En medio de la segunda ola, crecen las presiones para suspender clases presenciales
Nicolás Trotta cede al pedido de CTERA de limitar la asistencia en los distritos en riesgo alto, mientras que los gremios bonaerenses presionan a Axel Kicillof para la cancelación temporal.
Las clases presenciales en las escuelas fueron uno de los principales focos de debate durante la primera ola de coronavirus. Mientras el Gobierno nacional insistía en la imposibilidad de volver a las aulas, especialmente en el AMBA, los cuestionamientos de la oposición crecían. En el inicio de la segunda ola, el tema vuelve a estar en el eje: ¿Continuará la presencialidad pese al crecimiento de contagios?
Las negociaciones están a la orden del día. Gremios nacionales y provinciales presionan para suspender la presencialidad de manera temporal.
“Ante el aumento exponencial de los contagios en varios distritos de la provincia de Buenos Aires, planteamos que se restrinja la circulación de personas, y para eso se tienen que suspender diferentes actividades, lo que incluye la suspensión temporal de la presencialidad”, señaló el secretario general de Suteba, Roberto Baradel. También pidió priorizar la vacunación de los docentes.
En tanto, Nación y la provincia de Buenos Aires se muestran más cercanos a la idea de ir monitoreando de cerca la situación epidemiológica en las escuelas e ir decidiendo restricciones en aquellas zonas de alto riesgo sanitario. En la Ciudad de Buenos Aires la evaluación es otra: las clases presenciales no se tocan.
Este lunes, el viceministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak, y la directora General de Educación y Cultura (DGCyE), Agustina Vila, se reunieron con dirigentes gremiales del Frente de Unidad Docente Bonaerense (FUB) y de Suteba para acordar una estrategia de cara a los próximos días, pero las decisiones podrían cambiar si los casos positivos se desbordan y el sistema de salud colapsa.
En la reunión se constituyó un comité de crisis, conformado por el Ministerio de Salud, la DGCyE, los gremios docentes y de auxiliares, que se reunirá el jueves. Una vez más, el eje será la continuidad o suspensión de las clases presenciales.
Por su parte, el titular de la cartera de Educación nacional se reunirá este miércoles con sus pares provinciales, para ir monitoreando la situación en todo el país.
Trotta da libertad a los gobernadores
Poco antes de la reunión en la provincia de Buenos Aires, CTERA había pedidoa Trotta y a todos los ministerios provinciales de Educación “la suspensión temporal de la presencialidad en aquellas localidades, departamentos o distritos donde el aumento de casos ha sido exponencial en los últimos 14 días”.
“Frente a esta situación es necesario cuidar la salud de la comunidad educativa, docentes, no docentes y estudiantes. Este nuevo escenario debe considerarse de alto riesgo sanitario para toda la población y deben tomarse las medidas restrictivas en los distintos ámbitos que impidan la propagación del virus en resguardo de la salud de la población”, alertó el gremio.
La respuesta del titular de la cartera educativa llegó horas después a través de su cuenta de la red social Twitter. “Si las gobernadoras y los gobernadores consideran que la situación epidemiológica lo requiere y lo indican las/os especialistas, cada jurisdicción podrá limitar aún más la asistencia a las aulas sin que ello implique la suspensión de la presencialidad”, señaló.
Según el ministro, el objetivo del Gobierno es “priorizar la presencialidad cuidada en las aulas” y el “estricto cumplimiento de los protocolos vigentes”.
“El inicio del ciclo lectivo 2021 no fue absoluto, se rige por el concepto de alternancia: las/os estudiantes no volvieron a la escuela todos los días en simultáneo. Por el contrario, fue un retorno administrado, previendo la disminución de circulación y el escalonamiento horario”, recordó Trotta.
Según dijo, las restricciones a la presencialidad deberán estar en “sintonía con las dispuestas en otros ámbitos”, esto alcanza a los distritos que adopten medidas que profundicen las restricciones de circulación por presentar una mayor complejidad sanitaria. No obstante, remarcó que “la escuela no deberá ser el punto de partida” para el cierre de actividades.
“Las medidas no serán las mismas para todo el territorio en un país extenso y diverso. Serán adoptadas en la menor unidad geográfica, minimizando el impacto educativo y subjetivo en nuestra comunidad, siempre priorizando el cuidado de la salud”, agregó.
Tras meses de debate sobre el tema, Trotta concluyó que “la escuela con protocolos demuestra ser un lugar de bajo nivel de contagios y de detección temprana de casos de COVID-19″.