¿Cuáles son los cinco alimentos que nunca tenés guardar en la puerta de tu heladera?
La puerta de la heladera es uno de los lugares más prácticos para almacenar comida, pero existen múltiples errores acerca de qué alimentos pueden ir en esta zona y cuáles no.
Antes de mencionar los cinco errores más comunes, existe uno que se reproduce cotidianamente: descongelar los productos a temperatura de ambiente.
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En realidad, todos los alimentos congelados deben descongelarse siempre en el interior de la heladera, de hecho es preferible dar un golpe de calor en el microondas o cocinarlos congelados, en vez de hacerlo como normalmente se lleva a cabo.
En los cajones cercanos al congelador es recomendable colocar las carnes y pescados que se vayan a consumir en breve, mientras que en los estantes centrales, lo mejor es colocar alimentos que se tengan que consumir al poco tiempo, como la comida sobrante que se consumirá en la siguiente cena o al otro día.
También es un buen lugar para guardar lácteos y embutidos, que pueden aguantar bien varios días.
Debido a que la puerta es la parte de la heladera que tiene menos frío, hay que saber cómo utilizarla para que los alimentos más perecederos se descompongan fácilmente. Por eso, productos como las carnes y pescados deben guardarse siempre en la parte del frigorífico más cercana al congelador, de esta forma se mantendrá protegido de cualquier tipo de contaminación bacteriana.
Pero hay cinco errores muy comunes que las personas cometen al dejar comida en la puerta de este electrodoméstico.
Por el lado de las frutas y verduras deben guardarse en los cajones, fuera de la bolsa, para evitar que se humedezcan, siempre que vayamos a tardar unos días en consumirlas, ya que de lo contrario pueden mantenerse fuera sin problemas.
En cuanto a la puerta de la heladera, acá se generan varios errores. Por empezar, los huevos que se traen del supermercado a temperatura ambiente necesitan temperaturas estables, de manera que lo mejor es colocarlos en uno de los estantes superiores, donde el frío es moderado.
Con el chocolate también ocurre un error ya que por comodidad se ubica en esta zona del frigorífico, pero lo cierto es que no es recomendable hacerlo, ya que lo mejor es almacenarlo a temperatura ambiente en un lugar fresco y seco. De lo contrario los cristales de la manteca de cacao suben a la superficie y se cristalizará.
Con los tomates, el frío hace que se produzcan cambios en su sabor y su textura, ya que sus moléculas reaccionan a las altas temperaturas. Y con la cebolla ocurre algo similar debido a que tienen que colocarse en un lugar fresco y seco, a temperatura ambiente.
Los duraznos es un caso igual ya que una investigación de la Universidad Católica San Antonio de Murcia demostró que estos pierden hasta el 50% de su vitamina C al conservarse cinco días en la heladera.
Las salsas con vidas largas que no se ven afectadas por los cambios de temperatura, como la mayonesa o la mostaza, y también aquellas bebidas, como los zumos son algunos productos que pueden almacenarse en la puerta sin inconvenientes.