El hospital Cullen realizará un estudio pionero para estudiar a personas con secuelas de COVID-19
Convocarán a quienes estuvieron internados y recibieron el alta, o cursaron la enfermedad en su casa. Buscan identificar y prevenir las afecciones que persisten luego de la infección.
El Ministerio de Salud provincial, a través del hospital Cullen, informó que está iniciando un estudio, pionero e inédito, en la provincia. El mismo busca identificar y documentar las principales secuelas que deja la internación por COVID-19 en personas con cuadros moderados o graves; o bien en aquellas que cursaron la enfermedad de modo ambulatorio (en su casa) pero que después del alta epidemiológico presentan consecuencias físicas.
Ariel Ballina es neumonólogo e integra el servicio de Neumonología y Alergia de este hospital de la ciudad de Santa Fe y explicó que el estudio tiene varios objetivos: “Primero, buscamos asistir a los pacientes que superaron la enfermedad pero que quedaron con diversas secuelas por lo que requieren seguimiento, rehabilitación y contención; segundo, estudiar, objetivar, identificar y documentar las mismas, a los fines de aportar al conocimiento científico de la enfermedad”.
Enfatizó asimismo que “se busca desarrollar un método de seguimiento estructurado acompañado de estrategias de tratamiento de las patologías detectadas en la etapa post-covid, para minimizar el daño secuelar permanente en los pacientes que tuvieron una infección por coronavirus”.
Comprender, evitar y rehabilitar
Ballina reflexionó en relación al COVID-19 que “todo es muy reciente, dinámico e incierto y en el mundo no hay conocimiento médico ni experiencia suficientes”, por ello son necesarias estas investigaciones.
No obstante, sostuvo que algunos estudios de otros países mencionan como principales consecuencias de haber padecido esta enfermedad “considerables problemas respiratorios, cardiológicos y neuromusculares, de distinta gravedad”. “Ahora bien –resaltó–, lo que no está claro es el tiempo que estas durarán, porque ni siquiera pasó un año desde que el coronavirus emergió y comenzó a expandirse”.
Y advirtió el neumonólogo: “Muchas personas que reciben el alta quedan muy, muy afectadas: con tos, disnea (dificultad para respirar), malestar general, problemas musculares, articulares, respiratorios. Y nosotros tenemos el compromiso de ayudarlos a superar ese malestar”.
También dijo que es necesario “delinear estrategias de diagnóstico, prevención y tratamiento de esas secuelas en los pacientes recuperados de COVID-19, con la esperanza de reintegrarlos lo más rápidamente posible a su vida normal”
Necesidad y forma de implementación
Desde el denominado “Programa de seguimiento y tratamiento preventivo de secuelas a largo plazo en pacientes con antecedentes de infección grave por COVID-19” que se inicia en el Cullen, sus impulsores explican que “es cada vez mayor el número de personas que reciben internación y tratamiento en el hospital, pero también y gracias a los recursos disponibles es alta la tasa de pacientes recuperados de cuadros de infección severa”.
Aún así, muchos de ellos “demuestran la persistencia de lesiones estructurales de órganos o alteraciones funcionales, producto de la infección sufrida”, enfatizan los profesionales que integran el proyecto.
Además de Ariel Ballina, Martin Maillo, Martín González Vara, Paula Gonzalo, Luciana Vegetti, Leonel Perelló, Adrián Carlessi y Sebastián Wustten son quienes llevarán adelante el estudio; y consideran que los pacientes recuperados de Covid requieren “un seguimiento que les permita la recuperación en un sentido integral, ya que muchos presentan evolución prolongada de síntomas con persistencia de secuelas pulmonares, físicas e incluso emocionales”.
En otro orden, Ballina explicó que se espera poder convocar a 200 personas luego de que, mínimamente, hayan transcurrido 25 días desde que tuvieron el alta epidemiológico.
Se les realizarán evaluaciones clínicas y estudios exhaustivos: análisis de sangre, electrocardiogramas, ecocardiogramas, resonancias magnéticas cardíacas, tests de marcha, tomografías, espirometrías, además de entrevistas orientadas a evaluar su calidad de vida, entre otros aspectos.
La rehabilitación y el tratamiento se realizará conjuntamente con profesionales del Cemafe (kinesiólogos y médicos de diversas especialidades) de manera ambulatoria, con evaluaciones integrales mínimamente cada tres meses.