Diecisiete pescadores desaparecen tras el naufragio de su barco en el Ártico ruso
Diecisiete marineros fueron declarados desaparecidos y dos fueron rescatados este lunes tras el naufragio de un barco pesquero en el Ártico ruso, con escasas esperanzas de ser hallados con vida ante unas condiciones meteorológicas extremas, con temperaturas de hasta 30 grados bajo cero, en una región inhóspita y de difícil acceso, informó el ministerio ruso de Situaciones de Emergencia.
El navío “Onega”, basado en Múrmansk, puerto del Ártico ruso, lanzó señales de socorro antes de hundirse frente al archipiélago de Nueva Zembla, en el mar de Barents, donde pescaba y fue sorprendido por una tormenta.
“La tripulación se compone de 19 personas. Dos personas fueron rescatadas”, indicó el Ministerio, citado por la agencia de prensa pública TASS.
Entre los fuertes vientos y las temperaturas que oscilan entre los -30 ºC y los -20 ºC en la zona del naufragio, las probabilidades de supervivencia de los desaparecidos son escasas, ya que en esas condiciones meteorológicas no es posible utilizar aviones de rescate.
Un barco realiza operaciones de búsqueda, según las autoridades que precisan que la causa del naufragio fue el hielo acumulado en el barco.
“No hay prácticamente ninguna oportunidad de resistir en tales condiciones, incluso con trajes” de protección, subrayó una fuente consultada por la agencia Interfax sobre los náufragos.
Según esa fuente, las vidas de los dos pescadores rescatados no corren peligro.
Otra fuente confirmó que “el navío cubierto de hielo se hundió instantáneamente durante una tormenta, no dejando casi ninguna posibilidad de supervivencia”.
Aunque los marineros llevaban trajes especiales, se cree que no tuvieron tiempo de hacerse con su equipo de supervivencia ya que el barco naufragó rápidamente, en plena tormenta, “en el momento en el que la tripulación levantó la red con la captura”, indicó otra fuente.
“La gente fue literalmente arrastrada desde el puente del barco al mar”, declaró esa fuente mencionada por AFP.
Según las autoridades regionales, el navío “Onega” pertenece a la empresa de pesca Kalinin, que se define en su página web como “uno de los principales exportadores de productos de la pesca de Rusia”.
Entre otros antecedentes de naufragios, se encuentra el de un navío de pesca ruso que en enero de 2018 se hundió con 21 personas a bordo en el mar de Japón, sin que se encontrara ningún sobreviviente tras cinco días de búsqueda en medio de temperaturas heladas y fuertes vientos.
En abril de 2015, otro naufragio en la misma región causó al menos 56 muertos.
En el mar de Barents, 14 oficiales rusos murieron en julio de 2019 en el incendio de su submarino, un accidente cuyas circunstancias no fueron reveladas por las autoridades en nombre del “secreto de Estado”.