¡Debate caliente en Gran Hermano! Gustavo Conti y la Tora se pelearon a los gritos
Mientras los hermanitos disfrutaban de la noche autóctona de cada viernes, se generó una pelea entre el marido de Ximena Capristo y la exparticipante
A muy pocas semanas de la finalización de Gran Hermano, el ciclo de Telefe se pone cada día más picante. Con solo cinco participantes adentro de la casa más famosa del país, Marcos, Nacho, Romina, Julieta y Camila se disputan el premio de 15 millones de pesos más una casa.
El próximo domingo será la gala de eliminación en la cual uno de ellos, excepto Nacho que es el líder de la semana, tendrá que abandonar el certamen.
Así las cosas, en la noche del viernes se vivieron escenas muy divertidas, con la ambientación del país mexicano y comida y música alusiva. Pero mientras tanto, en la Noche de los Ex, en el estudio de Telefe, se produjo una fuerte pelea entre Gustavo Conti y Lucila, alias la Tora.
“En el Instagram de Gran Hermano todo el tiempo se la pasó defenestrándome”, arrancó la Tora sin filtro. Y continuó, indignada; “Sobre las publicaciones del programa, él ponía: ‘qué pesada’, ‘saquen a esta densa’, ‘aprendé a tratar a tu mamá’, no sé qué más ponía, y ¿quién es él para decirme algo a mí?, no es nadie”. “Pero te expusiste dentro de una casa”, le respondió Conti. Y siguió, con palabras muy fuertes: “Te hubieras quedado adentro de tu casa, mamita, para qué entraste”.
En ese picante ida y vuelta, Conti volvió a retrucarle: “¿Y vos quién sos para estar acá y que yo me tenga que callar la boca?. A tu mamá, para mi gusto, la trataste como el culo”.
Pero Lucila no se quedó atrás e intentó un juego de palabras que dejó descolocados a todos. “Nacho, no importa del signo que sea, él es perfecto, él es único”, disparó sarcástica. Todos le preguntaron a qué venía esa frase y la Tora entonces replicó: “Acordate de esa frase y después me contás”.
“Nos quedamos todos afuera”, le dijeron, y ella entonces dio una explicación. “Vos me venís a decir a mí cómo tengo que llevar una relación cuando ella (Ximena Capristo) puso unos chats donde vos decías eso”, dijo haciendo alusión a unas conversaciones que habría tenido el exjugador de Gran Hermano con otra mujer y que su esposa lo había publicado y luego las borró.
Enseguida, las cámaras cortaron el tenso debate y para distender un poco la situación, fueron a la casa de Gran Hermano. Allí, se vivía un clima completamente diferente.
Los hermanitos se vistieron con trajes típicos. Las chicas se maquillaron con el estilo característico de las mujeres aztecas. Con las cejas tupidas y unidas, según el look de Frida Kahlo, se pusieron unas vinchas con flores de muchos colores en la cabeza. Romina se vistió con un vestido negro con flores bordadas en colores amarillos, rojos y verdes en la delantera, mientras que Camila y Julieta lucieron unas faldas amplias y en tonos contrastantes, con unos tops blancos, con los hombros al descubierto y por arriba de la cintura.
Los varones, en cambio, optaron por grandes sombreros y detalles bien autóctonos, con chaquetas entalladas y moños rojos en el cuello.
La producción les acercó tequila para que beban con las clásicas rodajas de limón y sal. “Tomemos todos juntos. Uno, dos y… tres””¡Vamos güey!”, gritó Romina y enseguida hicieron fondo blanco desde sus vasos.
Romina ordenó la ceremonia en el momento de cocinar los platos típicos. Con un papel con una receta en la mano, avisó que había muchas cosas para hacer: guacamole, tacos de pollo, tacos de carne y salsa roja.
Así, se dividieron las tareas para cocinar y ella pidió que cualquier cosa le consulten a ella. Mientras, Marcos protestaba porque la poca cantidad de alcohol que había tomado no le había hecho nada. “No me pegó nada a mí”, dijo.
Con música de fondo que ambientaba la situación, “Amor a la mexicana”, los participantes le pidieron a Gran Hermano que les llevara más tequila. “Yo estoy para dos más, eh”, rogó Julieta.
Como suelen hacer todos los viernes, se dispusieron a cocinar entre todos. Más adelante, decidieron jugar a comer un picante chile. Y la consgina fue conservarlo en la boca el mayor tiempo posible. “Se siente fuego”, dijo Julieta, quien fue corriendo a la heladera y se puso a tomar leche del pico de la botella. La única que se negó a probarlo fue Romina. “Ni loca como eso”. Riéndose, Nacho le decía: “La vida es una, dale, nena”.
Gran Hermano: en la recta final del reality, así quedó la placa de nominados
En otro momento, Gran Hermano les acercó una consigna para que jueguen entre ellos. “¿Cómo les cambiará la vida su paso por Gran Hermano?”, era la pregunta y cada uno respondió con sinceridad.
Julieta contó que le gustaría estar en los medios. “Me encantaría verme en la tele, estar en programas o enseñar arriba de un escenario, ojalá que salgan cosas grandes”.
Por su parte, Marcos destacó que le gustaría seguir con su vida. “Me gusta mucho la carrera que estoy estudiando, me encantaría conocer muchos lugares y muchas personas”.
Camila, en tanto, insistió con el canto. “Lo mío claramente es el arte, que la gente me vea cantar y me apoye sobre un escenario. Siento que se me van a abrir las puertas para el lado del canto, ese es mi sueño”, destacó.
En cuanto a Romina, contó cuál fue su sueño desde que era chica. “Yo de muy chiquita soñaba con la tele. Siempre me imaginé trabajar en la tele, si no me va bien por lo menos voy a ser reconocida ya que me gusta tanto la cocina, abriré alguna casa de cocina, o como hago uñas, pondré un negocio”, pensó.
Por último, Nacho confesó que a él le gusta la tecnología. “Me gustan las redes sociales, me gustaría streamear tiempo completo y también me gusta mucho la televisión y los medios, y perfeccionarme en actuación o en modelaje. Creo que no tenemos dimensión de dónde estamos, nosotros dejamos una vida y nos vamos a encontrar con una vida totalmente distinta, para bien o para mal”, reflexionó.