El Congreso de EEUU juzga a las grandes tecnológicas
Los responsables de Amazon, Facebook, Apple y Google defienden su negocio de las acusaciones de monopolio y abuso de poder.
Cuatro de las cinco mayores compañías tecnológicas estadounidenses, Amazon, Facebook, Apple y Google, han intervenido esta tarde ante la Comisión de Justicia del Congreso de los Estados Unidos. Ha sido una intervención atípica. Primero, porque la epidemia de COVID-19 ha obligado a cambiar las reglas habituales de este tipo de eventos. En lugar de sentarse directamente ante los congresistas que forman parte de la Comisión, Jeff Bezos, Mark Zuckerberg, Tim Cook y Sundar Pichai han defendido sus compañías mediante videoconferencia.
Pero lo ha sido también por la propia magnitud de la comparecencia, que muchos han comparado con el enfrentamiento del gobierno con las grandes tabaqueras en la década de los 90 o Microsoft a finales de la misma década.
Estos cuatro gigantes dominan todos los aspectos de la vida digital, desde el comercio electrónico a la identidad digital de la inmensa mayoría de los internautas. En Europa y Asia han tenido que hacer frente a cuantiosas multas o cambiar sus políticas a la hora de operar, pero EE.UU., hasta ahora, no se había mostrado preocupada por el tamaño de sus operaciones. Su poder ha crecido y se ha concentrado en los últimos años sin limitación alguna por parte del gobierno del país.
Hace un año, la Comisión de Justicia del Congreso comenzó a investigarlas para determinar si podrían estar perjudicando la libre competencia. La intervención ante el Congreso forma parte de esta investigación y ha obligado a los responsables de las compañías, acostumbrados a operar en el territorio sin grandes cortapisas, a adoptar por primera vez una actitud defensiva.
AMAZON, DEMASIADO GRANDE
Jeff Bezos, fundador y presidente ejecutivo de Amazon, ha recalcado por ejemplo que Amazon realmente sólo representa el 4% de las ventas minoristas de EE.UU. y que grandes superficies, como Walmart, no sólo tienen un peso mayor en la economía del país sino que están creciendo a un ritmo más rápido que Amazon. “Hay espacio en el mundo del comercio al por menor para muchas historias de éxito”, dijo ante la comisión.
Pero parte de la preocupación del Congreso es que su tamaño y la cantidad de información que posee de sus clientes le permite vender productos con mucha mayor eficiencia a la que pueden aspirar los negocios tradicionales. Amazon vende desde hace años productos de electrónica de consumo (los libros electrónicos Kindle o los altavoces Echo, por ejemplo) y ha empezado a afianzar su posición en moda y complementos también con marcas propias.
Bezos ha restado importancia a esta parte de su negocio, indicando que no representa todavía un gran riesgo para marcas más establecidas.
El fundador de la empresa, en cualquier caso, se mostró favorable a la actitud de la Comisión. “Amazon debe ser investigada. Deberíamos vigilar todas las grandes instituciones, ya sean empresas o agencias gubernamentales. Nuestra responsabilidad es asegurarnos de pasar el escrutinio con éxito”, ha concedido.
En los últimos años varias organizaciones de defensa del consumidor y algunos políticos han comenzado a valorar la necesidad de escindir el negocio de Amazon en varias compañías independientes, sobre todo ahora que la empresa está desarrollando su propio negocio de logística, creando cadenas de supermercados, y teniendo en cuenta que controla también una gran parte de la infraestructura de la red a través de su negocio Amazon Web Services. La empresa también ha sido cuestionada por sus prácticas predatorias hacia los distribuidores tradicionales e investigadas por abusos laborales en sus centros de distribución.
APPLE, CONTRA LAS CUERDAS
El problema de Apple es parecido al de Amazon, pero en digital. La Comisión considera que su tienda de aplicaciones, la AppStore, podría estar asfixiando el negocio de terceros. Apple se lleva entre un 15% y un 30% de todas las transacciones realizadas en la tienda, incluidas la compra de bienes digitales dentro de las propias apps, una comisión que asegura es “similar” a la de otras tiendas digitales pero que muchos desarrolladores consideran desproporcionada.
Para poder asegurarse el pago, la compañía también ha instaurado una serie de políticas que hacen muy complicado operar de forma alternativa. Los desarrolladores, por ejemplo, no pueden poner enlaces directos a métodos alternativos de compra para el contenido. Un problema adicional es que Apple a menudo compite directamente con sus propias apps y servicios con terceros desarrolladores, pero se beneficia de no tener este tipo de comisiones.
En declaraciones al Congreso, Tim Cook, presidente de Apple, defendió la actitud de la empresa recordando que Apple tiene solo una pequeña parte del mercado de la telefonía móvil y que la AppStore ha abierto la puerta a que muchos pequeños desarrolladores, creando una plataforma que ha generado más de 1.200 millones de dólares en ingresos para ellos desde su creación en 2008.
“Las únicas apps que tienen comisión son aquellas en las que el desarrollador adquiere un cliente gracias a Apple”, explicó Cook, que recordó que la empresa no se lleva dinero por apps gratuitas o por los ingresos que generan las apps con publicidad. “Son comisiones muy inferiores al 50% o 70% que muchos desarrolladores tenían que pagar antes de la AppStore por distribución”, ha añadido.
Varios de estos desarrolladores han testificado ante el congreso de forma independiente como parte de la investigación. En los últimos años, Apple ha tenido que apaciguar a muchos de ellos por la frustración que genera el draconiano proceso de aprobación de las diferentes apps en la tienda de la compañía. A diferencia de Android, donde existen alternativas, sólo es posible llegar a los usuarios de iPhone (un mercado muy lucrativo dado el alto nivel adquisitivo del cliente medio) a través de esta tienda, un hecho que podría complicar la defensa Apple en un juicio por monopolio.
FACEBOOK Y LA AMENAZA CHINA
El dominio absoluto de Facebook de la esfera social gracias a las adquisiciones de WhatsApp e Instagram, y la adopción de muchas de las funciones de sus competidoras, como SnapChat, ha obligado a la comisión a considerar también el poder que Mark Zuckerberg, fundador y presidente de Facebook, tiene sobre el discurso público en Estados Unidos.
En un año electoral es una cuestión especialmente preocupante, sobre todo cuando se consideran problemas derivados como la difusión de noticias falsas y propaganda. Zuckerberg aprovechó su aparición ante el Congreso para explicar algunas de las medidas de protección que se han implementado de cara a las elecciones y recordar la amenaza que supone el auge de ciertas redes sociales de origen chino, en una referencia velada a TikTok, que ha conseguido rebajar la fuerza de Instagram, particularmente entre los usuarios más jóvenes.
“China está construyendo su propia versión de Internet, centrada en ideas muy diferentes de las nuestras, y están exportando esa visión a otros países”, explicó. Zuckerberg también llamó al gobierno a regular de forma más activa la libertad de expresión en la red, una cuestión que, asegura, no debe dejarse en manos de empresas.
GOOGLE, EL ÚNICO BUSCADOR
La Comisión está considerando, también, si Google podría haberse convertido en una compañía demasiado grande en el negocio de las búsquedas en la web y la publicidad, impidiendo el desarrollo normal de la actividad para una empresa que no quiera usar sus servicios.
Sundar Pichai, presidente de la empresa, aseguró a la Comisión que existen buscadores alternativos en la red, pero que el éxito de Google se debe exclusivamente a la calidad de su producto. También aprovechó la intervención para señalar que sus herramientas han sido claves para la supervivencia de muchos pequeños negocios durante la pandemia de COVID-19. “Gracias a nosotros, pequeños comercios pueden competir hoy globalmente”, explicó.
Pichai señaló que el mercado de las búsquedas ha evolucionado en los últimos años y la búsqueda directa en la web ya no puede considerarse como el único escenario de competición para las alternativas. Los asistentes de voz o la búsqueda dentro de apps son también una realidad y Google tiene fuerte competencia en estos sectores.
Varios estudios independientes, sin embargo, han concluido que el dominio casi absoluto del mercado de la publicidad que tiene Google ha llevado a un aumento del precio de los anuncios digitales y que su tamaño desestabiliza claramente el mercado.