Botellas, plásticos y basura en la costa norte rosarina
Por la histórica bajante del río Paraná, la Rambla Catalunya y otros tramos de la ribera local se llenaron de residuos.
La bajante histórica del Paraná tiene consecuencias directas sobre el cambio climático, el medioambiente, las especies, y en las personas que viven de las actividades vinculadas al río. Además, estos marcados descensos modifican también el paisaje de la costa rosarina. Durante el fin de semana, llamó la atención la gran cantidad de botellas, plásticos y basura en la zona de la Rambla Catalunya y otros tramos de la costa norte local.
Incluso, un pescador armó una estructura de reparo de condiciones muy precarias sobre la arena, con la intención de facilitar sus tareas habituales.
El escenario general en ese sector de la ribera norte de la ciudad provocó una señal de alerta en muchos rosarinos que se arrimaron a esa zona para desarrollar salidas recreativas. Mientras caminaban, muchos subieron imágenes a las redes sociales para denunciar esta situación.
En esta etapa de pandemia por el coronavirus y de necesidad de tomar cuidados sanitarios en las conductas de prevención e higiene, no colabora mucho la acumulación de basura. Y, según algunos vecinos de la zona, tampoco hubo operativos de control y limpieza en esos tramos costeros de la ciudad.
Las postales que ofrecieron la Rambla Catalunya y otros recorridos cercanos durante el fin de semana mostraban sectores en donde se mezclaban el barro, la arena, las botellas de plástico y todo tipo de basura, repartidos en el recorte costero. Con los botes con sus redes como testigos mansos y silenciosos de ese descuido.
Sobre esas superficies se movilizaban grupos de pescadores y también algunas familias que intentaban acercarse al río Paraná para realizar la caminata elegida para enfrentar esta etapa de cuarentena.
De esta manera, la bajante más severa del Paraná en los últimos 50 años sigue otorgando escenas muy llamativas.
Los niveles del río continúan generando gran preocupación en los especialistas. Es por eso que en las últimas semanas volvieron a organizar reuniones para evaluar los pasos a seguir, sobre todo teniendo en cuenta que los santafesinos tienen permitidas algunas salidas dentro de esta fase de cuarentena, y se están retomando algunas actividades deportivas y recreativas alrededor del Paraná.
La bajante ocupa el centro de los focos del análisis. Y en este manto de replanteos también se inscriben las consecuencias sobre el estado de los peces que caracterizan estas zona de aguas del Paraná, los impedimentos para poder acceder a algunas lagunas y las permanentes transformaciones que sufren las costas ribereñas.
Un período que se extiende
En ese marco crecen algunas dudas e incertidumbres sobre las principales líneas de acción a tomar, ya que el período de bajante se extiende y afecta las actividades que funcionan alrededor del río.
Los expertos indican que esta angustiante situación también repercute en las condiciones de suministro de agua de cada población, la flora y la fauna, la práctica de la pesca, el tránsito de buques comerciales, todas temáticas íntimamente relacionadas con la vida de los rosarinos y su zona de influencia. Por eso, nadie puede permanecer ajeno esta señal de alerta.
Según adelantaron los especialistas, y de acuerdo a lo planteado por el Instituto Nacional del Agua, la altura del río continuará arrimando complicaciones en todo este invierno. Todo indica que los niveles bajos persistirán, por eso es necesario estar atentos a situaciones en las que queda mucha basura, cuando las aguas bajan.