Carlos se convierte en Rey de Inglaterra y Camilla, en Reina consorte
En febrero de este mismo año, la reina Isabel II hizo público su deseo de que, a su muerte, Camilla Parker Bowles, esposa de su hijo Carlos, fuera considerada la reina consorte. Nada de princesa. Reina. Todo un gesto con la mujer que siempre fue el gran amor de su heredero.
“Es mi sincero deseo que, cuando llegue ese momento, Camilla sea conocida como reina consorte mientras continúa con su leal servicio”, dejó por escrito Isabel II el pasado invierno en un comunicado que marcó de manera clarísima cuál sería el papel de la duquesa de Cornualles a su fallecimiento.
Cabe destacar que el marido de la monarca, jamás ostentó el título de rey consorte, y siempre fue Príncipe de Edimburgo.
Durante años, la opinión pública se posicionó en contra de Camilla Parker-Bowles. Las declaraciones de Diana de Gales a la televisión pública británica, en las que dijo que en su matrimonio siempre había habido tres personas, señalando claramente al que fue el amor de juventud de su marido, no hicieron que la actual reina consorte recibiera muchas simpatías.
No obstante, Diana fue la reina de los corazones de todos, mientras que Camilla parecía pintada como la mala del cuento.
Con este gesto, Isabel II acerca, aún más, a la esposa de su hijo a la familia. Pero, sobre todo, la acerca a los británicos. A esos que aún la miraban con desdén. La arropa y se la presenta, a todos ellos, como su nueva reina. Un gesto que, jamás sabremos, hubiera tenido con Lady Di.