Hospital Cullen advierte sobre un incremento de ésta y de otras sustancias psicoactivas (marihuana), y la peligrosa mezcla con alcohol.
Luciano Andreychuk
Un exhaustivo estudio realizado por profesionales especialistas del Hospital “José M. Cullen” de la ciudad de Santa Fe arrojó datos preocupantes sobre el incremento en el consumo de drogas ilegales en la ciudad, particularmente de cocaína. La investigación comenzó en 2018, y prosigue en la actualidad. Desde aquel año hasta julio de 2022, los registros de ingreso por Guardia relacionados a la ingesta de cocaína se mantenían relativamente estables; pero desde agosto a diciembre del año pasado hubo un salto en el consumo de esta droga altamente adictiva en aproximadamente un 30%.
La mayoría de los casos de pacientes ingresados con ingesta de cocaína están dentro de la franja etaria que va de los 18 a los 28 años, es decir, personas muy jóvenes. Pero también se registraron casos de pacientes de entre 30 y 40 años como consumidores de esta droga que ingresaron a la Guardia del hospital.
El otro dato alarmante es que en los casos atendidos, se detectó que muchos pacientes habían mezclado cocaína con alcohol, un “cóctel” que puede resultar en algunos casos fatal. También se registró un incremento de ingresos por consumo de otras drogas psicoactivas (como marihuana), de psicotrópicos (benzodiacepinas) y de alcohol.
El estudio, como se dijo, fue comenzado en 2018 por iniciativa del Dr. Gabriel Martínez Dorr, Jefe del Servicio de Emergencias del Cullen; en conjunto con el Área de Toxicología del Laboratorio Central, que está a cargo del Dr. Carlos Mastandrea -quien se encarga del procesamiento de las muestras y el análisis de los datos obtenidos-, además de la participación activa de otros profesionales médicos y bioquímicos. Hay pocos antecedentes (si los hay) a nivel nacional sobre estudios de este alcance, de análisis estadístico y de sostenimiento en el tiempo.
Motivos de ingreso
El trabajo empezó diferenciando los motivos de ingresos a la Emergencias Médicas. “Los pacientes que ingresan a la Guardia son clasificados en cuatro categorías: heridos de arma blanca; heridos de arma de fuego; politraumatismos (por ejemplo, luego de un accidente de tránsito) y pacientes con sospecha de ingesta de alguna sustancia psicoactiva”, explicó a El Litoral el Dr. Mastandrea.
Con respecto a esta última categoría, el estudio se fue perfeccionando con el tiempo. “En el primer año de pandemia (2020), registramos pocos casos. Ya en 2021, comenzaron a reaparecer los ingresos por ingesta de sustancias psicoactivas. Lo llamativo fueron los registros de 2022: hasta julio, las estadísticas venían muy similares a años anteriores. Pero desde agosto hasta diciembre inclusive del año pasado, se notó un incremento de alrededor del 30% en los casos positivos para cocaína”, advirtió el especialista.
“Otro dato que realmente preocupó a los especialistas del Hospital Cullen es que casi todos los casos de cocaína positivo, estuvieron asociados con la ingesta simultánea de alcohol”, manifestó el médico. Además, en el estudio se registró un aumento porcentual similar en pacientes con ingreso por consumo de marihuana.
También en la investigación se detectaron muchos casos de personas que ingresaron por intoxicación con benzodiazepina (sustancias sedantes, hipnóticas, ansiolíticos, etcétera). “Vemos que hay un recrudecimiento en cuanto al consumo y a las sobredosis que ocasionan estos tipos de medicamentos”, dijo Mastandrea.
La peligrosa mezcla
¿Por qué puede ser tan peligroso mezclar el consumo de cocaína con el de bebidas alcohólicas? “En esa combinación ocurren ciertas transformaciones químicas a nivel del hígado, que generan sustancias intermediarias (etilcocaína) que son altamente cardiotóxicas, es decir, afectan la parte cardiovascular (corazón, presión arterial) y a su vez, aumentan las posibilidades de accidentes cerebro vasculares (ACV)”, explicó Mastandrea.
La cocaína, en el consumidor habitual, va generando alteraciones muy importantes a nivel de la corteza prefrontal del cerebro. “Es un área donde se coordina el control de las emociones, del estado de ánimo, la toma de decisiones, etcétera. Todo esto se altera (por la droga), que es una parte clave del sistema nervioso central”, explicó el médico toxicólogo. Esto da lugar a que la persona consumidora genere una negación de su problema, la adicción.
El otro punto que se ve alterado por la ingesta de cocaína es el denominado sistema de recompensa cerebral. “Esta área del cerebro es estimulada por cuestiones fisiológicas: las relaciones sexuales, los alimentos, las relaciones interpersonales, momentos con la familia o los amigos. Y la cocaína ataca significativamente esta área. Es decir, reduce la capacidad de desear vivir esas instancias de la vida que nos hacen sentir bien, y todo queda supeditado a depender sólo del consumo de esa sustancia”, añadió.
La cocaína pasa a ser lo único importante, y el adicto se olvida de la alimentación, de socializar con amigos o su familia: “Hablamos de las condiciones básicas del ser humano. El adicto a la cocaína se olvida de todo aquello que nos hace felices de una forma natural. Esa persona ingresa en una suerte de cuadro pseudo depresivo, que lo lleva sólo a querer consumir más y más”, precisó.
Cómo ayudar
-¿Qué decirle al padre o a una madre de un hijo que consume cocaína? ¿Cómo orientarlos para que empiecen a buscar ayuda y así sacar a ese joven de la adicción?, consultó el Litoral al Dr. Mastandrea.
-La recomendación que se puede dar es que se trate de recurrir a alguna institución donde se pueda dar un abordaje interdisciplinario, donde se trate desde lo psiquiátrico, desde lo psicológico, desde distintos tipos de contención. Incluso no sólo que se asista al individuo consumidor, sino también al grupo familiar y al entorno. Esa esfera de entorno será una malla de contención que será clave para que esa persona salga adelante y pueda recuperarse.
Más allá de hacer un buen tratamiento, si no hay un buen sistema de contención en la familia y grupo de amigos, hace que sea muy difícil la recuperación. Por eso nos parece importante recurrir a grupos interdisciplinarios que abarquen todos los aspectos de la vida de esa persona con conducta adictiva.