El Gobierno destrabó obstáculos aduaneros para exportar pescado
El Gobierno argentino logró destrabar un obstáculo de la fiscalización aduanera brasileña para la exportación de pescados y frutos del mar a Brasil, donde los principales empresarios del sector se reunieron este jueves con los mayores importadores brasileños para aumentar las ventas de merluza, langostino y abrir el mercado a la trucha y los mejillones.
Así lo dijo el subsecretario de Pesca y Acuicultura, Carlos Liberman, quien encabezó acompañado del cónsul general en San Pablo, Luis María Kreckler, la misión oficial en la ronda de negocios que realizó en la sede de la poderosa Federación de Industrias del Estado de Sao Paulo (Fiesp).
El Gobierno había iniciado la misión el miércoles con el viaje del ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Julián Domínguez, quien acompañado del embajador Daniel Scioli se reunió con su par brasileño, Marcos Montes Cordeiro, y los presidentes de las cámaras empresariales pesqueras y directivos de empresas del sector.
Uno de los temas abordados por Domínguez y Cordeiro fueron los obstáculos encontrados por exportadores argentinos para colocar en los últimos meses merluza en el vecino país, en virtud de algunas alteraciones en el código de importaciones de Brasil.
Durante el encuentro, se anunció la modificación por 60 días del criterio de evaluación de la merluza congelada argentina que agilizará las ventas a ese país y traerá un impacto inmediato a exportaciones de la Patagonia y Mar del Plata.
“Se ha logrado modificar la situación que había causado dificultades para la exportación”, dijo Liberman.
La ronda de negocios permitió además de la merluza –principal producto que Argentina le vende a Brasil- que el langostino estuviera en las ofertas de los productores argentinos de las provincias de Buenos Aires, Rio Negro, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego.
El mercado de langostino se abrió el año pasado en Brasil luego de más de una década prohibido y está destinado actualmente sobre todo a los restaurantes de alto nivel y la hotelería.
La acuicultura, según Liberman, fue por primera vez parte de la oferta de productos pesqueros a Brasil, sobre todo la trucha.
“La trucha argentina es una opción para el mercado de Brasil. La que nosotros ofrecemos es libre de antibióticos, desarrollado en zonas declaradas libres de enfermedades transmisibles, producto de mayor calidad que el salmón y que puede ser una opción para el sushi”, explicó el funcionario.
En Brasil existe la mayor comunidad japonesa fuera de Japón y San Pablo es una de las ciudades del mundo que más consume sushi en forma masiva y popular, con lo cual la trucha puede ingresar como una competencia del salmón.
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Por su parte, Kreckler dijo a Télam que la intención de la ronda de negocios, organizada por Argentina en la sede de la federación industrial más importante de América Latina, es profundizar el mercado de Brasil para los pescados y langostino argentino, en el marco del conflicto entre Rusia y Ucrania.
“A raíz de la guerra de Ucrania la idea es ingresar más productos a Brasil. Estamos buscando nuevos nichos de mercado en el Brasil profundo, en la región noreste, y San Pablo es la vía para que se junten de todo Brasil”, explicó el diplomático.
Kreckler destacó la visita del ministro Domínguez a Brasilia, lo que permitió liberar las trabas temporarias que habían registrado algunos embarques de merluza en los últimos meses.
Por su parte, el titular de la División de Pescados del Departamento de Agronegocio de la Fiesp, Roberto Imai, comentó a Télam que el interés brasileño en el pescado argentino es alto porque “la merluza es parte de la mesa de los brasileños”.
“Esta ronda de negocios ha sido todo un éxito. Para los argentinos, el mercado brasileño es muy atractivo. Nada mejor que venir a vender pescado antes de la Semana Santa”, declaró el empresario brasileño.