Así luce por dentro “Clarence House”, la lujosa residencia donde vive el rey Carlos III
Este edificio construido por John Nash, entre 1825 y 1827, es, por el momento, la residencia del Rey británico desde 2003
Ubicada en The Mall, la arteria que une el Palacio de Buckingham con Trafalgar Square, es una de las residencias reales de Londres y, hasta el momento, el hogar del rey Carlos III y su esposa, Camila, la Reina consorte. Y decimos hasta el momento, porque hasta que no acaben las obras que se están llevando a cabo en el Palacio Buckingham (y que está previsto que acaben en 2027), ambos han manifestado su deseo de permanecer en esta casa. De hecho, fue en 2003, cuando entonces era príncipe de Gales, cuando se trasladó a vivir aquí, justo un año después de la muerte de su abuela, la Reina Madre, que vivió en la casa más de 50 años junto a la princesa Margarita, aunque la menor de sus hijas acabaría instalándose tiempo después en un apartamento del palacio de Kensington.
Una casa especial para el rey Carlos III
El rey Carlos ha manifestado en alguna ocasión su resistencia a trasladarse al imponente Palacio de Buckingham, residencia habitual de los monarcas británicos. Aunque, bien es verdad, que es su lugar de trabajo para despachar los asuntos oficiales.
Por otro lado, tampoco es de extrañar el fuerte vínculo que le une a esta casa porque en ella pasó parte de su infancia, desde 1948 hasta 1953, cuando su madre se convirtiera en Ia reina Isabel II y la familia se trasladara a Buckingham.
El edificio es obra del arquitecto y urbanista inglés John Nash que lo construyó por encargo del duque de Clarence que, en 1830, acabó convirtiéndose en el rey Guillermo IV.
En principio, Clarence House se construyó siguiendo los principios clasicistas del estilo Regencia, aunque con el paso de los años sufrió muchas reformas, especialmente después de la II Guerra Mundial. A pesar de todo, el edificio, de cuatro plantas, sigue manteniendo esa armonía clásica en su fachada en la que destaca un imponente pórtico con columnas dóricas que da acceso a la vivienda, para muchos una de las últimas casas aristocráticas que quedan en Londres.
Clarence House posee un gran jardín diseñado, entre 2004-2005, por el propio Carlos que quiso de esta manera honrar la memoria de su abuela, la Reina Madre.
Un hall que parece una galería de arte
La entrada principal conduce a un hall que se asemeja a una galería de arte, y nunca mejor dicho. A lo largo de ella se pueden ver cuadros, esculturas, muebles y piezas de cerámica de gran valor. Justo al fondo, junto a la escalera y colgada del techo, se puede ver el estandarte de la Reina Madre, perteneciente a la secular Orden de la Jarretera.
Es justamente esta primera planta del edificio la que se abre al público (únicamente dos meses en verano) para poder admirar cinco salas (que se abren a ambos lados del hall) en las que tanto el Rey como la Reina consorte realizan sus actividades cotidianas, ya sea recibiendo a diplomáticos, reyes, presidentes o manteniendo reuniones con representantes de la sociedad británica.
‘Lancaster Room’
En esta estancia suelen esperar los visitantes que vienen a ver a Carlos y a Camila. Tal y como se puede ver se trata de una sala de estilo decorativo un tanto ecléctico. Al parecer esta sala conserva una apariencia muy parecida a la que existía cuando vivía la Reina Madre en la casa.
La estancia, de planta rectangular, está presidida por una chimenea con embocadura de mármol; dos estanterías de diseño muy clásico y muebles que recuerdan al estilo ‘chippendale’, típicamente inglés y que tuvo su mayor época de esplendor entre el siglo XVIII y XIX.
‘Morning Room’
Esta es, quizás, una de las salas que más fielmente recuerda al estilo ‘chippendale’. Decorada en tonos azulados, la elegancia decorativa de esta estancia está marcada, además de por los muebles, la chimenea o las cortinas, por el espléndido techo de escayola que muestra decoraciones en estuco de la corona británica en cada extremo de la habitación. Esta sala ha sido testigo del encuentro de Carlos con grandes personalidades, incluidos los Reyes de España.
No hay que olvidar que el rey Carlos emprendió una redecoración y actualización de los interiores que encargó al afamado interiorista británico Robert Kime, quien se encargó de la decoración de interiores actualizándola, eso sí, conservando la esencia que imprimió la Reina Madre, que vivió durante tantos años en la casa.
En ella podemos ver una auténtica exposición de obras de arte, antiguedades y fotografías personales de la familia británica. Destaca el sofá ‘chippendale’ de 1773 en el centro de la habitación con sillas a juego y unto a la chimenea un pedestal de mediados de siglo que actúa como lámpara. A ambos lados de la ventana del fondo se pueden ver un retrato del rey Jorge con sombrero, y otro del escritor George Bernard Shaw, obra del pintor Augustus John. Encima de la chimenea domina la estancia también un retrato de la reina Isabel.
Obras de arte por doquier
En este rincón de la sala ‘Morning room’ se puede ver sobre la puerta un boceto realizado por el pintor Graham Sutherland de la Reina Madre y un bodegón floral pintado por Henri Fantin-Latour que data de 1881 y que pertenece a la colección de la reina Isabel
Flanqueando la puerta una silla de madera tapizada en color verde agua con detalles dorados, obra de Thomas Chippendale y un reloj de pie de finales del siglo XVII, obra de Thomas Tompion, todo ello también perteneciente a la colección real.
‘The Library’
Esta sala es una estancia intermedia entre ‘The Morning Room’ y el comedor o ‘Dinning Room’, de hecho desde aquí se tiene acceso directo. Presidida en el centro por una amplia mesa redonda, la estancia es utilizada como sala de recepción para reuniones de carácter informal. Una lámpara de cristal y dos estanterías colmadas de libros a ambos lados de la puerta ponen una nota cálida y acogedora en el espacio.
‘Dining Room’
Presidiendo el centro de la sala destaca la mesa rectangular de madera con capacidad para doce comensales y las sillas a juego al más puro estilo ‘chippendale’ por el fino trabajo de ebanistería. Los techos con molduras de escayola y una cornisa en tono más oscuro recuerdan en cierta manera al estilo ‘pompeyano’, lo que pone de manifiesto el eclecticismo que caracterizaba al denominado ‘estilo Regencia’ que fue el que predominó en Gran Bretaña durante el siglo XIX, aunque en algunos aspectos fue un periodo desde el punto de vista de la estética arquitectónica un heredero del estilo anterior, el ‘Georgiano’, así llamado por los cuatro reyes Gorge que reinaron en Inglaterra entre 1714 y 1830.
‘The Garden Room’
Se llama así, ‘la habitación del jardín’ porque dispone de cuatro grandes ventanales que dan directamente a los jardines que rodean Clarence House (y que comparte con el palacio adyacente a la casa, St. James). Esta estancia se creó al separar dos de las habitaciones que utilizaba la princesa Margarita cuando residía en la casa. Funciona en la actualidad como un lugar de recepción, un poco más privado, de los invitados de los Reyes.
En esta estancia se percibe la labor que realizó el interiorista Robert Kime, que dotó al espacio de un toque de opulencia, pero al mismo tiempo acogedor, encontrando una armonía perfecta entre lo contemporáneo y la riqueza de las antigüedades y el estilo refinado de la arquitectura de la estancia.
Influencias orientales
En The Garden Room destaca también este refinado secreter del siglo XVII, de madera lacada en rojo y negro y con una preciosista decoración de influencia oriental, lo que nos está hablando del carácter ecléctico del estilo Regencia, que incorporaba influencias orientales a la decoración mobiliaria.
Otro rincón de The Garden Room donde se puede ver un busto en bronce de la Reina Madre realizado por Arthur Walker; en la pared un cuadro de Leandro Bassano que representa el Arca de Noé y un mueble bajo de madera de estilo francés con un fino trabajo de marquetería.
El recuerdo de la Reina Madre, siempre presente
Esta galería se conoce como ‘Horse Corridor’ y forma parte de la ampliación que se llevó a cabo en la casa en 1870. Decorada en tonos predominantemente rojos, con paredes enteladas, este pasillo es un claro homenaje a la Reina Madre que siempre demostró un gran amor por los caballos, tal y como se puede observar por los numerosos cuadros que tienen como protagonista a este animal.