Con un fuerte operativo de seguridad, se realizó la imputación del “Viejo” Cantero
Los fiscales Haurigot y Carbone formulan en audiencia los cargos contra 22 personas ligadas la banda de Los Monos. Fuerte operativo de seguridad
En medio de un fuerte operativo de seguridad, se desarrolla la audiencia en el Centro de Justicia Penal que tiene como objetivo formalizar la acusación contra Ariel “Viejo” Cantero y otras 20 personas en torno a una asociación ilícita que promovió, entre otros delitos, balaceras contra estaciones de servicio, dos escuelas y un restaurante en avenida Pellegrini. El dato más llamativo de los primeros momentos de la audiencia fue la presencia del “Viejo” Cantero con chaleco antibalas, el único de los imputados que lucía ese artículo de seguridad.
El trámite procesal comenzó alrededor de las 10 y está presidido por la jueza de Primera Instancia, Valeria Pedrana. La parte acusatoria es impulsada por los fiscales Franco Carbone y Valeria Haurigot.
La unidad penitenciaria donde se produjo el problema técnico que impidió la realización de una audiencia imputativa contra Ariel Cantero.
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El Centro de Justicia Penal está custodiado por gran cantidad de efectivos de seguridad.
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Además de Cantero, también figuran entre los imputados Bibiana Rosa Montero (actual pareja del “Viejo”), Nelson Aguirre, Brenda Barboza (quien no está presente en la sala por un problema de salud y no se la imputará hoy), Viviana Camejo, Jorge Manuel Baraboza, Ailen Gisela Centurión, Jonatan Sánchez, Marcela Aguirre, estaban Stoppani, Ester Teresa Fuente, Romina Alejandra Berón, Rodrigo Gustavo Berón, Jesica Berón (quien estaba con su bebé en brazos), Oscar Rubén Malagueño, Nazaremo Gauna, Marcos Vera, Yair Agustín Vera, Sebastián Fernando Gómez, Leonardo Enrique Pucheta y Angel Gabriel Villarruel.
A todas esas personas se les atribuye, junto a otras no identificadas a la fecha, haber formado parte de “una asociación ilícita que se dedicó a cometer delitos contra las personas, contra la propiedad, contra la libertad, contra la administración pública, contra la seguridad pública y contra la salud pública en Rosario” .
Según la acusación que formulan los fiscales Franco Carbone y Valeria Haurigot, esa organización criminal “procuró ocupar y dominar sectores y barrios de la ciudad de Rosario y excluir de allí a bandas antagónicas con el fin de obtener beneficios económicos producto de diversas actividades ilícitas. Para llevar a cabo ese objetivo, los integrantes de la asociación cometieron diversos delitos, entre otros: homicidios, lesiones, encubrimientos, amenazas, extorsiones, abuso de armas, portación y tenencia ilegal de armas de fuego y venta ilegal de estupefacientes”.
Los fiscales indicaron que “la banda se compone por un grupo de personas que se encuentran organizadas de la siguiente manera: los Jefes de esta organización son Máximo Ariel Cantero y Rosa Bibiana Montero, quiénes conforman el escalafón más alto de esta estructura delictiva”. De acuerdo, a la acusación de Fiscalía, Nelson Aguirre “es el jefe de una célula o subestructura conformada por un grupo de personas que tienen actividades ilícitas diferentes entre sí, que tiene mucha influencia y opera principalmente en barrio Triángulo y en general en la zona sur oeste de la ciudad de Rosario”.
Para Carbone y Haurigot, el “Viejo” Cantero y Rosa “Bibi” Montero, “son los jefes de la organización, administradores del ejercicio de violencia y actividades ilícitas en la zona territorial descrita con anterioridad. Dicha administración se ve reflejada en la autorización o reprimenda, en su caso, por el uso de armas de fuego, balaceras o intentos de homicidio entre distintas facciones que coexisten en su ámbito de influencia. Asimismo, se sirven de instituciones que poseen una fachada legal con el objeto de incrementar su influencia y liderazgo en la zona al gestionar las cajas de alimentos pertenecientes al plan CUIDAR que estaban originalmente dispuestas para ser repartida entre la población más vulnerable de la ciudad.
Negocios con entradas para ver a Central
“Entre otras actividades, se encargan de organizar apuestas en riñas de gallos y cinchadas de caballos y tienen acceso para la distribución de entradas para los partidos de fútbol del Club Atlético Rosario Central. Además, autorizan la venta de estupefacientes y dan el “visto bueno” de las zonas donde pueden operar. El ejercicio de violencia que rodea dicha comercialización también se encuentra gestionado y/o amparado por ellos. En palabras sencillas, se comportan como dueños del territorio y ninguna actividad puede tener lugar allí sin su venia, la cual conlleva un pago”.