Diana, princesa de Gales
Los príncipes Harry y Guillermo han desvelado la estatua de su madre en una ceremonia privada en el Jardín Hundido del Palacio de Kensington.
El príncipe Guillermo y el príncipe Harry se han vuelto a encontrar hoy, por primera vez desde el funeral de su abuelo, para desvelar la estatua en recuerdo de su madre, Diana de Gales, que hoy habría cumplido 60 años. Una estatua que representa a Diana rodeada de tres niños, que simbolizan su energía, su entrega y su compromiso con las causas de los débiles y desfavorecidos, y que preside el estanque del Jardín Hundido del Palacio de Kensington.
Una ceremonia quizás deslucida por la pandemia: la prensa y los simpatizantes de Diana, que han llenado los alrededores de Kensington de tributos a la princesa en las últimas horas, han tenido que conformarse con esperar en los aledaños del palacio. Dentro, los dos hermanos y un reducidísimo número de asistentes, entre los que destacaba su familia materna enseñaban por primera vez la estatua, encargada en 2017 (cuando se cumplieron 20 años de la muerte de Diana) al escultor Ian Rank-Broadley, también presente en la ceremonia.
La estatua, que reza “DIANA, PRINCESA DE GALES”, retrata a la madre de Guillermo y Harry con el estilo y el corte de pelo de sus último años, cuando ya había encontrado su propia identidad como embajadora humanitaria al margen de la Corona, tras su separación y divorcio de Carlos de Inglaterra (ausente del evento, como el resto de la Familia Real británica). A los pies de la estatua, en una losa de piedra, está inscrita la adaptación de un poema fúnebre, atribuido al activista afroamericano Grady Poulard, llamado The measure of a man /[La medida de un hombre], y que ya se leyó en el décimo aniversario de la muerte de la princesa. Adaptado a “una mujer”, en este caso, y que podría traducirse como:
“Estas son las unidades que miden el valor de esta mujer como mujer, sin importar su nacimiento. ¿O era su posición? Pero, ¿tenía un coracón? ¿Cómo jugó las cartas que Dios le dio?”.
Los hermanos también han emitido un comunicado conjunto:
“Hoy, en el que habría sido el 60 cumpleaños de nuestra madre, recordamos su amor, su fuerza, su carácter: las cualidades que hicieron de ella una fuera para el bien, que cambió incontrables vidas a mejor.
Cada día, desearíamos que siguiese con nosotros, y es nuestra esperanza que esta estatua se vea para siempre como un símbolo de su vida y de su legado.
Gracias a Ian Rank-Broadley, Pip Morrison [diseñador de la estatua] y a todo su equipo por su sobresaliente trabajo; a los amigos y donantes que hicieron esto posible, y a todos aquellos que en todo el mundo mantienen vivo el recuerdo de nuestra madre”.
La estatua es el remate a la remodelación completa del Jardín Hundido, parte integral del paisajismo del complejo del Palacio de Kensington, y uno de los lugares favoritos de Diana. Su escultura, que llevaba una semana esperando ser descubierta, ocupa un lugar destacado entre las más de 4.000 flores y plantas que componen la remodelación, seleccionadas también entre las especies botánicas favoritas de la princesa. Los dos hermanos se han hecho esperar, y han llegado por separado al evento, unos 15 minutos antes de la hora prevista para la ceremonia, en la que han ocupado un lugar destacado los tíos maternos de Harry y Guillermo: Charles, conde de Spencer; Lady Sarah McCorquodale y Lady Jane Fellowes.
El aforo ha sido tan reducido que las ausencias más notables han venido por parte de la familia real: ni siquiera Kate Middleton, esposa de Guillermo, ha acudido al acto, para poder hacer sitio a las personas más cercanas de Diana. Aunque tanto ella como los hijos de Guillermo, los principitos George, Louis y Charlotte, ya han podido pasear por el jardín remodelado y tener un anticipo de lo que hoy se descubría.
Antes de la ceremonia, los hermanos –que llevan casi dos año enfrentados, desde que Harry tomase la decisión de abandonar la familia real junto a su mujer, Meghan Markle (que se ha quedado en California cuidando de su hija recién nacida, Lilibet, y de su hijo mayor, el pequeño Archie) ya habían encontrado una forma de recuperar el contacto y romper el hielo: la victoria de Inglaterra sobre Alemania en la Eurocopa. Guillermo, presidente de la Asociación de Fútbol, pudo vivir el partido en directo en el estadio de Wembley, y la victoria de los ingleses sirvió para que los hermanos dejasen de lado sus diferencias para hablar animadamente del resultado.