Clases presenciales: una campaña para que no se suspendan sumó miles de firmas en pocas horas
La solicitud, a través de la plataforma Change, se viralizó a través de las redes sociales y refleja el malestar de los padres con el anuncio de Alberto Fernández
A poco de finalizar la cadena nacional de Alberto Fernández, ayer, un petitorio en la plataforma Change.org se viralizó en las redes sociales para que se revierta la decisión de suspender temporalmente las clases presenciales en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) ante el aumento de los casos graves de coronavirus.
Con título “No al cierre de clases año 2021″, la solicitud expresa el impacto de lo que significaría permanecer otro ciclo lectivo con las escuelas cerradas.
“Otro año sin sonrisas, sin aprendizajes, con chicos deprimidos, con las aulas vacías…”, señala la solicitud que ya reunió más de 140 mil firmas hasta las 8 de hoy.
La iniciativa plantea que “los colegios no son foco de contagio, pero la falta de la educación es foco de ignorancia”. Y advierte: “No a las escuelas cerradas, sí al derecho a la educación”.
Entre los principales mensajes del reclamo se rescata la importancia de la presencialidad en las aulas. “Una pantalla no suplanta al polvo de la tiza, a la felicidad de la campana del recreo, a los cuentos de la seño. Una pantalla no me enseña; no todos los chicos tienen acceso a Internet. No todos los chicos sostienen 40 minutos de clase por Zoom. La educación virtual no es para todos…”, resalta.
El anuncio de la suspensión de las clases presenciales sorprendió a aliados y adversarios de Alberto Fernández. Cerca de las 16, el ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta finalizó la sesión del Consejo Federal convencido de que las clases seguirían tal como se venían dando en todo el país. En aquella reunión, le pidió a los ministros provinciales que sostengan las escuelas abiertas pese al avance de la segunda ola de coronavirus y, que en caso de que fuera necesario, aplicaran restricciones en otras actividades sociales.
Finalmente, el presidente Alberto Fernández hizo exactamente lo contrario: suspendió por dos semanas las clases presenciales en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). Una medida, como ocurrió el año pasado, que se puede extender en el tiempo en la medida que la crisis por el coronavirus y la situación sanitaria se descomprima.
El anuncio medida va en contra de todo lo que el ministro de Educación comunicó sobre el ciclo lectivo de que las escuelas eran un lugar seguro, en comparación con el promedio nacional de contagios, y que había que restringir otras actividades para priorizar la educación. Esa recomendación estaba respaldada por los infectólogos y especialistas en infancia.
A partir del lunes 19, las clases quedarán suspendidas de manera temporal y los docentes deberán retornar al método de enseñanza virtual. La medida, en principio, tendrá en vigencia hasta el viernes 30 de abril.
Ayer, ante el aumento de los contagios y la ocupación de las camas de terapia intensiva, cuatro gremios sindicatos docentes de la Ciudad de Buenos Aires realizaron un paro de actividades en reclamo de la “suspensión temporal de la presencialidad” de las clases. La medida fue llevada adelante por la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE), la Asociación del Magisterio de la Enseñanza Técnica (Amet), la Unión Argentina de Maestros y Profesores (Camyp) y la Asociación Docente de Enseñanza Media y Superior (Ademys). En la provincia de Buenos Aires, el sindicato bonaerense Udocba anunció una medida de fuerza similar.