Melchor Romero
"Comen asado, están juntos y escuchan música todo el día”: los privilegios de los rugbiers que mataron a Báez Sosa
La última información que se llegó a conocer de los ocho rugbiers implicados en la muerte de Fernando Báez Sosa indica que pasaron la Navidad juntos y hasta comen asados en la cárcel.
A dos años del crimen de Fernando Báez Sosa, la sociedad argentina sigue de cerca a los ocho condenados por el crimen del joven. Ahora un detalle sobre las celebraciones de fin de año de los asesinos generó un nuevo debate.
En una entrevista para el Diario de Mariana, de canal América, el abogado Leandro Halperin dio detalles del presente de los presos. “Están todavía en la alcaldía Melchor Romero, separados en celdas, pero todos juntos. Comparten comidas”, comentó.
Frente a esto, la conductora le preguntó al letrado si eran ciertas las versiones que indicaban que los jóvenes condenados por asesinar a golpes a Fernando tenían algunos privilegios. “Estuve leyendo que tienen varios beneficios, comen asado, están juntos y escuchan música todo el día”, dijo Fabbiani.
“Además, el hecho de que todavía estén en una alcaldía. Cualquier preso lo puede confirmar, ya pasaron casi dos años y deberían estar con el resto de la población en un pabellón, teniendo los problemas que tienen todos los presos. Ellos están juntos en un lugar aparte”, respondió el abogado.
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Las condenas de los rugbiers
Los ocho rugbiers condenados permanecen alojados en la Alcaidía 3 de Melchor Romero. Thomsen, Comelli, Benicelli, Luciano y Ciro Pertossi fueron condenados a prisión perpetua por el crimen, mientras que Cinalli, Viollaz y Lucas Pertossi quienes recibieron una pena de 15 años de cárcel.
Fernando Báez Sosa fue asesinado la madrugada del 18 de enero de 2020 a la salida del boliche “Le Brique” en pleno centro de la localidad balnearia de Villa Gesell, tras ser atacado a golpes por un grupo de jóvenes que acababan de ser expulsados de la disco.
Horas después del homicidio, los ahora condenados fueron detenidos en la casa de veraneo que alquilaban a pocas cuadras de la escena del crimen, y quedaron alojados primero en el penal de Dolores y luego en Melchor Romero.