Elecciones en Brasil: ¿Que país le deja Jair Bolsonaro a Lula da Silva?
Con el 100% de las mesas escrutadas, Luiz Inácio “Lula” da Silva (Partido de los Trabajadores) se convirtió por tercera vez en el presidente de Brasil, luego de derrotar a Jair Bolsonaro (Partido Liberal) en el balotaje. El líder del PT se impuso por una mínima diferencia (50,90% vs. 49,10%) y le tocará gobernar un país donde la mayoría de los gobernadores y del Congreso son de partidos que responden al bolsonarismo.
En esta nota te contamos qué Brasil le deja Bolsonaro a Lula, según los principales indicadores económicos y sociales del país limítrofe, que resulta de vital importancia para la Argentina.
1. Retroceso en el ranking de las mayores economías del mundo
Según esta nota del diario brasileño Folha de San Pablo, en 2003 (primer año de gobierno de Lula da Silva), Brasil ocupaba el puesto 13 en el ranking de las mayores economías del mundo elaborado por el Fondo Monetario Internacional (FMI). En 2010, al terminar su presidencia, el país había avanzado al puesto número 7.
En 2018, al asumir Bolsonaro (luego de las gestiones de Dilma Rousseff y Michel Temer), Brasil se encontraba en el noveno lugar de las mayores economías del mundo. En tanto, en 2021 (último dato consolidado disponible) el país cayó al puesto 13, y para 2022 (con una estimación de crecimiento del 2,8% según el FMI) se espera que logre escalar posiciones.
2. Aumento del ritmo inflacionario
En diciembre de 2018, el mes previo a la asunción de Bolsonaro como presidente, la inflación interanual de Brasil fue del 2,95%. En su primer año de mandato subió al 3,75%, mientras que en 2020 aumentó al 4,52%.
En 2021, en tanto, la inflación interanual alcanzó las 2 cifras ubicándose en el 10%, el segundo mayor valor desde diciembre de 2002, apenas superada por el dato de 2015 (10,7%).
Este año, hasta septiembre (último dato disponible) el incremento anualizado de la inflación era del 4,1%, una cifra superior a la registrada el año previo a la asunción de Bolsonaro.
3. Mayor pobreza
Leopoldo Tornarolli, economista e investigador del Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales (Cedlas), explicó en su cuenta de Twitter que la pobreza en Brasil había caído en 2020 por el efecto de un programa de transferencia masiva de ingresos a los sectores más desprotegidos (llamado “Auxilio Emergencial”), pero advirtió que en 2021, una vez finalizado el plan de asistencia, los niveles volvieron a aumentar.
El especialista sostuvo que, de acuerdo con los datos del Banco Mundial, la pobreza cayó del 26,2% en 2019 al 18,8% en 2020. No obstante, remarcó que otras mediciones, como las del Instituto Brasilero de Geografía y Estadística (IBGE, por sus siglas en portugués), de la Fundación Getulio Vargas y la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) muestran una caída de entre 1 y 2 puntos porcentuales.
En 2020, el gobierno brasileño implementó el programa “Auxilio Emergencial”, que consistió en una transferencia mensual de dinero a las familias en situación de vulnerabilidad. Esta transferencia de recursos ayudó a que los ingresos de muchas personas superaran la línea de la pobreza.
No obstante, en 2021 los niveles de pobreza volvieron a subir. Las proyecciones de Tornarolli, realizadas en base a la Encuesta Nacional por Muestra de Hogares del IBGE (similar a la Encuesta Permanente de Hogares -EHP- que realiza el INDEC), sostienen que pasó del 24,4% en 2020 al 29,3% en 2021, una cifra que supera en casi 3 puntos porcentuales a los valores registrados en 2018, previo a la asunción de Bolsonaro.
4. La desigualdad se mantiene
Como se explica en esta nota, el coeficiente o índice de Gini es el indicador más utilizado para medir la desigualdad de ingresos. Dicho indicador va del 0 al 1, siendo 0 el caso de igualdad absoluta de todos los ingresos y el valor 1 el caso extremo de desigualdad (donde todas las personas tienen ingresos nulos y una sola persona se lleva el total). Es decir, cuando aumenta el Gini, aumenta la desigualdad.
En 2018, año previo a la asunción de Bolsonaro, el coeficiente de Gini era de 0,545. En su primer año de gestión, el indicador se ubicó prácticamente igual (0,544) y en 2019 bajó a 0,524.
Sin embargo, en 2021 volvió a aumentar y se ubicó nuevamente en 0,544, el mismo valor que en 2019 y prácticamente similar a 2018.
5. Caída en la tasa de homicidios
Durante la Presidencia de Bolsonaro se redujo un 19,2% la tasa de muertes violentas intencionales (que incluyen los homicidios dolosos, los robos seguidos de muerte, las lesiones seguidas de muerte y las muertes por intervención policial), según el Foro brasileño de Seguridad Pública.
De acuerdo con los datos de esta organización, en 2018 la tasa de muertes violentas cada 100 mil habitantes era de 27,6, y bajó a 22,7 en 2019, en el primer año de gestión de Bolsonaro. En tanto, tras un incremento en 2020 (23,8), volvió a bajar a 22,3 en 2021.
No obstante, el Foro señaló que “Brasil sigue conviviendo con escenarios de extrema violencia”. Y enumeró que en 2021 también se registraron 65.225 desapariciones (un aumento de 3,2% sobre 2020) y 14.353 suicidios (+7,4%).
6. Aumento exponencial en la deforestación del Amazonas
El Monitoreo de la Deforestación de la Selva Amazónica Brasileña realizado por el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE, por sus siglas en portugués) muestra que en 2021 se deforestaron poco más de 13 mil kilómetros cuadrados de selva tropical, el mayor número en 15 años.
De acuerdo con los datos oficiales, en 2018 se habían deforestado 7.500 km2, apenas el 25% del registro de 1995 (29 mil km2), la cifra más alta desde que se realiza la medición, en 1988.
Tras la llegada de Bolsonaro al poder, la deforestación sobre el Amazonas avanzó a un ritmo mucho mayor: en 2019 se vieron afectados 10.129 km2; en 2020, 10.851 km2; y en 2022, 13 mil km2, un 72% más que en 2018.