El dictador de Turkmenistán prohibió la palabra coronavirus
Berdymukhamedov declaró a su país “libre” de Covid-19 y reanudó las actividades. Un mandatario estrafalario que gobierna con mano de hierro.
Kurbanguly Berdymukhamedov, dictador de Turkmenistán, prohibió por decreto la utilización de la palabra “coronavirus” de los documentos oficiales y de la prensa, controlada por las autoridades, y declaró al país “libre” del virus, por lo que reanudó las actividades y los espectáculos deportivos, entre ellos el fútbol. El mandatario gobierna con mano de hierro su país, el cuarto con más yacimientos de gas natural del mundo y que, por el momento, no reporta casos positivos ni muertes.
Desde su llegada al poder en 2006, tras la muerte del ex dictador Saparmurat Niyazov, Berdymukhamedov, que era dentista y vice primer ministro de su antecesor, hizo del culto a su personalidad una política de Estado. Bautizó con su nombre calles, plazas y mezquitas, una gigantesca estatua dorada de él montando a caballo preside una de las plazas principales de la capital Ashgabat y sus libros inundan los estantes de librerías, bibliotecas y escuelas.
Pero con la llegada del coronavirus, el absurdo llegó a límites insospechados. La palabra ‘coronavirus’ desapareció de los documentos informativos repartidos en hospitales, escuelas y centros de salud, que en su lugar hablan de “protección contra enfermedades respiratorias agudas”. A los médicos se les prohibió hablar sobre el virus. Los medios oficiales, especialmente la televisión, apelan a mil sinónimos para no mencionar la palabra.
Pese a ordenar inicialmente un estricto confinamiento de la población, el jefe de Estado relajó las medidas, fomentando incluso reuniones masivas. El 8 de abril encabezó actos para celebrar el Día Internacional de la Salud, ignorando los consejos y recomendaciones de distanciamiento social para luchar contra la pandemia. Berdymoukhamedov participó en una excursión ciclista y luego hizo equitación, según las imágenes difundidas por la televisión estatal.
Turkmenistán, la más meridional de las ex repúblicas soviéticas, limita con Irán y Afganistán y posee un 10% de las reservas globales de gas natural y es uno de los países más cerrados del mundo, superando incluso a Corea del Norte. “La pandemia del Covid-19 resalta y amplifica las múltiples crisis que amenazan al derecho a una información libre, independiente, plural y fidedigna”, deploró Reportes sin Fronteras (RSF) en su Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2020, donde Norcorea y Turkmenistán fueron los países con peor desempeño del mundo.