Carlos III mandó a apagar la piscina climatizada para bajar los gastos de Buckingham
El rey también ordenó remover las lámparas de gas históricas que seguían usándose en esta y otras residencias reales, las cuales están sustituyéndose ahora por modelos eléctricos.
La muerte de la reina Isabel II a finales del verano de 2022 tuvo un curioso efecto sobre el termostato del palacio de Buckingham. Según se ha conocido este jueves con la publicación de las cuentas anuales de la casa real británica, Carlos III ordenó bajar la calefacción en esa y otras residencias de la familia real a 19 grados durante el último invierno, llegándose a los 16 grados en el caso de aquellas estancias que permanecen vacías.
El rey también ordenó apagar la calefacción de la piscina cubierta del palacio de Buckingham y las lámparas de gas históricas que seguían usándose en esta y otras residencias reales, las cuales están sustituyéndose ahora por modelos eléctricos.
Sir Michael Stevens, encargado de las finanzas de la casa real como Keeper of the Privy Purse, ha explicado que estas medidas obedecen al deseo de mejorar la sostenibilidad ambiental de palacio por parte de Carlos III, quien como príncipe de Gales ya tomó medidas parecidas en Clarence House, su residencia oficial en Londres. No obstante, las medidas de ahorro energético tomadas por el monarca también coinciden con un aumento de hasta un 5% de los gastos de la casa real.
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Según las cuentas que se han hecho públicas, estos gastos han alcanzado los 107,5 millones de libras durante el último año y han obligado a que la casa real tire de sus ahorros, porque el presupuesto que recibe con cargo a las arcas públicas se ha mantenido en 86,3 millones.
El Keeper of the Privy Purse ha relacionado estos gastos extra con el “año de tristeza, cambio y celebración” que se vivió en el Reino Unido tras la muerte de Isabel II en septiembre del año pasado y la subida al trono de Carlos III. El informe que se ha hecho público muestra por ejemplo que la casa real gastó 1,6 millones en el funeral de Isabel II y en los demás eventos relacionados con esta ceremonia, una cifra a la que hay que sumar otros desembolsos extraordinarios como fueron las 700.000 libras que se gastaron para el Jubileo de Platino de la reina, celebrado pocos meses antes de su muerte, así como la compensación económica de 150.000 libras que se pagó al antiguo secretario de Isabel II, lord Young, por ayudar a gestionar la transición de un monarca a otro antes de retirarse el pasado mes de mayo. Sir Michael Stevens ha reconocido también que la casa real “no ha sido inmune al desafío planteado por la pandemia y la inflación”.
En sus declaraciones a la prensa, el Keeper of the Privy Purse ha informado además de que los duques de Sussex han abandonado definitivamente su residencia en Windsor, Frogmore Cottage, y que han cubierto los gastos que inicialmente se hicieron en esta propiedad con cargo a las arcas públicas: una casa menos en la que encender las luces y la calefacción el invierno que viene.