Asaltos cada vez más violentos
Como todos los domingos, José Nei (70) se preparó para su rito más sagrado: visitar la tumba de su esposa y llevarle unas flores. Desde hace poco más de dos años, repite esta íntima ceremonia en cuerpo y alma. “No le he fallado ni un solo domingo”, dijo.
Eran poco más de las 7 de la mañana, cuando José dejó su casa de barrio Centenario y salió en dirección hacia el Cementerio Municipal. Pero llegó demasiado temprano, y se puso a esperar a que abriera el negocio donde siempre compra las flores.
Buscando algo de refugio llegó hasta la garita donde se espera el colectivo y comenzó a charlar con una mujer que también aguardaba por flores.
Fue entonces cuando la apacible mañana de domingo se transformó en pesadilla. De repente apareció en escena un sujeto el que, exhibiendo un arma de fuego, increpó a José.
“¡Dame el celular y la plata!”, gritó el malviviente mientras realizaba señas amenazantes. “No tengo nada… no tengo nada”, fue la respuesta que dio el indefenso hombre.
La puja se prolongó algunos segundos hasta que el rufián, con la culata de su arma, le asestó un terrible golpe en la cabeza al anciano que se desplomó junto a un árbol, ya con sus ropas bañadas en sangre.
Cometida la cobarde acción su autor se dio a la fuga
Minutos después, una unidad de Cobem asistió al hombre en el lugar y lo trasladó hasta el hospital Cullen, donde le diagnosticaron traumatismo de cráneo y herida cortante en cuero cabelludo. Fueron necesarios cuatro puntos de sutura para superar la lesión.
Pasado el tremendo susto, José seguía visiblemente conmocionado. “Yo no sé dónde vamos a terminar. Qué hace la policía que no patrulla, que no se la ve por la calle. Qué hacen las autoridades del gobierno para frenar todos estos robos. La gente decente ya no puede salir a la calle. Esto ya no va más”, sentenció.
Panadero herido
Un rato después un panadero atravesó un dramático momento cuando quedó a merced de varios delincuentes que lo asaltaron en barrio Santa Marta.
Carlos Miguel Ganchier, de 21 años, continúa la tradición comercial de su familia. Es uno de los hijos del fundador de la panadería Alemar.
Esta mañana, cercan de las 9, Carlos realizaba su reparto de pan a bordo de un utilitario Renault Kangoo. El nombrado circulaba por calle La Pampa al 5900 cuando se detuvo para bajar mercaderías en un negocio. Fue entonces cuando varios sujetos creyeron tener su oportunidad y lo increparon.
A los pedidos de “pago de peaje” (dar dinero) le siguieron insultos y amenazas. Luego uno de los malvivientes pateó la puerta trasera de la Kangoo y le rompió sus vidrios. Cuando el panadero quiso reaccionar ya tenía encima a varios rufianes que comenzaron a darle trompadas y patadas. Tras la paliza los cacos se dieron a la fuga.
Poco después Carlos ingresó al hospital Mira y López en comprensible estado de shock. Fue asistido por la Dra. Verónica Prietto, quien tras los estudios de rigor le diagnosticó politraumatismos y luxación de hombro derecho, siendo derivado luego a un sanatorio privado.
Motociclista
En tanto, otro joven terminó herido a poco de sufrir una golpiza de parte de varios sujetos que le robaron su moto.
El hecho ocurrió esta mañana en cercanías de Zavalla y pasaje Koch, por donde circulaba en su moto Francisco Perafán, de 27 años.
Pero en un momento dado, el nombrado fue interceptado por tres individuos los que, bajo amenazas y con un arma de fuego lo despojaron de su rodado.
Claro que antes de escapar le dieron a la víctima una verdadera paliza, que le significó lesiones traumáticas a nivel del cráneo y en una de sus piernas.
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