Desborde de fiestas clandestinas en el Delta entrerriano
Efectivos de la Policía de Entre Ríos e inspectores de la Municipalidad de Victoria intervinieron en tres paradores instalados sobre la costa provincial en donde se realizaban encuentros festivos sin autorización.
Se constataron conglomerados de personas en un número que iba de los 120 a 1.200 asistentes. Los lugares en los cuales se compartía música y alcohol estaban sobrepasados en su capacidad sin que se guardaran las medidas sanitarias de cuidado por la Pandemia de Covid-19.
El sábado pasado, personal de la Delegación Municipal en Islas de Victoria realizó un operativo en conjunto con policía de la Dirección de Prevención de Delitos Rurales de Entre Ríos con asiento en Comisaría El Charigüe. Las inspecciones se efectuaron en isla la Invernada ubicada en Segunda Sección Islas del Departamento Victoria, al Sur del puente que une con la ciudad de Rosario. En esta zona del Delta se llevaron a cabo un amplio procedimiento en el cual se constataron tres fiestas clandestinas en paradores no habilitados por la Municipalidad de Victoria. Es así que en los espacios denominados “Sale Isla”, “Club del Río” y “Caramelo” se labraron sendas actas por presunta infracción al código de faltas municipal, en cuanto a las ordenanza que establecen los requisitos para realizar la actividad comercial llevada adelante, la habilitación de eventos bailables, así como la violación a las reglamentaciones sanitarias de prevención del Coronavirus, se precisó oficialmente.
Cabe recordar además que este sector se encuentra declarado reserva natural por la ordenanza municipal 2.185/03 y zona protegida bajo el amparo de la ley provincial 10.671,por la cual se protege a todos los humedales del ejido de Victoria.
De acuerdo a lo relevado, los propietarios de los mencionados paradores tienen sus domicilios en Rosario y los concurrentes a estas fiestas clandestinas son en un 90% de origen santafesino, según se calculó desde la fuerza policial. En cuanto al número, se constató la presencia aproximada de 1.200 personas en un parador (en “Caramelo”), 200 en el segundo (“Club del Río”) y unas 120 en otro (“Sale Isla”). En todos los casos, se aclaró a ERA Verde, superaban las 100 personas que podrían permitirse según decreto provincial para reuniones sociales al aire libre y que cuenten con la debida habilitación municipal.
Las autoridades también recordaron que los hechos también podrían inscribirse en la infracción al artículo 202º del Código Penal que reprime “con reclusión o prisión de 3 a 15 años, el que propagare una enfermedad peligrosa y contagiosa para las personas”, así como de violación a los Decretos de Necesidad y Urgencia dictados por el Poder Ejecutivo Nacional y sus respectivas reglamentaciones provinciales que restringen la circulación por la Pandemia de Covid-19, lo cual ameritaría la intervención de la Justicia Federal.
El desembarco
En diálogo con ERA Verde, el oficial a cargo de la Comisaría de la 2ª Sección Islas, José González, comentó que el operativo se llevó adelante en base a datos que se venían manejando “en cuanto a la extremada concurrencia de gente” en fiestas sobre el borde costero. “Más que fiestas clandestina el rótulo que yo lo daría es de excesiva concurrencia sin cumplir los protocolos en paradores existentes en la zona ribereña frente a la ciudad de Rosario”, planteó el comisario.
González apuntó que la idea del trabajo con el municipio de Victoria es la prevención, para evitar el colapso de estos lugares de esparcimiento, pero que lamentablemente se ha llegado a esta situación en la que debieron labrarse actas de infracción.
“Esto se da porque estamos frente a una ciudad de 1 millón y medio de habitantes en donde tiene resentido sus espacios públicos para ocio debido al grado de la etapa en la que está la Pandemia. Además del importante parque náutico y las más de 20 guarderías que se encuentran en la ribera del Paraná hacen que se torne bastante complicada la prevención y que se puedan implementar medidas paliativas y de concientización de la gente para poder trabajar en condiciones adecuadas, evitando que se exponga a la gente y a la vez puedan trabajar los paradores”, reflexionó el policía. “Sucede que la concurrencia de la gente se da por cuestiones lógicas de pensar que son espacios abiertos, pero se debe tener en cuenta que igualmente se debe cumplir con un protocolo que se está tratando de trabajar y concientizar, dado las normas vigentes en cuanto Nación y Provincia”, finalizó.