Cómo prevenir accidentes con pirotecnia
Cohetes, bengalas, estrellitas, cañitas voladoras, petardos y demás fuegos artificiales son parte de la postal de los festejos de fin de año. Pero si no se presta atención a los cuidados básicos pueden producirse lesiones que empañen la celebración. Qué hacer en caso de quemaduras.
Los fuegos artificiales son parte de la escenografía tradicional de los festejos de fin de año. Y si bien para muchos pueden resultar atractivos y hasta un elemento distintivo de la Navidad y el Año Nuevo, la realidad es que hay que ser conscientes de los riesgos que conllevan.
Uno de los principales problemas de la pirotecnia es que, muchas veces, el tiempo que transcurre entre el encendido y la explosión puede no ser el suficiente para que el usuario adopte una distancia prudencial. Además, una manipulación incorrecta puede producir incendios, quemaduras y/o mutilaciones.
En ese sentido, los accidentes más frecuente suelen ser las quemaduras y las zonas más afectadas son brazos, manos y rostro.
Asimismo, detalló qué es lo que hay que tener en cuenta frente a una quemadura:
– En quemaduras por fuego, lavar la zona con agua fría y cubrirla con gasas estériles o con telas limpias y húmedas. El dolor de las quemaduras pequeñas cede fácilmente al contacto con el agua fría. En el caso de grandes quemaduras, se debe buscar una manta, mojarla completamente con agua fría y cubrir a la víctima.
– Es importante retirar anillos, pulseras u otros elementos que causen presión sobre la zona quemada.
– Si la quemadura es en los dedos, separarlos con gasas húmedas antes de vendarlos.
– Tras los procedimientos básicos, trasladar inmediatamente al quemado al hospital o centro asistencial más cercano.
– No hacer presión en la zona ni aplicar lociones, cremas, ungüentos, hielo, pasta de dientes, alimentos congelados, grasa. Tampoco remover la piel resquebrajada o reventar las ampollas.
Ojo con los ojos
En estas fechas, aumentan las consultas por accidentes en los ojos. El 80% se debe a lesiones producidas por el uso de la pirotecnia, mientras que el 20% restante, a accidentes por corchos. La mayoría se produce en adultos hombres y en menores de 20 años.
“Las lesiones por pirotecnia pueden ser leves, como erosiones o úlceras conjuntivales, quemaduras del párpado, o graves, como perforaciones o estallidos del globo ocular. Estas complicaciones necesitan cirugía y, en la mayoría de los casos, dejan secuelas irreversibles en la visión”, explicó el médico oftalmólogo Rogelio Ribes Escudero, integrante del servicio de oftalmología del Hospital Alemán, y agregó: “Pueden ocurrir en la persona que enciende el explosivo, pero también en las están alrededor debido a la expulsión de partículas que alcanzan varios metros y a gran velocidad”.
Y tras asegurar que “esto es peor cuando se colocan explosivos en recipientes como botellas, latas o ladrillos, ya que al estallar liberan partículas hacia todos lados”, brindó recomendaciones para disminuir las lesiones:
– Utilizar anteojos de seguridad (para el que manipula y los espectadores), que se consiguen en cualquier ferretería.
– Respetar un perímetro de seguridad, que deberá ser mayor o menor en función de la potencia del explosivo.
– En caso de que se produzca un accidente, es importante acudir a un centro oftalmológico de inmediato. Sin embargo, se puede hacer una limpieza suave con agua para que arrastre restos de partículas de la superficie ocular. No comprimir el ojo hasta que el oftalmólogo descarte la existencia de una perforación ocular.
– Nunca permitir que los niños manipulen elementos de pirotecnia y, en especial, sin supervisión de un adulto.
“Es importante entender que no hay pirotecnia segura. Jugar con juegos artificiales puede traer consecuencias que duran toda la vida. La pirotecnia siempre tiene riesgos. La mejor prevención es no usarla”, finalizó Ribes Escudero.
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