Cuba, la Fría hija de la Guerra
Churchill, Roosevelt y Stalin en Yalta (1945), dividiéndose el mundo post nazismo. El trío que enfrío la guerra en sus propios territorios y los calentó en el resto del mundo.
Por Pablo Benito
“La dictadura del proletariado terminó teniendo nada de proletaria y mucho de dictadura”, José “Pepe” Mujica.
Cuba sufre su soledad, pero no se explica sola. Cuba quedó huérfana, aunque la definen los “padres de la criatura”.
Tan pequeña y solitaria, Cuba es la única hija -y primer nieta- de un matrimonio, por conveniencia, acordado por la historia entre dos sistemas enemistados. Cual Capuletos y Montescos, enfrentados en una convivencia de opuestos que se odiaban, tanto, que se necesitaban. Cuba no es Romeo, no es Julieta. Es la eterna “Lolita” confinada en una isla a la que todos desean, cotejan o halagan, pero nadie logra poseerla; gestada en una ardiente noche de pecados, lujuria extrema y violenta, en la que la humanidad demostró su goce masoquista y su capacidad autodestructiva, y tuvo su punto cumbre de obscenidad y éxtasis en Yalta (orgía en la que Roosevelt, Churchill y Stalin, se repartieron el mundo del post nazismo en 1945).
Páter socialista, mater capitalista
Los hechos que ocurren en Cuba -en este julio de 2021- son transformados en noticias e informes periodísticos con la prescindencia de los cubanos, como ha ocurrido a lo largo de seis décadas.
La isla -cuya superficie es inferior a la provincia de Santa Fe y cuatro veces más poblada- es una “potencia” mundial absolutamente simbólica y virtual (algo parecido a la ideología) en donde se proyectan las frustraciones sociales de los aficionados a la política.
Cuba es la eterna adolescente a la que su padre la presiona para que sea la mejor “hija” (socialista) y su madre (capitalista) la recrimina por rebelde, desobediente y desordenada. Como en la vida -pasa en las peores familias-, se les reprocha a los hijos lo que no somos, no fuimos, ni seremos. Cuestiones de pajas, vigas y patologías oftalmológicas.
¿Y por casa cómo andamos?
“No sé lo que pasa en Cuba”, dijo Fernández y enardeció a extraños y propios.
En realidad, lo grave no es que no sepa lo que ocurre a 7.000 km de nuestro país. Lo que no sabe -o sabe y no le preocupa lo suficiente- es lo que ocurre en la Argentina con las libertades, el hambre, la represión, las privaciones, la indigencia y las carencias alimentarias.
Expresiones políticas más o menos populares. En mayor o menor medida “progresistas” no han resuelto, en dos siglos de historia -ya no en 60- la humana vergüenza de la abundancia de un territorio en donde se producen calorías nutricionales para 10 veces los habitantes del país, pero la mitad de sus niños se encuentran sub alimentados.
Nos escandalizamos por la racionalización de alimentos en Cuba, mientras los niños mendigan en nuestras calles y molestan la digestión a los nobles ciudadanos que nos sentamos a comer, a la carta, en cualquier restaurant del mundo libre y justo.
¡En Cuba no hay libertad! vociferamos, enrejados, alarmados, monitoreados, mientras vemos los potreros sin pibes y llamando “inseguridad” a la extrema violencia urbana que dicta, duramente, la agenda diaria familiar.
En el centro del organigrama mundial la isla, sus carencias y fracasos, al parecer, propias de las dictaduras comunistas que deben ser condenadas de manera tan fuerte como excluyente.
Cubanos huyendo a Florida
El socialismo ha fracasado, en cambio el capitalismo ¡Oh my God!, es el mundo de la equidad y los 700 millones de pobres no saben aprovechar la sociedad de las oportunidades y el mérito. Cubanos que arriesgan la vida saliendo, ilegales, de la isla para llegar, ilegales, al suelo-sueño americano.
De un lugar no pueden salir y al otro no pueden entrar.
Pero Cuba ¡Ay de los balseros y esas fotos escandalosas!
Nada que ver, en este capitalismo global, con mexicanos, puertorriqueños, centroamericanos chocando contra los muros levantados en la frontera sur americana.
En 2020, el total de desplazados de sus países y forzados a emigrar superó los 80 millones de personas, la mayoría huyendo de las guerras del medio oriente “musulmán” en llamas. Los ejércitos, paramilitares y auto percibidos “terroristas” oficializados, son abastecidos con armamento de origen estadounidense, francés y alemán a los que se suman los proporcionado por el eje del mal, Rusia y China. Otro error de cálculo del “mundo libre”.
Haz lo que yo no hice, hago ni haré
A Cuba, se le reprenderá por no ser un paraíso. Por las desigualdades entre la vida suntuosa del turista y las necesidades básicas de la población. Lo mismo que ocurre en el resto del Caribe.
A Cuba se le reprenderá la prostitución, aunque se justifique, en el resto del mundo, como la “más antigua profesión” conocida.
A Cuba se le reclama por su permeabilidad soberana a la URSS que sostuvo durante décadas a la economía de la “revolución”, pero que -siguiendo la regla imperial- impidió, por ejemplo, la soberanía energética de la isla.
Petróleo en barriles sí, perforaciones no
A Cuba se le exige por una producción de industria nacional que no se dio en ningún país periférico desde la División Internacional del Trabajo hasta nuestros días.
A Cuba se le exige “democratización” que sería la existencia plural de partidos, pero se respeta el unipartidismo chino o vietnamita desde donde se importan productos sin más preguntas que precio por cantidad. Tampoco vale preguntarse por el bipartidismo, de alternancia que nada cambia, de las “solidas democracias republicanas”. Menos aún de la farsa república, en la realidad, de la “división de poderes”.
La pregunta, entonces, es ¿por qué una sociedad pequeña, en un territorio insignificante, tendría que ser distinta al resto del planeta?
¿Cuál sería la razón de condenar la casta familiar Castro, en el Poder durante décadas, y saludar con pleitesía a las anacrónicas monarquías europeas reflejo de glamour, estilo y nobleza?
¿Será de “jodidos” enunciar que el mundial de fútbol se jugará en un país bajo un régimen de monarquía absoluta y esclavista en donde rige el “Kafala”? La cita del fútbol mundial se desarrollará en modernos estadios construidos por mano de obra esclava, preferentemente ciudadanos de Nepal, que no pueden retornar a su país, ni salir del emirato, sin permiso de su “patrón” empleador. ¿Se ha escuchado a los fervorosos defensores de la libertad -ajena- condenar tamaño festín infrahumano?
No. Quatar 2022, allá vamos por la gloria deportiva y sin preguntas políticas. El dinero todo lo compra, hasta la gloria, por más que el “Pulga” Rodríguez sostenga lo contrario… y, al contrario.
Pero, sin Embargo
Se dirá que el “imperialismo yanqui” somete a un brutal bloqueo comercial a la isla y que la propia ONU lo rechaza desde hace 28 años. Es cierto. Lo extraño de la condena comercial contra los EE.UU. lo realizan Estados que no tienen mayores relaciones comerciales con la isla.
La propia China, de Xi Jinping, redujo a la tercera parte, en 2020, sus exportaciones aduciendo “falta de pago” por parte del gobierno de Díaz Canel. A su vez, más allá de las promesas de “ayuda humanitaria” desde Pekín y Moscú, Cuba, es el único país de Latinoamérica que no ha recibido ninguna de las vacunas producida por sus “aliados”. Ni Sputnik, ni Sinopharm; tampoco es parte de Covax.
Las anunciadas vacunas Soberana y Abdala, desarrolladas por la medicina cubana, han sido el “plan b” ante la siniestra negación de quienes condenan, a EE.UU., por la “perversidad del bloqueo”.
¿Presa de cambio de qué negociación inconfesable, entre potencias, es la niña bonita del Caribe abandonada a su (mala) suerte y en plena pandemia?
Si el bloqueo, repudiable, se levanta mañana, ¿con qué divisas importaría manufactura Cuba sin siquiera tener, hoy, el turismo como generador de dólares?
Cuba, la bella soltera eterna
Así es y se muestra Cuba, una modelo tan bella como distante. Mirada, admirada, comentada, analizada por su imagen, pero cargada de intenciones ajenas. Se la visita, se la disfruta, se la menciona. Seduce a platónicos amores por ella. Eso sí, pero sin compromisos.
Algunos se babean por su figura y solo quieren una noche en su lecho. No vivirían con ella, muchos menos en ella. Amante prohibida.
Así es Cuba para el mundo, una bella y cálida hembra a la que ninguno la quiere mujer independiente de la épica y la fantasía.
Pareciera Cuba la isla del afiche y la propaganda, condenada o alabada, pero nunca real.