Colón empató con Arsenal
Ganaba con el gol del “rescatado” Sandoval (había jugado apenas 8 minutos en 12 partidos), pero una leve reacción de Arsenal permitió llegar al 1 a 1 deslucido con el que terminó el partido. Lleva tres sin ganar en Santa Fe.
Anda en la búsqueda Rondina. Armó una estructura con prioridad defensiva para ir a jugar a Rosario con Newell’s. Tenía que curar de debilidad a un equipo totalmente vulnerable que venía de perder con holgura y jugando mal ante Independiente. Pero después del 0 a 0 “lavado” ante Newell’s, dijo una gran verdad: “Si repetimos lo de Rosario, para ganar en Santa Fe no nos va a alcanzar”. Y por eso, chau al esquema de tres o cinco en el fondo y variantes de nombres y tácticos para intentar otra cosa.
A medias lo consiguió el Huevo. Por lo menos, Colón fue más insistente a la hora de atacar, por más que el nivel futbolístico del equipo no haya sido bueno. Se notó el cambio de actitud. Quedó solo Picco para marcar en el medio, a veces excedido en foules permanentes. Y delante suyo, tres volantes. Juan Pablo Álvarez se abrió levemente hacia la derecha, Bernardi fue el más suelto por el medio y Farías arrancó por izquierda. De todos modos, no fueron volantes abiertos como sí los tuvo Arsenal, que jugó con el tradicional 4-4-2 de Madelón. Meza le dio a Colón la habitual llegada por sorpresa por el sector derecho y también se repitió en la búsqueda de Wanchope arriba, por más que esta vez hubo alguien que lo acompañó por adentro: Tomás Sandoval, el olvidado delantero de Colón, que debió lidiar con la inentendible falta de oportunidades por más que su promedio de gol fue muy bueno. Y habiendo jugado apenas 8 minutos en este torneo, se decidió Rondina a verlo y le abrió la puerta de la titularidad que el juvenil sabalero aprovechó en una jugada en la que mucho tuvo que ver Wanchope, que cubrió bien la pelota, llegó hasta el fondo de la cancha y metió el pase al medio y capitalizó Sandoval para empujarla al fondo del arco y convertir el gol que le dio la victoria parcial. Justificada en ese momento.
Antes de eso (iban 36 minutos) se habían repartido las oportunidades. Wanchope había rematado solo frente a Medina, de zurda y la pelota se fue cerca del palo izquierdo. Y luego, Goltz se equivocó (tuvo una mala noche el hombre que venía de ser el mejor en Rosario) y le dejó la pelota servida a Lomónaco para que enfrente mano a mano a un Ignacio Chicco que, en el arranque del segundo tiempo y también merced a otro error de Goltz, tuvo que volver a intervenir de manera muy arriesgada para ahogarle otra vez el grito de gol al mismo Lomónaco.
Ese mano a mano fue el presagio de lo que llegaría los 7 minutos. Pelota quieta al segundo palo y la aparición de Gariglio, muy solo, para meter el cabezazo que dejó sin reacción a Ignacio Chicco. Fue el justo premio para el mejor comienzo de Arsenal en esa parte final.
A partir del cuarto de hora, el partido se emparejó. Esto, quizás, fue el motivo por el que Rondina demoró cambios que se imponían desde antes. Pierotti y Schott fueron los primeros en tratar de revertir una imagen muy pálida en el segundo tiempo. En realidad, el partido entró en el terreno de las incomprensibles imprecisiones por parte de los dos, con lo que fue muy difícil encontrar jugadas bien hilvanadas.
Los últimos 20 o 25 minutos fueron de una intrascendencia total. Apenas un remate de Bernardi que atajó abajo Medina y poco más que contar. Las imprecisiones se sucedieron, nadie pudo escaparse del molde de la mediocridad y los dos parece que se conformaron con un empate insulso entre dos equipos muy parejos, protagonistas de un partido de escasa calidad.
No se entiende cómo van al banco algunos jugadores que después no entran cuando, en realidad, son los que podrían, por condiciones, mejorar el juego. Baldomero Perlaza llegó rodeado de una expectativa que no se concreta. Y no es que vino anteayer a Santa Fe, hace ya bastante tiempo que está y no aparece. Apenas un puñado de minutos contra Independiente, cuando ya el partido estaba 0-3 y el equipo sumergido en la confusión total. ¿Y Formica?, ¿para qué está en el banco?, ¿con qué objetivo?, ¿qué tiene que darse para que tenga que entrar?. Si a eso se suma la ausencia del Pulga Rodríguez, peor todavía. Colón no tiene fútbol. Y sin fútbol se podrá ganar algún partido, como pasó en Junín, pero serán más los que no se ganarán. Y a Colón ya le están sobrando los ejemplos que han puesto “violentamente en caja” a este equipo que se fue silbado por la gente luego de una actuación sin brillo.