Fue 1 a 0
Con un polémico penal, Colón cayó ante Temperley
Esta “visitantitis” aguda ya enferma de gravedad a Colón. Jugó mal, sólo aguantaba el empate y tenía uno menos (expulsado Garrido), hasta que el línea le marcó a Acita una supuesta mano de Castet que no fue y el “Gasolero”, con poco y en un mal partido, se quedó con todo. Prediger apenas estuvo tres minutos en la cancha.
Colón sigue con esta “visitantitis” aguda que ya se ha tornado en algo inexplicable y que puede complicarle seriamente sus pretensiones. Esta vez fue con un error arbitral, que le cobró una mano a Castet adentro del área que el defensor de Colón protestó enérgicamente mostrándole su pecho. Colón estaba jugando mal y Temperley merecía algo más, pero llegó la ayuda arbitral para que el equipo de De Paoli sume una nueva derrota de visitante.
Apenas tres minutos se jugaban cuando llegó el “infierno temido” para Prediger. Cayó en un costado de la cancha y debió abandonar el partido. Jourdan a la cancha y enseguida, un susto mayúsculo: buena jugada por izquierda, centro y pelota bien “peinada” por Arturia con fortuna para Colón porque pegó en el palo, recorrió la línea, reaccionó Vicentini –que se había quedado parado en el cabezazo- y el línea –con buena vista- observó que el balón no había traspuesto la línea, situación beneficiosa para Colón teniendo en cuenta que no existe el VAR en esta categoría.
Se acomodó Colón con Talpone jugando por adentro, en su verdadera posición, para acompañar a Forneris. Le duró estos tres minutos la posición de “8” a Talpone. La vuelta a su puesto habitual lo hizo acomodarse mejor, con Jourdan abriendo la cancha por derecha y tratando de acompañar a Garrido para que no lo complique la velocidad de Frías, en un Temperley que tenía tres puntas arriba en esa clara intención ofensiva con la que planificó Perazzo el partido. Ese sector, el derecho de la defensa sabalera, era el más conflictivo.
Temperley imponía presencia física, más vigor y tenía dos o tres que cuando se animaban a jugar (caso Frías, Arturia y la subida de Souto por izquierda), complicaban con lo poco de fútbol en un partido que se destacaba por la lucha, el forcejeo, los agarrones, los empujones y la pierna fuerte, que por atributos técnicos. Arriba quedaban aislados Rossi y Neris, condenados a recibir pelotazos divididos para pelear con los grandotes del fondo celeste.
Una sola jugada de “mediano peligro” tuvo Colón en ese primer tiempo exento de fútbol: fue un tiro libre de Garrido al segundo palo que intentó parar Rossi muy cerca del arco y se le fue larga, con lo que llegó a tiempo Rago para quedarse con la pelota. Y en el final, una buena pelota de Farioli que Rossi no pudo dominar. Eso y nada más. Poco y nada.
Quizás algún plan previo pudo desvanecerse a partir de la muy prematura salida de Prediger de la cancha, pero la realidad es que Colón no consiguió armar juego en ningún momento de un primer tiempo peleado y sin brillo, con muchos pelotazos y relativa tranquilidad para los dos arqueros, más allá de que Vicentini tuvo mucho de fortuna en ese cabezazo que pegó en el palo y recorrió la línea hasta que logró evitar que ingrese en su propio arco.
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Y fueron los dos delanteros los que “pagaron los platos rotos” de ese primer tiempo, porque salieron ambos (Rossi y Neris), dando lugar a las entradas de Nicolás Fernández (debutante) y de Toledo. Se armó Colón con tres atrás (Lopes, Antonini y Fernández), quedando Castet y Garrido para ser los marcadores volantes, con Jourdan y Farioli bien adelantados y a la altura de Talpone, quedando Forneris detrás de esa línea de volantes y Toledo de punta. Un error de Garrido –complicado en esa nueva función- casi le da el gol a Temperley, porque perdió la pelota, metieron el centro y Luis López, a quien la cayó la pelota en la cabeza, desvió el envío que se fue cerca del palo derecho.
A los 12 minutos, se dio lo que se veía venir: segunda amarilla para Garrido –de flojísimo partido- y expulsión. Padeció el partido ante un rival que atacó mucho por allí, lo complicó y lo obligó a cometer infracciones pasibles de amonestación. Faltaba más de media hora y Colón, que jugaba mal, tenía uno menos. Complicado panorama.
Al muy desdibujado Colón, De Paoli intentó cambiarlo con el ingreso de Soñora por un intrascendente Farioli. En realidad, todo Colón mostraba eso, intrascendencia en el manejo de la pelota, algo que a Colón le faltó en todo momento. Con 10, sin dar dos pases seguidos, lejos de Rago y con algo de sufrimiento, ya el puntito empezaba a ser un gran negocio para este Colón lleno de dudas e improductividad cuando sale de Santa Fe. Cuando Forneris, antes de la media hora del segundo tiempo, pidió el cambio totalmente acalambrado, De Paoli metió a Guille y bajó Talpone a la posición de “5”. Colón tenía a Jourdan, Soñora y Guille, más Toledo arriba, pero no agarraba la pelota, no la tenía y, por ende, tampoco llegaba.
Temperley, en cambio, iba e iba. Las subidas de Sosa por derecha complicaban y por ese costado llegó una maniobra en la que Castet se la jugó abajo ante un centro y el árbitro, posiblemente a instancias del asistente 2, cobró un penal que el mismo Castet protestó enérgicamente mostrando su pecho. No hay VAR en la B, así que no se pudo revisar y evitar el error arbitral. Penal que le pegó Ayunta, después de largos cabildeos, al medio del arco y con un Vicentini que se tiró a su izquierda sin alcanzar a tapar el remate con sus piernas. Apenas quedó para el final un pase de Guille para Lopes, al que le faltó vocación de delantero para definir.
Un mal partido en general, otro paso en falso de Colón cuyo fútbol no levanta cabeza, sigue en situación crítica y se acostumbró a perder de visitante. Nada de fútbol, desorden generalizado, ninguna situación propicia para llegar al gol y un futuro que genera muchas dudas.