Video
Aumentan los rumores: ¿existieron los gigantes de la Patagonia?
La primera mención de estos gigantes apareció en los relatos del cronista italiano Antonio Pigafetta sobre los viajes de Fernando de Magallanes en la década de 1520.
La Patagonia ha sido durante mucho tiempo objeto de fascinación y mitos, especialmente en lo que respecta a sus supuestos habitantes gigantes. La primera mención de estos gigantes apareció en los relatos del cronista italiano Antonio Pigafetta sobre los viajes de Fernando de Magallanes en la década de 1520. Pigafetta describió a un gigante que bailaba y saltaba en las costas de Argentina, lo que llevó a que Magallanes los llamara "patagones".
Estos gigantes, según los relatos, eran amigables pero colosalmente altos, tanto que los europeos apenas les llegaban a la cintura. Se decía que dejaban enormes huellas en la nieve debido a los grandes mocasines de piel de guanaco que llevaban. A pesar de la aparente evidencia, las descripciones de estos gigantes llevaron a una gran mitificación y especulación sobre su existencia real.
Los rumores sobre los gigantes de la Patagonia se extendieron por Europa, alimentando la imaginación popular. Sin embargo, en 1615, los circunnavegadores holandeses Willem Schouten y Jacob Le Maire encontraron tumbas en las costas patagónicas que contenían huesos humanos de gran tamaño, lo que parecía respaldar los relatos de gigantes. En 1766, el capitán John Byron también afirmó haber encontrado gigantes de nueve pies de altura en la región.
A pesar de estas historias, en 1767, el explorador francés Louis de Bougainville informó que el patagónico más alto que encontró medía solo 5 pies 9 pulgadas. Esto sugiere que los gigantes patagónicos eran probablemente miembros de la tribu indígena tehuelche, que eran más altos que los europeos promedio pero no alcanzaban las alturas legendarias atribuidas a los gigantes.
Puede interesarte
En última instancia, la idea de los gigantes de la Patagonia parece haber sido más un producto de la imaginación y la exageración que una realidad.
La amplia gama de alturas humanas normales, combinada con la tendencia de los europeos a mitificar y exagerar las historias de los lugares desconocidos, probablemente contribuyó a la creación de esta fascinante pero ficticia historia de los gigantes de la Patagonia.