En medio de una jornada caliente, la sesión en Diputados terminó en un escándalo
Tras el fracaso de la reelección de Cecilia Moreau, el Frente de Todos logró abrir la segunda sesión de la jornada para tratar la creación de ocho universidades. Pero la oposición estalló denunciando violaciones al reglamento.
La jornada caliente en la Cámara de Diputados no acabó con el fracaso de la reelección de Cecilia Moreau. Horas después de ese episodio, el oficialismo logró iniciar una segunda sesión para tratar la creación de ocho nuevas universidades nacionales. Pero la oposición estalló denunciando violaciones al reglamento y el debate se desmadró por completo.
Minutos después de las 14.30, el Frente de Todos consiguió el quórum para abrir la sesión especial, gracias a la presencia de sus aliados de Provincias Unidas, el Frente de Izquierda y cinco de los ocho integrantes del Interbloque Federal, entre ellos los schiarettistas Carlos Gutiérrez y Natalia De la Sota.
Pero la sesión enseguida se salió de su cauce, cuando los diputados de Juntos por el Cambio (que no acompañan la creación de la mayoría de las nuevas universidades) ingresaron al recinto en tropa denunciando que la sesión era nula, porque el oficialismo dispuso tres prórrogas de horario después de las 13, cuando era la citación original.
Desde Juntos por el Cambio estallaron en gritos pidiendo la palabra y abordaron a Moreau en el estrado principal, pero la titular de la Cámara se negaba. Del otro lado del recinto, diputados del oficialismo fueron al encuentro de la oposición (en su mayoría, mujeres) al grito de “¡violentos!, ¡violentos!”.
En ese momento, los diputados quedaron al borde del enfrentamiento físico. “¡Te estás cagando la presidencia!”, le gritaba a Moreau Maximiliano Ferraro, de la Coalición Cívica, uno de los opositores más firmes de la creación de universidades.
“¡Ilegal!, ¡ilegal!”, corearon luego desde Juntos por el Cambio, y también apelaron a un cántico de cancha: “¡Borombombón, boronbombón, es un afano, suspendaló!”. Los cantos se mezclaban con los gritos que bajaban desde los palcos, llenos de invitados de los distritos donde se asentarán las nuevas universidades.
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A pesar del clima de máxima tensión, el oficialismo se disponía a continuar con la sesión y la presidenta de la Comisión de Educación, Blanca Osuna, dio un discurso de media hora para defender los proyectos, en medio de un bullicio que iba en ascenso.
Fue entonces cuando el “lilito” Ferraro, después de reclamar insistentemente la palabra, pidió una moción de orden para levantar la sesión. Los diputados de Juntos por el Cambio permanecieron parados y lograron su objetivo: dejar en evidencia que la sesión no tenía quórum. En ese momento el tablero marcaba 120 presentes, es decir, faltaban nueve.
Finalmente, y a sabiendas de que sin quórum no se podrían votar los proyectos, Moreau resolvió levantar la sesión. Los gritos siguieron, y hasta se escuchó un “¡Milman, entregá el teléfono, asesino!”, por parte de la oficialista Osuna, en dirección al diputado del PRO involucrado en la causa por el atentado contra Cristina Kirchner.
Para ese entonces, los diputados del Interbloque Federal ya se habían retirado del recinto, para no participar del escándalo.