El síndrome de Müller-Weiss, la lesión de Rafa Nadal que le hace vivir con permanente dolor
El manacorense padece una enfermedad degenerativa incurable que ya le hizo perderse buena parte de 2021.
Hace ya tiempo que Rafa Nadal convive con el dolor como parte de su vida diaria, tanto fuera como dentro de la pista. La labor mental que debe realizar el tenista manacorense para mantenerse al primer nivel no siempre es suficiente, y admite sin tapujos que los antiinflamatorios se han convertido en un complemento más de su alimentación.
Tras la eliminación del Masters 1000 de Roma, del que era el vigente campeón, frente a Denis Shapovalov, Nadal relató de manera muy clara que no puede hacer más ante su gran enemigo: la osteocondritis del escafoides o síndrome de Müller-Weiss. Una dolencia que le acompaña desde que empezó su carrera deportiva pero que, con los años, se ha vuelto aún peor.
Rafa Nadal regresará al circuito en el Masters 1000 de Madrid
La enfermedad que sufre Nadal ya le ha hecho replantearse su vida en varias ocasiones. La primera vez fue en 2005, antes de convertirse en una de las mayores leyendas de todos los tiempos del tenis mundial. Se lo confesó a Bertín Osborne: ya no se acordaba de jugar sin dolor. En 2021 ya le hizo perderse buena parte de la temporada y hasta el mismo mes de diciembre no sabía si iba a volver.
Hard to watch ?
A difficult end to the night for @RafaelNadal in Rome…@InteBNLdItalia #ibi22 pic.twitter.com/4oOyTrYP4Q
— Tennis TV (@TennisTV) May 12, 2022
Los síntomas del síndrome de Müller-Weiss
La dolencia de Nadal está catalogada como una enfermedad rara, incurable, inoperable y degenerativa. Le acompañará toda su vida, mucho más allá de cuando se retire, y es consciente de ello.
El manacorense la padece en el escafoides del pie izquierdo y consiste, dicho en corto, en una falta del riego sanguíneo que provoca la muerte (necrosis) del hueso.
La enfermedad se engloba en el tipo de osteocondritis, que suelen aparecer en el hueso bajo el cartílago de la articulación, en términos generales, y dan la cara en niños varones de entre 5 y 10 años. Aunque una detección temprana hace que el movimiento de la articulación se recupere al 100%, los episodios de dolor (especialmente en el caso de personas que realizan mucho deporte o están mucho tiempo de pie) vuelven de vez en cuando.
El síndrome de Weiss-Müller es un tipo exacerbado de osteocondritis que se produce en adultos, con más presencia en mujeres y en postura bilateral (el exterior y el interior del tobillo). Los enfermos sufren dolor importante y progresivo acompañado de deformidad del hueso que adquiere la forma de coma con “protusión dorsal o medial y colapso de la porción lateral”, explica el doctor David Lopez Capapé, y puede acabar derivando una artrosis.
Enfermedad de #mullerweiss con afectación hueso #escafoides pic.twitter.com/Tid2nUEXYf
— podologiadeportiva (@pododeportiva) November 15, 2018
Uno de los grandes problemas de este síndrome es que su diagnóstico solo es posible cuando la enfermedad está en una fase muy avanzada, y el único tratamiento es el más radical posible: fijar la articulación y bloquearla. Esto evita el dolor, pero también impide el movimiento así que en el caso de un deportista de élite es algo descartado.
Así que Nadal no tiene otra solución que tirar de medicamentos antiinflamatorios (y no puede consumir cualquiera, debido a las limitaciones que imponen las reglas antidopaje), respetar los tiempos de descanso de manera estricta y fortalecer la musculatura general de la zona. Todo ello acompañado de un fuerte trabajo psicológico, que pueda plantearle incluso considerar si merece la pena estirar mucho más su carrera.