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Crimen en Lomas de Zamora: se encontraron, se dieron un abrazo y luego lo mató de un tiro por la espalda
El asesino, apodado “Mojarra”, se encuentra prófugo. Los investigadores evalúan si el homicidio fue por un tema de drogas o una venganza para el hermano de la víctima por un ataque previo.
El reloj de la cámara que registró el crimen ocurrido este jueves a la madrugada en el partido bonaerense de Lomas de Zamora marcaba que faltaban 12 minutos para las 2. Allí se vio cómo se saludaron los dos hombres, uno que salió del interior de un auto -luego devenido en la víctima-, y otro que pasaba por la calle, apodado “Mojarra” y que se convertiría después en el homicida. Incluso, ambos se estrecharon en un abrazo antes de seguir cada uno su camino. 260 segundos después, el asesino volvería a pasar por el mismo lugar, arma en mano, y consumaría a tiros la traición.
Fuentes oficiales confirmaron que Leandro Ojeda, de 33 años, moriría de un balazo en la frente en el interior del Ford Falcon celeste del que se había bajado minutos antes para saludar a su homicida. “Mojarra”, el autor de los más de ocho disparos y que huyó a la carrera y a los tiros de la escena del hecho, se mantenía prófugo este jueves por la noche.
Todo sucedió en la localidad de Ingeniero Budge, sobre la calle Saladillo, entre Baradero y Figueredo. Tal como se ve en el video que encabeza esta nota, Ojeda, sin antecedentes penales, estaba sentado en el asiento trasero del Ford celeste que estaba estacionado sobre la vereda de su casa. Adentro de la propiedad, estaba su mamá.
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La puerta trasera del auto estaba abierta y no se convirtió en obstáculo para Ojeda no bien lo vio llegar a “Mojarra”. Enseguida, la víctima salió del coche y fue a saludar al ahora prófugo. Fue él mismo quien propició ese abrazo. Se dijeron cosas que solamente ellos saben y, después, cada cual regresó a su senda.
La víctima se acomodó en el asiento trasero del coche y “Mojarra” se fue caminando rumbo a la esquina. Cuatro minutos después, el homicida volvería a aparecer por el mismo lugar por el que había llegado la primera vez. Sólo que en esta oportunidad pasó a los tiros y corriendo. Hasta se dio media vuelta no bien cruzó el límite del Falcon de su víctima para dispararle: fueron más de ocho los balazos.
Varios disparos dieron en la fachada de la casa en la que estaba la madre de Ojeda; otros en el auto, pero uno atravesó el parabrisas e impactó en la frente de la víctima, describirían las fuentes consultadas. Luego, el homicida se fue corriendo y hasta baleó una de las luminarias de la esquina de la calle Saladillo al 2000 para enmascarar su escape. Desde entonces, nada se sabe de él y es intensamente buscado por la Policía Bonaerense.
La mamá de la víctima, que estaba en el interior de su casa cuando se desató la balacera que mató a su hijo, fue quien lo encontró. Tras un llamado al 911, la Policía Bonaerense fue informada sobre el hallazgo de un cuerpo en el interior de un auto estacionado con un balazo en la cabeza. Así encontraron a Ojeda los agentes de la Comisaría 10ª de Ingeniero Budge cuando llegaron a la escena del hecho.
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Fuentes del caso que investiga el fiscal Ricardo Silvestrini, de la UFI N°11 de Lomas de Zamora, explicaron este viernes a la madrugada se aguardaba la orden de la Justicia de Garantías para realizar tres allanamientos en busca del prófugo.
Sobre el móvil del ataque, que se investiga como un homicidio agravado por el uso de arma, las fuentes consultadas por este medio dijeron que se barajan dos hipótesis: la primera tiene que ver con un problema de vieja data entre ambos por un tema de drogas; la segunda, con una venganza.
“Aparentemente, el hermano de la víctima hace unos días baleó en una pierna a “Mojarra”, por eso se lo ve rengueando. Esto habría sido su venganza”, especularon las fuentes consultadas sobre la hipótesis por la que más se inclinan, basada en el relato de los testigos del caso.