Cristina, L´Gante y la “juventud encontrada”
“Aunque me fuercen yo nunca voy a decir Que todo tiempo por pasado fue mejor Mañana es mejor” Spinetta
Por Pablo Benito
Cristina Fernández, viuda de Kirchner, volvió a demostrar, en 40 segundos, que saca varios cuerpos de ventaja a cualquier referente político argentino en cuanto a capacidad, experiencia y, sobre todo, creatividad y formación. Esto es palpable no tanto en su capacidad de análisis sino en la astucia para aplicarlo a la práctica política.
Fue durante un acto en Lomas de Zamora que “relanzó” el plan Conectar Igualdad con la entrega de 10.000 tablets. En su discurso vinculó el éxito del plan anterior con la aplastante popularidad de un joven músico de 21 años, L´Gante, quien comenzó a incursionar en la música y lo digital una netbook entregada durante su segundo gobierno mandato.
Lo que dijo y lo que dijeron que dijo
“Leía en un medio extranjero una entrevista que le hicieron a un pibe, Elegant creo que se llama. Yo les recomiendo que lo escuchen – a la nota – porque él dice que con la computadorita que recibió, en 2014 y con un microfonito de 1000 pesos, hizo un tema que hoy tiene 176 millones de reproducciones en YouTube”. Para cerrar la idea, Cristina, confesó que “me puse a escuchara ‘Elegant’ y.… yo soy de la generación de Fito Paez o de Lito Nebbia, como el presidente y les puedo asegurar que nada que ver – hace mueca de susto-, pero tenemos que tener toda la apertura, esto es lo que viene, esta es la forma de comunicarse. Estos son los jóvenes…”
A partir de un relato tan simple y coloquial, comenzaron a fluir los tergiversadores. Algunos a partir de su odio, crónico, hacia la figura de CFK y otros con la común tarea de ser “reproductores de la reproducción” y sin dirigirse al origen del “escándalo”.
Algunos comunicadores citaban las letras del rapero y su matriz violenta, misógina y sus referencias, constantes, a las drogas. Para ellos era “inconcebible” que una figura pública recomiende “esa música”.
“Cristina recomendó escuchar L´Gante y Trueno” o “¿Quién es el rapero que le gusta a Cristina?” y demás trampas retóricas manipularon una cita sumamente interesante de la ex presidenta
Nadie, siquiera desde las propias líneas kirchneristas, tomaron el guante de indagar sobre esa “apertura de cabeza” a la que invitaba “la jefa”.
Apenas una frase, Un fragmento de un discurso público, que trasciende y llega a millones, invitaba al debate sobre la matriz cultural de una juventud que se “mueve” mientras las aguas estancadas, de los adultos, se pudren en su quietud,. Nada transforman y pretenden formar parte de generaciones que se auto perciben fantásticas, irrepetibles, “de oro” o la sobrestimada “juventud maravillosa”, de los 70 que nos trae a Sabina con con su habitual crudeza. “…No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca, jamás, sucedió”
Wachiturro “violento”
¿Y por qué L’ Gante es inconcebible?
Porque hace apología de la violencia, en un video, blandiendo un revolver mientras canta. Apunta a la cámara, desafiante, con la natural escenografía urbana de una villa que emerge entre graffitis.
Claro, nada que ver con “el 38” de Divididos que “está cargado”, ni con un romántico Milanés que volverá a Santiago y promete que “dispararé las primeras balas”. El “Fusil contra Fusil” de Silvio Rodríguez o Serrano pidiendo que su padre le cuente otra vez de “aquel guerrillero loco que mataron en Bolivia/ Y cuyo fusil ya nadie se atrevió a tomar de nuevo/
Y como desde aquel día todo parece más feo”.
No, no es lo mismo L’Gante, hablando de hambre y balas, que la voz dulce de esa enorme y bella mujer, Mercedes Sosa, que repetía “…Y si me matan por decir que hoy/en la mesa falta el pan/ será el cañón y no el rosal/el que repita la canción”.
L’Gante, nos dice lo que es y ocurre, en su vida. La idea de que se trata de “matar o morir” continuidad, histórica, de lo que los argentinos venimos cantando desde hace 208 años; “…o juremos con gloria morir”, sintesis del himno, remixado, que convocaba a los “argentinos a las armas” – en su versión completa.
Pibe chorro y sexista
Lo dijo hasta Victoria Donda, las letras del pibe y los culos femeninos, que ornamentan sus clips, “es sexista y machista”. Y sí, con L´Gante es fácil apuntar el índice acusador, pero ¿quién se atrevería a decirlo de “Benedetti por Serrat” y lo “imprescindible de tener a mano una mujer desnuda”?
Quizás sea más “digerible”que meterse con la inocente puber a la que se le pide “y no hables más muchacha/Corazón de tiza/ Cuando todo duerma/ Te robaré un color…” de Spinetta.
Ni hablar del “ex simbol sex” que metía, sin ruborizarse, un “Te vas porque yo quiero que te vayas/ A la hora que yo quiera te detengo” o cantatas llamando a licitación porque “…Necesito alguien que me emparche un poco/ y que limpie mi cabeza/ Que cocine guisos de madre/ postres de abuela” algo tan “sui generis” a toda época. Sin mencionar la amorosa dedicación escrita en café – Tacuba- que advierte “Pues si quiero hacerte daño/ solo falta que yo quiera/ Lastimarte y humillarte/ Ingrata, aunque quieras tú dejarme. Y así tantas canciones de “bombones asesinos” “Sos la única culpable”, “veloces bombachas” o “entregá el marrón…”
Por ahí podríamos dudar si los pañuelos verdes llegaron a los suburbios de la sociedad de mercado o si el género tiene perspectiva en la igualdad se da en la carencia y la vulnerabilidad democrática del “nacide” pobre.
Tu vela es puerca, la mía es piola
Los propios seguidores del autor de “Uno menos”, Eduardo Feinmann, repudiaron los “no dichos” de Cristina sobre el trapero. Importa “pegarle” a CFK, en este caso, que prestar atención a los gritos revelando el genocidio, silencioso del reviente, narcotizado, de millones de pibes que encuentran,
en la droga prohibida -y el alcohol permitido- el valor para enfrentarse a las propias miserias.
Son “pobres” y no progres, los que hablan de “María”, “churro mixto”, “fumando tototo, tomando tintototo”. No les queda bien. Ellos no son “divertidos”.
L´gante es morocho, tatuado, y su pobreza vivida aún no tiene glamour, ni un giro estético exótico. De todos modos, pasa. No es Tinelli, no es TN, ni Crónica, menos aún, Pasión de Gavilanes, la tv ya no existe para las grandes mayorías, hasta el fútbol, igualmente irracional, ya no es popular. La gurisada le “clava el visto” a L´Gante, a Trueno, a Nicole, Duki, Khea, Paulo Llondra o Bizarrap y la primer política que se une a esa reproduccion es Cristina. Siempre un paso -largo- mas adelante del común de los representantes de los nadies.
Los formales y su frío siguen espantándose de lo que desconocen ojeando vigas ajenas. Apología de la droga dicen e indultan a “lo nuestro” que es el culto a la borrachera de “…si el vino viene, viene la vida” o un Cadícamo recitando “Fanfarrón”, de siglo atrás, y tirando que “Son macanas…que por pura fantasía te dopás con cocaína y que de puro aburrido te paseás en citroén”. La citada “Los mareadas” – originalmente “Los dópados”.
Es más piola, que “la sal no sala y el azúcar no endulza”, “ir de la cama al living”, de Charly o María “la caliente fría”, “cuando metiste demasiado en tu nariz”
Podrán, en los simposios, universidades y cafés literarios, hablar con mano en la barbilla de “Las Flores del Mal”, Baudelaire, Rimbaud, Alan Poe, Proust, Flaubert, De Quincey, Miller, Kerouac y hasta Borges que vistieron de galantería la autoagresión física y psiquica.
La genialidad, la belleza de sus canciones, versos, prosas e historias oscuras, no se fundan en los estímulos químicos externos. Tampoco esa es la clave de la generación que emerge aunque la necesidad de morigerar la angustia ante la propia existencia sea el común denominador por los siglos de los siglos.
Es comparable
¿Puede L’Gante compararse a cualquiera de estos nombres reflejos de su tiempo? ¿Se puede reconocer, en CFK , el talento y flexibilidad ideológica de incorporar a estos nuevos excluidos masivos a su agenda y visibilizar lo ajeno a las clases dirigentes?
Guste o no, Cristina, sigue siendo la “Dama del Gambito” en el ajedrez de la política doméstica, transformando a sus contrincantes en espectadores y admiradores culposos.
Si, hay quienes se nos adelantan, a los comunes también, en toda época y circunstancias. Podemos, negarlos, señalarlos, insultarlos y limpiarnos en ellos, pero siempre estarán a mano para asumirnos y mejor vernos.
Te gusté el trapero o te horrorice. Odies a la estadista o siquiera le reconozcas esta condición. Reniegues o niegues la masiva aceptación de ambos fenómenos, tu enojo no transforma la realidad. Siquiera la describe.
Los cambios se dan de manera vertiginosa, por estos tiempos de tecnología y pandemia la pereza creativa en el hacer político es mucho más peligroso que cualquier virus y sus secuelas.
Abrir la mente hoy no es sólo “virtud”, es sobrevivencia de la más básica y cotidiana y es requisito excluyente para no quedar al margen del propio control