Coronavirus: Iguazú, otro paso cerrado para quienes buscan volver del exterior
Retornaron por allí, desde Brasil, más de 7.000 argentinos en los últimos días. Esta mañana fue vallado.
Esta mañana, cerca de las 7, se cerró totalmente el puente internacional “Tancredo Neves”, en Puerto Iguazú, dejando a un puñado de turistas varados en territorio brasileño. Por ese paso fronterizo retornaron más de 7.000 argentinos en los últimos días, ya que Brasil mantuvo abiertos sus aeropuertos.
En horas de la madrugada, Gendarmería y la Policía de Misiones colocaron vallas sobre el puente, a unos 400 metros del centro de frontera y a unos metros del límite internacional.
Un grupo de turistas que arribó apenas un rato más tarde se instaló en el lugar con sus valijas pese a que las fuerzas de seguridad que custodian el lugar les advirtieron que el cierre de las fronteras seguirá al menos hasta el 31 de marzo, tal como lo establece el decreto presidencial por el coronavirus.
Los viajeros deberán acudir al Consulado argentino en Foz de Iguazú, que debería arbitrar los medios para que cuenten con alojamiento, comida y asistencia médica hasta que la frontera vuelva a abrirse y así puedan continuar el retorno a sus hogares.
En el lugar quedaron varados 17 argentinos, quienes se quejaron de estar en un “limbo jurídico”, ya que habían hecho los trámites de la salida de Brasil pero no podían ingresar a Argentina y el vecino país tampoco los recibía.
Anabel Ojeda, una de las que busca retornar a Corrientes, contó: “Llegamos a la madrugada con otros chicos después de contratar un remís en San Pablo. Pagamos 800 dólares el viaje y cuando llegamos al puente nos encontramos con todo cerrado. Como hicimos la salida de Brasil, no nos dejan reingresar a ese país”.
La joven, que había viajado el 2 de febrero a Estados Unidos para visitar a sus amigos en Miami, agregó que “el Gobierno dijo que el Estado se iba a hacer cargo del alojamiento, pero acá el cónsul nos pide dinero o la tarjeta para costear los gastos. Nos dice que si no, vamos a terminar en una cárcel”.
“La Policía Rodoviaria nos sacó del puente y estamos abajo de unos árboles, en la cabecera brasileña. El Ejército nos trajo algo de agua y comida, pero no sabemos qué vamos a hacer los 17 que estamos acá porque ya no nos queda más dinero para subsistir”, añadió.
El puente “Tancredo Neves” se convirtió en uno de los principales pasos fronterizos para el regreso de los argentinos tras el cierre de los aeropuertos para vuelos internacionales y de cabotaje.
El mayor oleaje de viajeros se dio a partir del 19 de marzo y obligó al Ministerio de Salud Pública y al Gobierno de Misiones a montar una posta sanitaria con apoyo del Ejército y las fuerzas de seguridad.
Los turistas siguieron camino hacia sus hogares en vuelos diarios de Aerolíneas Argentinas, pero la mayoría lo hizo a través de ómnibus, algunos de los cuales fueron contratados por la Provincia. Todos los turistas eran controlados incluso cuando estaban por partir y luego Gendarmería colocaba una faja de seguridad en la puerta para evitar que alguna persona bajara antes de llegar a destino.
La coordinación de la logística estuvo a cargo de los Bomberos Voluntarios de Puerto Iguazú, que fueron convocados por Defensa Civil para colaborar en el operativo. Es que las autoridades de la ciudad querían impedir que los turistas provenientes de zonas con circulación viral de Covid-19 deambularan por la ciudad.
Los últimos turistas que lograron pasar ayer, antes que se cerrar el paso internacional -unos 300- fueron despachados en micros y en un avión Hércules de la Fuerza Aérea.
A mediados de la semana, el intendente de Puerto Iguazú, Claudio Filippa, intentó forzar el cierre del paso. En la ruta de acceso al centro de frontera colocó varios camiones para impedir el tránsito de los micros. Desde el Juzgado Federal le advirtieron que esa medida derivaría en una causa penal.
Ahora el alcalde y todos los concejales están imputados en un expediente que tramita el juez federal Miguel Ángel Guerrero, y podrían ser condenados a seis años de cárcel por levantarse en contra de las disposiciones del Gobierno nacional.
En Iguazú estallaron de furia porque el arribo de argentinos no se detuvo con la firma del decreto presidencial que ordenaba el cierre de la frontera. Sin embargo, la norma dejaba una ventana de 48 horas para permitir la llegada de los turistas que estaban en tránsito hacia el país.
Un tema a resolver por las fuerzas de seguridad del puente “Tancredo Neves” es la forma en que cruzarán los camiones con mercaderías que circulan entre ambos países.