Bullying: cómo hablar con tus hijos sobre el acoso escolar
Ver a tu hijo sufrir acoso y no saber cómo ayudarlo es desgarrador. También lo es no saber si tu hijo es cómplice, testigo o incluso acosador. Compartimos consejos para hablar con ellos sobre este asunto.
Por lo general, el ‘bullying’ es una forma de intimidación que se puede identificar a través de tres características: intención, repetición y poder. Un acosador tiene la intención de causar dolor, a través de daño físico o de palabras o comportamiento hiriente, y lo hace repetidamente.
Los niños son más propensos a experimentar ‘bullying’ físico, mientras que las niñas son más propensas a experimentar ‘bullying’ psicológico.
La intimidación es un patrón de comportamiento, más que un incidente aislado. Los niños que intimidan generalmente provienen de una posición social o posición de poder percibida más alta, como los niños que son más grandes, más fuertes o a los que se les considera populares.
Los niños más vulnerables corren un mayor riesgo de ser intimidados. A menudo son niños de comunidades marginadas, niños de familias empobrecidas, niños con diferentes identidades de género, niños con discapacidades o niños migrantes y refugiados.
La intimidación puede ocurrir tanto en persona o a través de Internet. El ciberacoso se da a través de las redes sociales, SMS o mensajes instantáneos, correo electrónico o cualquier plataforma on line donde los niños interactúen. Los padres no siempre siguen la actividad de sus hijos en estas plataformas, por lo que puede ser difícil saber cuándo están siendo acosados.
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¿POR QUÉ DEBERÍA INTERVENIR SI MI HIJO ESTÁ SIENDO INTIMIDADO?
La intimidación puede tener consecuencias perjudiciales y duraderas para los niños. Además de los efectos físicos del acoso escolar, los niños pueden experimentar problemas de salud mental y emocional, como depresión y ansiedad, que pueden conducir al abuso de sustancias y a la disminución del rendimiento en la escuela.
A diferencia del acoso en persona, el ciberacoso puede llegar a una víctima en cualquier lugar, en cualquier momento. Puede causar un daño profundo, ya que puede llegar rápidamente a un público amplio y dejar una huella permanente on line para todos los involucrados.
Tu hijo tiene derecho a un ambiente escolar seguro y acogedor que respete su dignidad. La Convención sobre los Derechos del Niño establece que todos los niños tienen derecho a la educación y a la protección contra todas las formas de violencia física o mental, lesiones o abuso. La intimidación no es una excepción.
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¿CÓMO PUEDO AYUDAR A PREVENIR EL ACOSO ESCOLAR EN LA ESCUELA DE MI HIJO?
Comenzando con la prevención. El primer paso para mantener a tu hijo seguro, ya sea en persona o en el mundo on line, es asegurarte de que conozca el problema.
Educa a tu hijo sobre el acoso escolar. Una vez que sepa qué es el acoso escolar, tu hijo podrá identificarlo más fácilmente si le está sucediendo a él o a otra persona.
Habla abierta y frecuentemente con él. Cuanto más hables con tu hijo sobre el acoso, más cómodo estará contándote si lo ve o lo sufre. Consúltale diariamente y pregúntale sobre su tiempo en la escuela y sus actividades on line, preguntándole no solo sobre sus clases y actividades, sino también sobre sus sentimientos.
Ayuda a tu hijo a ser un modelo positivo. Hay tres partes en la intimidación: la víctima, el perpetrador y el testigo. Incluso si los niños no son víctimas de la intimidación, pueden prevenirla al ser inclusivos, respetuosos y amables con sus compañeros. Si son testigos de la intimidación, pueden defender a la víctima, ofrecer apoyo y/o cuestionar los comportamientos de intimidación del acosador.
Ayuda a construir la autoconfianza de tu hijo. Anímalo a inscribirse en clases o a unirse a actividades que le gusten en su comunidad. Esto también ayudará a generar confianza, así como a rodearse de un grupo de amigos con intereses compartidos.
Sé un ejemplo a seguir. Muéstrale a tu hijo cómo tratar a otros niños y adultos con amabilidad y respeto, haciendo lo mismo con las personas que te rodean, incluso hablando cuando otros son maltratados. Los niños ven a sus padres como ejemplos de cómo comportarse, incluido a la hora de publicar contenido on line.
Sé parte de su experiencia on line. Familiarízate con las plataformas que utiliza tu hijo, explícale cómo están conectados el mundo on line y el mundo off line, y adviérteles sobre los diferentes riesgos a los que se enfrentarán en Internet.
NO SÉ SI MI HIJO ESTÁ SIENDO INTIMIDADO. ¿QUÉ SIGNOS DEBO TENER EN CUENTA?
Obsérvalo de cerca. Fíjate en su estado emocional, ya que algunos niños pueden no expresar sus preocupaciones verbalmente. Las señales a tener en cuenta incluyen:
Tener marcas físicas como hematomas inexplicables, rasguños, huesos rotos y heridas.
Miedo a ir a la escuela o sumarse a eventos escolares.
Estar ansioso, nervioso o muy vigilante.
Tener pocos amigos en la escuela o fuera de la escuela.
Perder amigos de repente o evitar situaciones sociales.
Ropa, aparatos electrónicos u otras pertenencias personales que se pierden o destruyen.
A menudo pide dinero.
Bajo rendimiento académico.
Absentismo, o llamadas desde la escuela pidiendo ir a casa.
Intenta estar cerca de adultos.
No duerme bien y puede tener pesadillas.
Quejas de dolores de cabeza, dolores de estómago u otras dolencias físicas.
A menudo está angustiado después de pasar tiempo on line o con su teléfono (sin una explicación razonable).
Se vuelve inusualmente reservado, especialmente cuando se trata de actividades on line.
Ser agresivo o tener arrebatos de ira.
Si detectas algunos de estos signos, habla abiertamente. Habla con tus hijos sobre lo que piensan que es un buen y un mal comportamiento en la escuela, en la comunidad y on line. Es importante tener una comunicación abierta para que tus hijos se sientan cómodos contándote lo que está sucediendo en sus vidas.
¿QUÉ DEBO HACER SI MI HIJO ESTÁ SIENDO INTIMIDADO O AMENAZADO?
Si sabes que tu hijo está siendo intimidado, hay varios pasos que puedes seguir para ayudarlo:
Escucha a tu hijo abiertamente y con calma. Concéntrate en hacer que se sienta escuchado y apoyado, en lugar de tratar de encontrar la causa del acoso o tratar de resolver el problema. Asegúrate de que entienda que no es su culpa.
Dile al niño que le crees; que te alegra que te lo haya dicho; que no es su culpa; que harás todo lo posible para encontrar ayuda.
Habla con el profesorado o alguna persona responsable en el colegio. Tú y tu hijo no tenéis que enfrentar el acoso solos. Pregunta si tu escuela tiene una política de intimidación o un código de conducta. Esto puede aplicarse tanto para la intimidación en persona como on line.
Sé un punto de apoyo. Para tu hijo, tener un padre o una madre que esté a su lado incondicionalmente es esencial para lidiar con los efectos del acoso escolar. Asegúrate de que sepa que puede hablar contigo en cualquier momento y asegúrale que las cosas mejorarán.
¿QUÉ PUEDO HACER SI MI HIJO ESTÁ INTIMIDANDO A OTROS?
Si crees o sabes que tu hijo está intimidando a otros niños, es importante recordar que no son inherentemente malos, pero pueden estar actuando de forma violenta por una serie de razones.
Los niños que intimidan a menudo solo quieren encajar, necesitan atención o simplemente están descubriendo cómo lidiar con emociones complicadas. En algunos casos, los acosadores son víctimas o testigos de violencia en el hogar o en su comunidad.
Hay varios pasos que debes seguir para ayudar a tu hijo a detener el acoso escolar:
Comunicación. Comprender por qué tu hijo está actuando así te ayudará a saber cómo ayudarlo. ¿Se siente inseguro en la escuela? ¿Está peleado con un amigo o hermano? Si tiene problemas para explicar su comportamiento, puedes optar por consultar con un consejero, trabajador social o profesional de salud mental que esté capacitado para trabajar con niños.
Trabajar para encontrar formas saludables de afrontar los problemas. Pídele a tu hijo que te explique un escenario que le frustra y explícale formas constructivas de reaccionar. Usa este ejercicio para hacer una lluvia de ideas sobre posibles escenarios futuros y respuestas no dañinas. Anima a tu hijo a “ponerse en su lugar” al imaginar la experiencia de la persona que está siendo intimidada. Recuérdale a tu hijo que los comentarios hechos on line también duelen en el mundo “real”.
Examínate a ti mismo. Los niños que intimidan a menudo repiten lo que ven en casa. ¿Están expuestos a comportamientos perjudiciales física o emocionalmente por tu parte o por parte de otro cuidador? Mira hacia adentro y piensa honestamente sobre cómo te comportas delante de tu hijo.
Explícale las consecuencias que tendrán los actos que ha cometido y ofrécele oportunidades para hacer las paces. Si descubres que tu hijo ha estado intimidando, es importante que esto tengan consecuencias apropiadas y no violentas. Podrías limitar sus actividades, especialmente aquellas que fomentan el acoso escolar (reuniones sociales, tiempo de pantalla o de uso de redes sociales). Y anima a tu hijo a disculparse con sus compañeros y a encontrar maneras de ser más inclusivos en el futuro.
¡PASA A LA ACCIÓN CONTRA EL ‘BULLYING’!
Además de ser un punto de apoyo para tu hijo, puedes trabajar con su escuela e incluso con los líderes de opinión locales o nacionales para cambiar las políticas para prevenir y abordar el acoso escolar.