Cantero analiza las experiencias surgidas durante la pandemia
La titular de la cartera provincial hizo un balance del recorrido y el porvenir del sistema educativo. Mostró optimismo por las experiencias surgidas durante la pandemia, aunque planteó que será necesaria una “intensificación pedagógica” para “grupos prioritarios”.
La ministra de Educación de Santa Fe, Adriana Cantero, conversó con El Litoral sobre distintos aspectos que se encuentran en la agenda educativa. Retomando el principal concepto de un diálogo anterior (“A una escuela estructurada durante 100 años tenemos que repensarla en 60 días”), este medio consultó sobre el balance educativo en los primeros meses de pandemia y sobre el rumbo que la provincia tomará en pos de la “nueva normalidad escolar”.
“Escucho hablar mucho de que el año está perdido. A mí me parece que fue un año de muchos aprendizajes que van a mejorar la escuela que tenemos que diseñar. Hubo un gran esfuerzo de los maestros, que demostraron que el sistema está vivo, saliendo al ruedo frente a lo inédito e innovando en el contexto a intervenir. Y también de los chicos, que fortalecieron distintas capacidades como trazar distintos recorridos frente al único que se plantea en clases, teniendo que buscar, investigar, aproximarse con mediaciones diversas a los objetos de conocimiento y a trabajar con cierto grado de autonomía”, sostuvo Cantero.
Y agregó: “Creo que el principal aprendizaje de todas estas experiencias -que estamos recuperando para hacer un patrimonio de la educación santafesina en pandemia- es que nada sustituye el vínculo humanizador en la educación. Aquellos que soñaban con reemplazar la escuela con dispositivos tecnológicos han visto desmoronadas sus expectativas, porque el aprendizaje no es el mismo que cuando se comparte entre pares y maestros. Podremos incorporar muchas cosas a la nueva escuela, pero tiene que ser para todos, como oportunidad y como lenguajes propios de una época”.
-De ahora en más, pensando en la post pandemia, ¿cuál es el rumbo de la educación santafesina?
-De acuerdo a lo acordado en el Consejo Federal de Educación, estamos definiendo un sistema flexible, tanto para el formato de habitar los nuevos espacios escolares como en la dinámica de apertura y cierre que impone la pandemia. El plan para nuestro segundo cuatrimestre del 2020 combina la vuelta a clases presenciales con la aplicación de protocolo y la continuidad en la distancia para los casos que haga falta. En ese marco, tenemos que aprender a funcionar en el tiempo inmediato.
El camino hacia el que queremos ir es el de un aprendizaje interactivo, que respete las vincularidades y que le dé potencia a la relación pedagógica, porque el aprendizaje no es solamente una actividad intelectual. La dimensión afectiva de la enseñanza es algo que vino para quedarse en la nueva escuela, tanto para docentes como alumnos.
De la mano de todo esto, viene la capacitación de los docentes, no solo de los que se están formando hoy en institutos, sino también la actualización permanente y gratuita de los que están en actividad. A su vez, será necesario mejorar los sistemas de evaluación, ya que quedó expuesto que la repitencia no es una solución, porque la calificación es un modo más recortado que no sirve para mirar el nuevo proceso que requerirá deberá ser abordado desde el paradigma de la complejidad.
Respecto de las formas, tenemos que pensar que hay que cuidar mucho los espacios, porque la escuela que se viene necesita protocolos sanitarios. Así como incorporamos elementos que serán un signo de la época, como los lavamanos, tenemos que mirar que los espacios estén bien ventilados, que se puedan ocupar con flexibilidad y que se puedan cambiar los diseños.
-Hay preocupación generalizada por el abandono escolar y, también, por una eventual migración de estudiantes de escuelas privadas hacia las de gestión estatal debido al contexto socio-económico. ¿Cómo se prepara el sistema educativo santafesino para contener estos desfases?
-Es cierto que esta es la preocupación más grande de todos los sistemas educativos del mundo, porque es una de las consecuencias del trabajo en la distancia, ya que se ha demostrado que los chicos no se sostienen mucho en el tiempo; incluso, los que tienen muchos recursos tecnológicos, porque manifiestan fatiga frente a las pantallas.
Para ello, estamos trabajando preventivamente, sin esperar los datos que se van a obtener en el final de curso en Marzo, por un sistema de datos nominalizados que nos permite seguir sus trayectorias escolares. En este momento, estamos en la instancia de trabajo de identificación con las instituciones.
A su vez, comprometemos a toda la sociedad adulta en la búsqueda de los chicos y la vinculación con la escuela. En los próximos días, desplegaremos una acción por medio del convenio “Todos los chicos y las chicas en la escuela”, que nuclea un trabajo mancomunado con el ministerio de Desarrollo Social, la secretaría de Niñez y Adolescencia, Salud, Trabajo y con un equipo de docentes, para trabajar en ese puente que hay que sostener hasta el final de año.
Asimismo, hemos puesto mucho esfuerzo en los materiales impresos, que es un gesto igualador y convocante, para que los alumnos puedan tener en sus manos algo en la mano, concreto, sintiendo pertenencia por su cuaderno en el que trabajan lo mismo que sus compañeros. En los próximos días, comenzará la distribución de la segunda tanda compuesta de veintiún cuadernos, para los distintos tramos y también uno para cada terminalidad.
-Hay familias y estudiantes de los últimos años de primaria y secundaria que piden celebrar sus de fin de año, ¿podrán hacerlo? ¿Qué hace falta hoy para el retorno a las aulas en los grandes conglomerados de la provincia?
-El ciclo lectivo acordado a nivel federal plantea la necesidad de períodos de intensificación pedagógica, sobretodo para quienes terminan niveles como los 7° grado de primaria, 5° años de secundaria y 6° de las técnicas.
Entonces, los llamados grupos prioritarios tendrán un ciclo extendido, que irá desde el 7 de febrero hasta finales de marzo, donde se cerrarán los aprendizajes de competencias fundamentales y la certificación del recorrido. Y esto va de la mano con los actos de fin de año. El ministerio de Educación, más que nadie, desea que esos actos sean presenciales. Pero ello depende de una medida sanitaria.
No soy epidemióloga, pero creo que para retomar la presencialidad falta que tengamos una curva más controlada que permita, especialmente, mayor desplazamiento de las personas, y para ello el normal funcionamiento del transporte público en los grandes conglomerados.
-Y cómo ministra, ¿qué análisis hace del comportamiento de la sociedad santafesina?
-Creo que al principio nos costó entrar en la lógica de lo que implica una pandemia. Pero que luego ha demostrado que el cuidado es posible, incorporándolo en la vida cotidiana.
Destaco que en las escuelas rurales donde sí retomamos la presencialidad, incluso vamos creciendo día a día en la cantidad -empezamos con 56 y hoy estamos encima de 120, son los chicos quienes han demostrado mayor responsabilidad en el uso de los protocolos. Además de la felicidad de toda la comunidad al recuperar la escuela, que es un gran referente comunitario y organizador de la vida social.