Detuvieron a la líder de una banda que realizaba estafas inmobiliarias
Una mujer líder de una banda dedicada a realizar estafas en la venta de inmuebles como también a la falsificación de documentos, en la provincia de Buenos Aires, quedó detenida.
Las investigaciones se iniciaron en julio a partir de múltiples denuncias realizadas en la fiscalía de Pilar a cargo Andrés Quintana.
Los damnificados manifestaron que, en un barrio privado llamado Las Calas en la zona de Villa Rosa en el partido de Pilar, una mujer realizaba cobros por la venta de departamentos dentro del barrio privado, los cuales nunca fueron entregados a las víctimas, tampoco la devolución del dinero por las operaciones no concretadas.
Policías federales realizaron discretas y minuciosas pesquisas durante varios días, determinando que la involucrada era la cabecilla de una organización ilícita dedicada a la usurpación y venta de inmuebles, como así también a la falsificación de los documentos de esas operaciones.
Lograron establecer los diferentes roles de los miembros de dicha banda delictiva. El juez Nicolás Ramón Ceballos, ordenó nueve allanamientos en las localidades de Villa Adelina, Villa Rosa, Ingeniero Maschwitz, Merlo, Del Viso, General Rodríguez, Hurlingham y en el barrio porteño de Villa del Parque.
Durante el procedimiento realizado en horas de la mañana, fue detenida Fernanda Valeria Pierade, de 46 años, mientras que siete personas fueron notificadas de la causa
Se secuestraron varios teléfonos celulares y pendrive, una notebook y documetación inmobiliaria falsa.
La acusada fue beneficiaria del IFE durante la pandemia. Ahora según las denuncias ofrecía una serie de posibles departamentos a desarrollar, más de 50. No todos valían lo mismo y los cobraba “según la cara”. Podían valer 20, 30, 50 mil dólares.
Tres acusados de estafas con tarjetas de créditos se negaron a declarar
Los ofrecía por Facebook. Uno de los interesados un empleado público de 29 años, también vecino de Pilar fue al supuesto barrio privado, rodeado por muros de tablones con revestimiento de loza, con algunas casas a medio construir en estado de abandono. Pero era barato y en cuotas.
Le entregó dos mil dólares y acordaron luego un plan de cuotas. Ella nunca más le respondió. Denunció el hecho. Se sumó a otras denuncias que ya había.
Comenzaron a investigar, intervinieron teléfonos de la acusada y pudieron identificar a sus cómplices.
Las Calas no era suyo, había sido usurpado con el casero que controlaba la propiedad.