EEUU: asesinan de cinco tiros a el hijo de una pareja de argentinos
Estaba arrodillado y tenía un martillo en la cintura. El agente dice que lo confundió con un arma. Había marchado en California por el crimen de George Floyd.
Un joven de 22 años fue asesinado en la ciudad de Vallejo, en California, por un efectivo de la policía que confundió el martillo que llevaba en su cintura con un arma y le disparó cinco veces, pese a que estaba arrodillado y con las manos en alto.
Sean Monterrosa era hijo de Laura y Nefradi, ambos oriundos de la Argentina, y había salido a la calle para manifestarse por la muerte de George Floyd el pasado 2 de junio. Cerca de la medianoche, un llamado al 911 alertó a la policía sobre saqueos en una farmacia. Al llegar al lugar, los efectivos se cruzaron con este joven y lo matando.
“Estaba levantando las manos y le dispararon. Lo ejecutaron”, dijo una de sus hermanas en diálogo con una cadena de televisión ABC.
El oficial que lo asesinó y dos compañeros que estaban con él en ese momento fueron separados de la fuerza bajo licencia administrativa (con goce de sueldo), mientras avanza la investigación. Los efectivos podrían enfrentar un proceso judicial por homicidio.
El Departamento de Policía de Vallejo tardó un día completo en admitir que el joven había muerto y, terminó contándolo 48 horas después en una conferencia de prensa. El jefe de policía Shawny Williams confirmó que Monterrosa estaba arrodillado con las manos sobre la cintura cuando le dispararon.
Luego de ser herido, el joven fue trasladado a un hospital, pero no logró sobrevivir. Desde allí, llamaron al celular de una de sus hermanas para contarles lo sucedido. El padre de Sean relató en diálogo con la prensa local que llamó a Laura, la mamá del joven, para decirle lo que le había pasado.
“Estos policías van a seguir matando personas como mi hermano, gente como George Floyd y duele mucho”, aseguró en una entrevista televisiva una de las hermanas de la víctima.
Desde Nueva York, la corresponsal de TN Nieves Zuberbühler contó que dialogó con los amigos del joven asesinado y que todos lo definieron como una persona “familiera, estudiosa y ávida de la lectura”.
Según reveló su círculo íntimo, trabajaba como seguridad de un local y vendía alimentos a la salida de bares y boliches. Su sueño era comprarle una casa a su mamá.
Horas antes de su muerte, sus hermanas contaron que Sean había participado de las protestas por la muerte de George Floyd en su ciudad y que les había pedido que firmaran peticiones relacionadas a la causa.
La muerte de Sean no fue la única ocurrida en el marco de la violencia policial luego de la de Floyd. Este viernes, Rayshard Brooks, de 27 años, fue asesinado por un efectivo de la Policía de Atlanta en el estacionamiento de un local de comidas.