Corea del Norte sumó más unidades de misiles y de fuerzas especiales
El ejército norcoreano ha incrementado el número de unidades en sus fuerzas estratégicas, rama encargada de supervisar el programa de misiles, y también las dedicadas a operaciones especiales.
Son los principales cambios en este volumen bianual que publica el Ministerio de Defensa surcoreano y que evalúa las capacidades y activos militares de Corea del Norte.
Corea del Norte ha aumentado a 13 el número de brigadas bajo el mando de la Fuerza Estratégica de Cohetes con respecto a las 9 que existían en 2018.
Este incremento vendría dado por el nuevo armamento que Corea del Norte ha testado en los dos últimos años y que ya tendría operativo, como los sistemas tácticos (de corto alcance) conocidos como KN-23, KN-24 y KN-25.
Corea del Norte también ha fortalecido sus equipos de operaciones especiales y elevado su rango, según el Libro Blanco.
“La unidad de combate especial ha llevado a cabo simulacros de ataque utilizando réplicas de las principales instalaciones estratégicas de Corea del Sur y ha modernizado sus equipamientos”.
En cuanto a sus reservas de plutonio para fabricar armas nucleares, la evaluación del Gobierno surcoreano permanece sin cambios con respecto a 2018; Seúl estima que el régimen norcoreano posee unos 50 kilos, suficiente para armar una decena de bombas.
Del mismo modo, se estima que su capacidad para miniaturizar una carga nuclear y montarla sobre un misil ha alcanzado un nivel “considerable”.
A su vez, el número de miembros en activo del Ejército Popular norteño sigue rondando los 1,28 millones, muy por encima de los 550.000 del Sur, que pretende además reducir este número en 50.000 para 2022.
Ambos vecinos permanecen técnicamente en guerra, ya que el conflicto que los enfrentó (1950-1953) se cerró con un alto el fuego en vez de un tratado de paz.
Bajo Moon, Seúl ha lanzado una importante ofensiva diplomática que ha deparado tres cumbres intercoreanas y que ha sido clave para el diálogo entre Pyongyang y Washington.
Sin embargo, el estancamiento de las conversaciones sobre desnuclearización desde 2019 ha llevado a Pyongyang a enfriar los lazos con el vecino.