Liga profesional
Colón no pudo con Arsenal y sufrió una nueva derrota
En el primer tiempo se arrastró en la cancha y la leve mejoría del segundo tiempo no alcanzó para nada por más que tuvo un par de situaciones para empatar.
Hay que armar un equipo de nuevo. Perdió merecidamente con el último y acentuó una preocupante realidad. Un gol en contra (Goltz) y un penal en tiempo de descuento le dieron el 2-0 a Arsenal.
Preocupación absoluta, una imagen desfigurada de un equipo con poca rebeldía, sin luces, sumergido en la impotencia y peligrosamente acostumbrado a perder. Así terminó el campeonato Colón, más allá de que en el final pudo empatar el partido en una jugada llena de rebotes y con una salvada providencial sobre la línea. El concepto no variaba. Colón perdió bien ante el último de la tabla. Está todo dicho.
La ausencia de espacios y las pocas luces de los dos, hizo que el partido se llenara de imprecisiones y de un juego poco atractivo desde el comienzo. Arsenal exageró con los pelotazos largos para Londoño y Pons; Colón intentó poner la pelota contra el piso, pero con escasa agresividad ofensiva. La jugada más clara la tuvo Arsenal con un centro de Breitenbruch desde la derecha que alcanzó a “puntear” Rivero ante cierta pasividad defensiva de los centrales sabaleros, pero la pelota se fue desviada.
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A las espaldas de Delgado se alternaban Souto y Rivero, un volante todo-terreno que empezó a manejar la pelota a partir de los 15 minutos. Colón insistía con pelotazos para la subida de Meza o tratando de capitalizar la potencia de Pierotti, que iba constantemente al choque con los defensores rivales.
Con poco y en base a centros, Arsenal empezó a empujar a Colón. Sin dominarlo ni tampoco agredirlo, pero siendo más peligroso en la búsqueda del arco rival. O al menos más insistente. Pierotti, a veces en soledad, las peleaba a todas arriba. Demasiado poco como para acumular méritos.
Así se llegó al minuto 35, cuando un desborde (uno más) por el costado derecho del ataque de Arsenal (el sector de Delgado), apareció Pons para jugarle al anticipo a los centrales de Colón y Goltz se equivocó al querer rechazar la pelota, convirtiendo el tanto en su propio arco y la ventaja parcial por la que Arsenal había hecho un poco más que el inexpresivo Colón de Gorosito.
Más luchador, mejor plantado y aprovechando el mayor juego aéreo, Arsenal justificaba sobradamente la ventaja parcial. En Colón no había marca ni juego en el medio, ausente Galván, escasísimo aporte de Picco y Moreyra, nada de Benítez (apenas un remate débil y a las manos de Medina) y sólo las ganas y el empuje, desordenado y en inferioridad numérica, de Pierotti.
Errores de principiantes, imprecisiones al por mayor e impotencia, fueron el común denominador de un Colón totalmente apático que nunca tuvo reacción a partir del gol de Pons y permitió que Arsenal ejerciera el control del partido. La desconexión en Colón era total y el final de esa primera etapa trajo decepción y “alivio”. Esto último, para evitar un mal mayor e intentar el cambio de rumbo absolutamente necesario para la parte final.
Pipo cambió esquema y nombres, algo que se veía venir después de tamaña mediocridad. Mandó a la cancha a Silva y Arrúa para tener más fútbol en el medio y sacó a Meza y a Moreyra. Línea de cuatro atrás, un volante de contención, tres más adelante para jugar y los dos puntas. Al menos, Colón pudo crear una situación clara en el arranque de esa parte final: Gonzalo Silva le pegó bien en un tiro libre y la pelota salió muy cerca del ángulo superior derecho de un Medina excedido de confianza y que vio cómo esa pelota pasaba muy cerquita de su arco.
Mejoró Colón. Poquito y tomando como referencia el pobrísimo primer tiempo, pero al menos intentó plantear el partido más cerca de Medina y más lejos de Chicco. Más manejo de pelota en el medio con Arrúa, Galván y Silva. No alcanzaba, pero al menos había algo de predisposición para intentar un cambio de actitud.
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Pasado el cuarto de hora llegaron dos cambios “cantados”. Entró Troncoso por un Pierotti que se había quedado sin la respuesta física que tuvo en el primer tiempo y que lo convirtió en el único jugador que, al menos, peleaba cada pelota y en soledad; y también Pipo ordenó el ingreso de Wanchope Abila por el intrascendente Benítez.
Colón no pudo aprovechar una buena pelota que le metió Arrúa a Troncoso a las espaldas de todos. Lo dejó mano a mano y Troncoso quiso definir por arriba de Medina, “cacheteando” la pelota que ni siquiera llegó al arco. Y enseguida, Souto (de buen partido), tuvo un mano a mano y apareció una pierna salvadora para bloquearle el camino al arco y una conquista que parecía segura. Fueron dos jugadas claras de gol en un partido que no mejoraba demasiado pero que ya era más parejo que en el primer tiempo.
Ya en el último cuarto de hora, Gorosito probó con el ingreso de Guillermo Gozálvez por Tomás Galván. Fue la quinta modificación en búsqueda de un objetivo de mínima: el de no perder. Ya por ese entonces, la producción futbolística era preocupante y poco hacía Colón para que el concepto se revierta, más allá de que esa imagen del segundo tiempo no fue la misma que la del primero. A todo esto, Arsenal esperaba con línea de cinco defensores y cortando los caminos cercanos al área de Medina. Si algo le faltaba, fue el penal del final. Completito.
Hay que barajar, dar de nuevo, limpiarse la cabeza y que vengan jugadores que le den jerarquía a este equipo mediocre, que se metió en una situación peligrosa y preocupante.