El juez que encarceló a Lula y rompió con Bolsonaro será candidato a Presidente
Sérgio Moro disputará la presidencia. El antiguo juez lanza su candidatura para erigirse en el candidato de la tercera vía en 2022
El antiguo juez Sérgio Moro, de 49 años, pretende convertirse en el candidato de los brasileños que buscan una alternativa al presidente Jair Bolsonaro y a su predecesor Lula da Silva. El magistrado se ha afiliado este miércoles en Brasilia al partido Podemos y en su discurso ha esbozado los grandes trazos de su proyecto para las presidenciales de 2022.
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Moro se ha presentado como un hombre íntegro, guiado por principios, no por interés personal, que quiere reconciliar el polarizado Brasil, combatir la corrupción, erradicar la pobreza y defender la austeridad. Ni palabra en todo el acto de la gran mancha en su trayectoria, que el Supremo dictaminó que no fue imparcial al juzgar a Lula.
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Ha subido al escenario con mascarilla y sin corbata. Ya no tiene aquel aura de héroe contra la corrupción. La izquierda considera que fue instrumental para echarla del poder. Y para los fieles a Bolsonaro es un traidor.
El juez que condenó al líder del Partido de los Trabajadores (PT), el que aseguraba que jamás entraría en política, aceptó cuando Bolsonaro lo invitó a ser ministro de Justicia. El idilio con el el exmilitar duró poco. Dimitió. La política brasileña, como las telenovelas, está repleta de encuentros y desencuentros dramáticos entre un puñado de personajes.
Aquellas condenas de Moro fueron cruciales para impedir a Lula enfrentarse a Bolsonaro en las elecciones de 2018. Tras cumplir un año de cárcel, el izquierdista recuperó la libertad y sus condenas fueron anuladas.
El Podemos brasileño es un partido fundado en 2017 con un programa centrado en la lucha contra la corrupción. Brasil celebrará elecciones a dos vueltas en octubre de 2022 con el duelo Bolsonaro-Lula como el más probable aunque ninguno lo ha oficializado. Las encuestas electorales muestran a Lula en cabeza hace meses mientras Bolsonaro pierde apoyo, fundamentalmente, por la mala situación económica, con la inflación en alza, un desempleo abultado. El malestar con la gestión de la pandemia es amplio y profundo.
El discurso era el primer paso del antiguo juez Moro para convertirse en el candidato de la tercera vía, de los que consideran al presidente y a su predecesor unos extremistas. Moro tiene la mira puesta en los que, como él mismo, están desilusionados con el presidente. Aunque abundan los electores que se declaran huérfanos de candidato, ninguno de los aspirantes a asumir la bandera del centro derecha -dos gobernadores, el presidente del Senado, un exministro de Salud…— ha logrado acercarse siquiera en los sondeos al dúo en cabeza.
Desde que abandonó el Gobierno acusando a Bolsonaro de interferir en la policía para proteger a sus hijos, Moro ha vivido en Estados Unidos, lejos de la política y los focos, preparando su estrategia sin desgastarse.