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"Congelados" en Gran Hermano: Claudio fue sorprendido por sus hijos y Sandra recibió la visita de su marido
Los participantes se mostraron más que emocionados y una vez que los invitados se fueron, el resto de la casa corrió a abrazar a sus compañeros y a felicitarlos por el momento que habían vivido.
Después de una prueba del líder muy caliente, Gran Hermano vivió dos congelados más que emocionantes. Este martes, Claudio y Sandra fueron sorprendidos por sus familiares y no pudieron contener las lágrimas.
Primero fue el turno de Papucho, quien venía de ganar el liderazgo de la semana. Una vez que la puerta giratoria se abrió y los hijos del participante ingresaron a la casa con regalos para él, las lágrimas aparecieron.
Luca y Delfina abrazaron a su padre, y tras varias palabras de aliento, se retiraron de la casa dejándole una carta muy especial para él.
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“Ves que se te cumplió el sueño bol***, no sabés las ganas que tenía de saludarte cuando entraste. Sos mi héroe”, le dijo Luca, mientras su padre lloraba desconsoladamente sin moverse. “Siempre quise ser como vos y ahora no sé cómo alcanzarte que estás en Gran Hermano”, agregó.
Mientras Delfina lo abrazaba, su hermano le hablaba en nombre de los dos. Además, le acercaron un dibujo que realizó la menor y le dejaron una bolsa repleta de golosinas. “Vas a ser el último en irte por esa puerta. Te amo con mi vida”, lo alentó el hijo mayor del hermanito, quien, antes de irse por la puerta giratoria, bromeó y se hizo viral en X: “La tierra es redonda”.
Después del emotivo reencuentro de Claudio con sus hijos, llegó el turno de Sandra. La jugadora se mostró muy sensible con la llegada de su marido Lucas.
Lucas entró con un ramo de rosas rojas y un pez en tamaño pequeño, casi idéntico al que la participante tiene en la casa y que la acompaña desde el comienzo del reality.
El marido de la jugadora le dedicó unas palabras de amor y tranquilidad para que continuara con juego dentro de la casa de GH.
“Buenas noches, hola amor. ¿Cómo estás?”, se escuchó decir al esposo de Sandra Priore, Lucas, quien ingresó con un ramo de flores, una caja y un llamativo peluche de un pez.
Al ver a su amado, la participante no pudo evitar emocionarse, convirtiéndose en una fuente de lágrimas. “Te traje unas rosas. ¿Te acordás? Como la primera vez. Hermosas. Después ponelas en agua. Te traje esto, ya vas a saber. Y un compañerito. Te amo”, comenzó diciendo el visitante mientras le mostraba a su mujer el peluche, el cual hacía referencia al peluche de pescado que usualmente Sandra carga.
Ante las lágrimas de su pareja, Lucas continuó relatando cómo estaba el resto de la familia de Sandra: “Estamos todos re contentos. Estás Hermosa. Estás divina. Los chicos están de diez. La gente en tu corazón”. Acto seguido, el visitante procedió a pararse, saludar a los demás participantes y caminar por la casa: “¿Cómo les va? Voy a dar una vuelta. Permiso. Gracias, Big, por dejarme entrar a tu casa”.
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Luego de recorrer los dormitorios, el esposo de Sandra volvió junto a ella para decirle unas últimas palabras: “Amor, estamos recontra orgullosos. Sos la número uno. Te amo. Te extraño mucho. Pero nos vamos a seguir extrañando. Todavía falta, ya sabes cuál es el objetivo. De afuera te deseamos lo mejor. Tranqui. Estamos todos bien y te amamos. Los chicos super orgullosos, viste lo que son. Son una luz y no podíamos entrar todos. Pero ahí están. Palo a palo. Te amo. Portate bien. Disfrutá. Vivilo. Es increíble. Los veo por la tele, pero acá es otra cosa”.
Fue entonces cuando la voz del Big comenzó la cuenta regresiva, lo que indicaba que Lucas debía abandonar la casa. Con el tiempo contado, el poso de Sandra continuó: “Te amo. Cuidate. Siempre terraza, nunca sótano. Dale para adelante. Vamos, te amo. Y los chicos también. Están muy orgullosos de vos. Chau, amor. Te amo, Sandra”.
Una vez que los invitados se fueron, el resto de la casa corrió a abrazar a sus compañeros y a felicitarlos por el momento que habían vivido. Sin dudas, el congelados es de lo más esperado por los jugadores, ya que hace meses que están aislados y no saben nada del afuera.