Compró un vino, lo guardó por 40 años y ahora vale 100.000 dólares
Su valor tomó por sorpresa al pintor jubilado de 72 años. Si bien en su juventud había sido aficionado al vino, jamás pensó que podría llegar a ese número. Nunca se había detenido a pensar que podría venderlo: simplemente no lo tomó durante estos años porque no encontró la ocasión perfecta.
Un hombre compró una botella de un vino a fines de los setenta. La guardó en el sótano por más de cuatro décadas porque no encontró la ocasión para abrirla y ahora podría hacerse rico.
Compró un vestido por internet y encontró una terrible amenaza en el paquete
“Mientras más viejo, mejor es el vino”. El dicho popular que se cumplió de forma literal para Mark Paulson. El hombre estadounidense guardó por más de 40 años una botella de vino de una importante bodega y ahora podría subastarla por hasta 100.000 dólares. A fines de la década del 70, la compró por 250 dólares.
Se trata de un jeroboam, una botella de la bodega Domaine de la Romanée Conti que contiene tres litros de vino La Tâche, cosecha de 1971. Paulson la compró en su juventud, cuando un amigo fanático del vino lo acercó al mundo de las uvas. Él le hizo caso a su recomendación, ya que le dijo que era una oportunidad de “una vez en la vida”.
Pero nunca llegó a probarlo. La afición del hombre por el vino se fue desvaneciendo con el tiempo. “Dejé de comprar vinos porque, como pintor, no tenía suficiente dinero para beber vinos de gama alta y criar a cuatro hijos”, explicó.
En las décadas siguientes, Paulson se bebió todos los vinos de su colección. Pero el La Tâche quedó allí, en el sótano. Era una botella muy grande, por lo que nunca encontraba la ocasión adecuada: contiene el equivalente a cuatro botellas de vino normales. Pensó que la boda de su hija podría ser un buen momento para descorcharlo. Ella nació en 1984, y ya habían pasado varios años desde la compra del vino, por lo que esperar un par de décadas más no sería un problema para el pintor.
Por entonces, el mercado vitivinícola no era tan popular. Paulson, por sus amistades, cada vez más se fue amigando con los vinos de calidad. Pero no siguió de cerca a la bebida una vez que sus hijos nacieron y por eso se olvidó de la particular botella que tenía. Con los años, el vino se fue popularizando y su valor fue incrementando.
Paulson no sabía que el vino era de una de las bodegas más prestigiosas del mundo (Domaine de la Romanée Conti, en Francia)
CASI LO VENDE POR MUCHO MENOS
En 2022, su hijo le mencionó la botella de La Tâche a un cliente suyo que era coleccionista de vinos. Interesado en comprarlo, pasó a verlo por el sótano de Paulson y le ofreció 5.000 dólares. Aunque le pareció un precio bajo, el pintor dijo que lo pensaría.
Con una investigación en internet, encontraron que se vendía un jeroboam La Tâche de 1971 en octubre por $ 81.250. “Nos quedamos conmocionados. Estábamos atónitos, ya sabes, atónitos, no podíamos decir nada. Simplemente nos abrazamos y sonreímos mucho”, dijo su hijo al Washington Post. “¡Dios mío, papá, casi vendiste esto por $ 5.000!”.
El vino ahora se subasta: ¿cuánto podría valer la botella?
A fin de mes, Mark Paulson finalmente venderá su botella de 1971 Domaine de la Romanée-Conti La Tâche en una subasta. La casa de subastas Bonhams Skinner la tiene publicada en su categoría de “próximamente”. Estima que el jeroboam, una botella de vino de 3 litros puede costar entre 50.000 y 80.000 dólares, según lo publicado en el sitio oficial.
Paulson espera poder vender el vino por unos 100.000 dólares, aunque le dará una comisión de al menos 10.000 a su hijo por haberle dado la idea de subastarlo. El resto de la ganancia será para reparar su casa y tomarse unas vacaciones.
El elevado costo se debe en gran parte al hecho de que Domaine de la Romanée Conti en la región francesa de Borgoña es, según expertos, una de las mejores bodegas del mundo, con especialidad en el pinot noir.
Pero también es valioso por su escasez, ya que la bodega no se caracteriza por una producción masiva. Paulson tuvo un tesoro en su sótano durante todo este tiempo y no lo sabía. Al parecer, cosas buenas llegan a los que saben esperar.