El 12% de los argentinos no come carne
De acuerdo a una encuesta desarrollada por la Unión Vegana Argentina (UVA), la población vegana y vegetariana creció de 9% a 12% en 2020 en Argentina.
Según los datos, entre quienes no comen carne hay más mujeres (52%) que hombres (48%) y la mayoría tiene entre 35 y 49 años.
Para la industria frigorífica y el comercio minorista del sector, el fenómeno obedece a que tanto los productos aviares, como porcinos y bovinos tuvieron un incremento de sus valores muy por encima del costo de vida. Pero, para quienes militan en el veganismo todo está relacionado con un cambio de conciencia generalizado que llegó de la mano de la pandemia.
“Esto es una tendencia mundial, Argentina está dentro de un contexto de modificaciones alimenticias que es inédito”, señaló a Carbono News el fundador y director de UVA, Manuel Alfredo Martí.
Sin duda, muchos referentes de la cultura y el espectáculo nacional que practican estas dietas han ayudado mucho con sus testimonios para que esta corriente se haya consolidado.
Y los ejemplos sobran: Nicolás Pauls, Liz Solari, Mariano Martínez (Ataque 77), Fernando Cerolini, Erica Rivas, Claudio María Domínguez, Leo Montero y Axel, entre otros. Ellos siguieron los pasos de distintos artistas vegetarianos como Nacha Guevara, Julieta Díaz, Cande Tinelli, Ricardo Mollo, Marcelo Polino, Luis Pavesio, Valeria Schapira, Natalia Oreiro, Julieta Nair Calvo y Patricia Sosa.
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“Somos una minoría que crece de forma exponencial y tenemos derecho a ser tratados como tal. Necesitamos que se instrumenten las políticas públicas necesarias para atender la demanda de nuestra comunidad en educación, salud y justicia”, dijo Martí, quien también se desempeña como periodista y docente.
Los veganos sienten que a menudo son descalificados y ninguneados por sus preferencias. Suelen sostener que los medios responden a intereses vinculados a la industria tradicional de la alimentación y que para no herir a sus principales sponsors publicitarios evitan visibilizar este proceso.
“El veganismo extiende su compromiso a todos los ámbitos de la vida. Rechazamos el uso y la utilización de animales para cualquier fin. No consumimos huevos ni derivados lácteos. Eso, como se imaginarán, afecta intereses muy poderosos”, explicó Martí, quien recientemente se reunió con el presidente Alberto Fernández para hacerle llegar más de 500.000 firmas reunidas en contra del acuerdo porcino con China anunciado por el Gobierno.
El vegano traslada sus creencias a la vida cotidiana y tampoco utiliza vestimentas que se hagan con cuero y rechaza asistir a eventos donde se utilicen o se exploten animales.
De acuerdo a datos de la consultora Ecolatina, por tercer año consecutivo el promedio de ingesta de carne de vaca, pollo y cerdo viene bajando en Argentina.
– En 2018 fue de 115 kilos por habitante.
– En 2019 bajó a 109 kilos por habitante.
– En 2020 retrocedió y quedó por debajo de los 100 kilos por habitante.
Sin embargo, esta merma no ha afectado la actividad ya que la demanda internacional de estos productos se mantiene en curva creciente.
En países como China, cuyas dietas no estaban tan acostumbradas a este tipo de proteínas, se vive una explosión en la importación de estos onerosos productos.
La hora de los “flexitarianos”
En el contenido de la mencionada encuesta realizada por UVA, surge una nueva categoría intermedia entre la grieta que divide a quienes abjuran de la carne y los que la prefieren como plato principal casi a diario. Otro 12% de la población se definió como “flexitariano”.
Se trata de sujetos que estaban habituados a los asados pero, por un motivo u otro, han ido perdiendo interés en los últimos tiempos por las grandes parrilladas. Estos “conversos” ya suman otro porcentaje muy elevado del muestreo aludido. Ocupan esta franja quienes degustan bifes, matambres o supremas apenas una vez por semana.
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“Prueben un día y verán que no es tan difícil dejar de consumir cárnicos porque hay comidas muy sabrosas. El aporte que se hace al ambiente gracias a ello es muy alto. Gracias a Internet comenzó a circular información e imágenes que muestran lo que hacen los mataderos y eso llega a los jóvenes y a niños en particular. Es una nueva generación. Es una etapa de la vida de enfrentamiento a los parámetros de las generaciones anteriores, implica juzgar la cultura alimentaria de los padres”, concluyó el titular de UVA.