Cómo es el trabajo para el rastreo de los anillos de contagios
Tras un caso Covid-19 confirmado, los equipos en territorio tienen que reconstruir quiénes fueron sus contactos estrechos. El relato de la persona infectada sobre con quiénes estuvo, adónde, si utilizó barbijo -etcétera- es central para armar el anillado, y poder cerrarlo para que no se expanda el virus.
Salta un caso de coronavirus y se confirma. Puede ocurrir en una ciudad grande o en una pequeña. Y tras la confirmación, empieza un trabajo casi “detectivesco” de rastreo de los llamados contactos estrechos con ese paciente afectado por la enfermedad Covid-19. A esa labor la realizan los rastreadores -agentes sanitarios en territorio-, en articulación con las autoridades del Ministerio de Salud. ¿La meta? Determinar todos los llamados “anillos de contagio” que pueden generarse a partir de un paciente que porta el virus, y que puede contagiar a otras personas con las cuales estuvo en cercanía estrecha.
Las 48 horas previas de haber iniciado con la sintomatología asociada al Covid-19 es el tiempo en que el caso positivo pudo haber contagiado a otras personas. “Los contactos estrechos son aquellos que han permanecido más de 15 minutos (con el paciente positivo) sin la protección adecuada, o que ha compartido un mate o una bebida a pico, por ejemplo, cosa que es muy cultural entre los argentinos”, explica el Dr. Jorge Prieto, secretario de Salud provincial. Y explica el “ABC” de la conformación de los anillados.
-¿Como es la determinación de los “anillos de contagio” a partir de un caso Covid-19 confirmado? ¿Y cómo es el rastreo de los contactos estrechos?
-Al paciente que fue confirmado (de Covid-19), desde el 0800-555-6549 y con los rastrillajes sanitarios, se le notifica que es “positivo”. Y se le avisa al equipo regional de rastreadores sanitarios, que tiene el trabajo de ir a buscar a esa persona, la cual deberá manifestar con quién ha tenido contacto estrecho en las últimas 48 horas. Esa persona puede decir: “Ayer estuve con mi madre, mi primo y mi tío (por ejemplo)”. Ese es el primer anillo. “¿Estuvo con alguien más? No”. Bueno.
Al otro día se vuelve a interrogar a esa persona positiva (aislada en su domicilio o en centro médico, dependiendo de su cuadro clínico). Puede decir que ahora recuerda que fue al mercado, que se encontró con un amigo y que no tenía el barbijo bien puesto, o lo tenía bajo. Ese es el segundo anillo. Así se van conformando los anillados para rastrear a los contactos estrechos de ese positivo. Puede que se lo vuelva a interrogar otras veces.
El abordaje se hace sobre esa persona infectada y el relato que ésta nos da es clave. Por eso insistimos en que la gente (que tiene coronavirus) tiene que decir todo respecto de con quiénes tuvo cercanía: quién lo visitó, adónde estuvo y con qué personas, a qué hora, todo lo que recuerde. Eso nos llevará en el segundo o tercer día a determinar cuántos anillos hay, y así poder cerrarlo luego.
Con todo eso, se va armando un nido de contagios de un determinado tamaño, hasta que lo cerramos. Ahí podemos decir: “Este foco está controlado, tenemos a todos los contactos estrechos aislados en forma preventiva”. Si cada una de esas personas respetan ese aislamiento por 14 días a rajatabla, ese foco tiene que estar cerrado ahí. Si hay dudas, se sigue investigando.
Casos en investigación
-Respecto de los casos en investigación, que crecieron muchos en las últimas semanas. ¿Este es un dato que preocupa en términos epidemiológicos? ¿Podría incidir en la definición de circulación comunitaria?
-No. La definición de circulación comunitaria no la determina sólo el Ministerio de Salud provincial, sino en conjunto con la cartera sanitaria nacional. Los casos en investigación pueden pasar a ser confirmados con nexo epidemiológico detectado. En una semana se define si un positivo en investigación pasa a ser con nexo detectado o no ‘encaja’; y, recién ahí, se abre la posibilidad de analizar (pasada una o dos semanas) si efectivamente no encontramos la conexión epidemiológica. Si nos pasa con varios casos en investigación (a los que no se les encontró nexo), ahí algo pasó. Y se sigue investigando.
Por eso insisto en la prevención de la sociedad para evitar brotes, sobre todo en el centro norte (incluyendo La Capital), y otros del norte, porque como ya se sabe, aparecieron casos en localidades donde no estaba el virus. Si no nos cuidamos, esto va a empeorar. ¿Lo peor está por venir? Eso no se puede decir, porque hay que ver la foto de todos los días. Pero sí sé que la responsabilidad mayor, el empoderamiento y la conciencia social para evitar brotes de contagio lo tiene la gente.
Evitar los brotes depende de la ciudadanía: nosotros podemos tener las camas disponibles, hacer los rastrillajes, los bloqueos, todo. Pero un brote lo puede evitar solamente la población, cuidándose.