El conmovedor testimonio de Georgina Barbarossa sobre su adicción
La actriz y conductora se sinceró en PH y recordó cómo, a raíz del asesinato de su esposo, se sometió a todo tipo de operaciones
Georgina Barbarossa fue una de las invitadas de este sábado en PH: podemos hablar (Telefe) y generó conmoción con un duro relato sobre su conflicto con la obesidad y su adicción a las cirugías, algo que comenzó a raíz del asesinato de su marido.
Andy Kusnetzoff, el conductor de ciclo, les pidió a los invitados que dieran un paso al frente si alguna vez se sintieron insatisfechos con su imagen. Georgina fue una de las primeras en hacerlo y, cuando le tocó explicar por qué, sostuvo: “De chiquita sufrí mucho. Hasta los 5 años era una nenita normal, era lindita. Nació mi hermana y me agarró toda una cosa de celos y voracidad. Empecé a comer y a comer y a comer, y a engordar”.
“Empecé a ser una nena gordita y a luchar contra mi obesidad. A partir de ese momento me quedó como una mentalidad… yo me veo en el espejo y siempre me veo gorda”, aseguró la actriz y conductora.
“Vivo haciendo dieta permanentemente. Y por ahí estoy bien, la gente te dice que estás bien, pero tengo una mentalidad como la de las personas con trastornos alimentarios que se ven mal”, agregó.
Siguiendo con su duro relato, Barbarossa comenzó a hablar sobre de su adicción a las cirugías. Cuando empezó a trabajar en la televisión, tres actrices le recomendaron que se opere la nariz. “En esa época se usaba”, aclaró Georgina. Sin embargo, su mamá se lo prohibió. “Nunca en mi vida me operé la nariz, siempre me dio mucho miedo morirme en la anestesia”, confesó.
Sin embargo, el asesinato de su marido, Miguel Ángel “Vasco” Lecuna, cambió el panorama drásticamente. “Cuando mataron a mi marido, cuando lo acuchillaron a ‘Vasco’, a mí me agarró muchísima culpa de estar viva. Tema de terapia. Entonces me empecé a acuchillar y a operar”, aseguró. “Un día me miré al espejo, a los dos meses, tenía los ojos hinchados y dije ‘chau, me opero los párpados’”, agregó.
“Inconscientemente, yo que me moría de miedo de ir a una cirugía, me empecé a operar”, insistió Georgina. Después de los párpados, siguió con lipoaspiraciones y cirugías mamarias, entre otras intervenciones. “Mi madre me decía ‘Georgina, estás loca’. Le mentía a mi terapeuta y me iba a operar igual. Como de castigo, ¿entendés?”, explicó.
Georgina aclaró además que pudo dejar atrás su adicción, aunque todavía hay momentos en los que piensa en volver al quirófano. “Ahora me veo que se me cayó un poquito la papada y digo ‘ay, ¿qué hago?’”, confesó y reflexionó: “Pero en algún momento alguien tiene que envejecer, ¿no?”.