En España hay una extraña montaña que crece con la lluvia
Esta curiosa montaña de vivos colores no deja a nadie indiferente, y además crece con la lluvia. Hoy en día se puede visitar. ¿Dónde se encuentra y cómo se ha formado? Te lo explicamos aquí.
Situada a los pies de la sierra de las Garrigues, al sur del bello municipio catalán de Cardona, emerge una extraña montaña de los colores del nácar y la arcilla. Es la Montaña de Sal, en realidad un diapiro, una compleja formación geológica que el Energy Glossary define como “una masa relativamente móvil que intrusiona las rocas preexistentes” y que crece día a día. A lo que el glosario añade: “Los diapirinos intrusionan normalmente en sentido vertical a través de rocas más densas debido a las fuerzas de flotabilidad asociadas con tipos de rocas de densidad relativamente baja”.
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Es decir, se trata de un proceso por el cual un material de baja densidad y de alta plasticidad, como la sal, aflora a la superficie tras romper los materiales más compactos que lo recubren. Un ejemplo similar ocurre cuando, en una tarta de hojaldre, la nata, situada en una capa inferior, rompe el hojaldre y sale al exterior.
Por eso la montaña de sal crece, un proceso que se ve intensificado con la erosión de las lluvias, cuando el agua desgasta las capas de la superficie, aumentando el florecimiento de las sales del subsuelo. Según señala Turismo de Cardona en un artículo de 20 minutos esta formación geológica “es única en el mundo y hoy todavía crece a medida que la lluvia la erosiona”.
Castillo del municipio de Cardona, donde se encuentran la Montaña de Sal
UNA DE LAS MINAS POTÁSICAS MÁS IMPORTANTES DEL MUNDO
Hoy en día la Montaña de Sal de Cardona es un parque cultural al que se puede acceder por debajo, a sus galerías subterráneas. Sin embargo, no hace mucho el lugar funcionaba como una mina. Y no como una mina cualquiera. La Mina Nieves de Cardona, vigente entre 1929 y 1990, fue una de las minas de sal potásica más importantes del mundo, una mina que hizo que la población se volcara con la explotación en detrimento de otras actividades económicas.
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Pero vayamos más atrás aún, porque, según señala el escritor y aficionado a la historia Francisco Javier Tostado “existen vestigios de la extracción de sal gema a cielo abierto en esta montaña desde hace más de 6000 años, existiendo documentos de su explotación en época romana”. En la Edad Media, tal como indica este mismo autor, “Cardona se convirtió en el centro de producción más importante de la Península Ibérica, partiendo del puerto de Barcelona hacia toda Europa”.
La aparición de la pólvora en el siglo XVIII y el descubrimiento en el interior de dicha mina de las sales potásicas pusieron fin a las explotaciones a cielo abierto. No hay que olvidarse de mencionar las malas condiciones a las que los empleados tuvieron que hacer frente durante parte de la historia de las minas, incluyendo la muerte de decenas de trabajadores.
La Montaña de Sal.
QUÉ VER EN LA MONTAÑA DE SAL
Tras el cierre de la explotación minera, la mina se transformó en lo que hoy conocemos: el Parque Cultural de la Montaña de Sal de Cardona, un destino dedicado a la explotación turística. Así, el visitante puede pasear por las galerías subterráneas de la Montaña de Sal, que se extiende a lo largo de dos kilómetros, si bien solo hay 86 metros de las mismas abiertas al público.
El interior de la Montaña de Sal es impresionante, y hoy en día sus galerías están habilitadas para el turismo.
En el camino, estalactitas, estalagmitas y cantidad de formas y colores que tienen su máxima expresión en la sala denominada Capilla Sixtina. Además, el visitante tendrá la oportunidad de asomarse a las antiguas instalaciones mineras: pozos de extracción, maquinaria y un museo que da cuenta de la importancia de la Montaña de Sal.
Capilla Sixtina de la Montaña de Sal.
¿POR QUÉ HAY UNA MONTAÑA DE SAL A MÁS DE 75 KM DEL MAR?
Hace aproximadamente 60 millones de años, la zona de contacto entre Laurasia y Gondwana sufrió grandes presiones tectónicas, lo que ayudó a que emergieran las tierras de lo que hoy es la Península Ibérica. El proceso duraría varios millones de años y provocaría que el antiguo mar interior que existía en la depresión del Ebro quedara desconectado del Atlántico y del mar de Tetis.
Aunque en el presente Cardona está a más de 75 kilómetros de las playas mediterránea, hace unos cuantos millones de años se encontraba en el borde de un mar interior o bahía: ¡lo que es hoy la depresión del Ebro!
Esto favoreció la aparición de una gran zona endorreica, produciéndose una evaporación, por lo que se depositaron grandes cantidades de sales en algunas zonas de la cuenca. Con el paso de los años, este sector endorreico se colmató a partir del transporte y deposición de margas, carbonatos o yesos, que cubrieron los antiguos depósitos de sal. A partir de ahí, las fuerzas tectónicas y el diapirismo hicieron su trabajo.
¿QUÉ ES UN DIAPIRO SALINO Y CÓMO SE FORMA?
Un diapiro (del griego διαπείρειν, que significa atravesar) es un tipo de intrusión vertical en el que un material más dúctil deformable y móvil se abre paso a través de las rocas suprayacentes más densas. Los diapiros son estructuras geológicas conformadas generalmente por evaporitas (sales, anhidrita y yeso) que proceden de niveles estratigráficos muy plásticos, sobre todo del Keuper, materiales que datan del Triásico Superior.
Cuando están sometidos a una gran presión, ascienden por las capas sedimentarias de la corteza terrestre, atravesándolas y deformándolas, en un proceso que dura millones de años: esto es lo que se conoce como diapirismo. Normalmente adquieren forma de cilindro, seta o gota y suelen ser de gran tamaño, del orden de cientos de metros a varios kilómetros de diámetro.
Además de la Montaña de Sal de Cardona, en España podemos encontrar varios grandes diapiros salinos, destacando también los de Poza de la Sal (Burgos), Cabezón de la Sal (Cantabria) o el domo salino de Pinoso (Alicante). Como podemos ver, la toponimia ya ofrece importantes pistas.