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En medio de protestas que causaron alrededor de 300 muertos, renunció y huyó del país la primera ministra de Bangladesh
Sheikh Hasina dejó su cargo después de semanas de violencia generalizada en las calles por las protestas estudiantiles.
La primera ministra de Bangladesh, Sheikh Hasina, renunció este lunes en medio de protestas dentro del país surasiático y después de semanas de violencia generalizada en las calles por las protestas estudiantiles que causaron alrededor de 300 muertos.
Hasina, de 76 años, asumió el cargo en enero de este año para su cuarto mandato consecutivo como primera ministra de Bangladesh después de que el partido gobernante al cual pertenece, Liga Awami de Bangladesh, arrasara en las elecciones parlamentarias.
La ahora ex ministra abandonó el país en helicóptero militar a las 14:30 hora local (8:30 GMT) acompañada por su hermana menor Sheikh Rehana, según informó el medio local Prothom Alo y fuentes citadas por el medio dijeron que partieron hacia Bengala Occidental en la India.
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En tanto, miles de personas se congregaron frente a la residencia oficial de Rasina, en Daca y, tras hacerse pública la noticia de su marcha, muchos de ellos entraron en el edificio, según imágenes de la televisión.
El canal Channel 24 de Bangladesh mostró imágenes de decenas de ciudadanos en la residencia oficial, Ganabhaban, llevándose muebles, frigoríficos y la vajilla en un ambiente victorioso. Muchos de ellos se detenían para saludar a las cámaras de la televisión, brazos en alto tras meses de protestas.
Protestas antigubernamentales en Bangladesh
Manifestantes pidieron la renuncia de la primera ministra Sjeik Hasina, que lleva más de 20 años en el poder.
Al menos 91 personas murieron este domingo en el marco de enfrentamientos entre oficialistas y opositores que piden la renuncia de la primera ministra de Bangladesh, Sheik Hasina.
De esa manera, la cifra de fallecidos a partir de los disturbios políticos que comenzaron en julio se elevaba a 283.
En tanto, se indicó que entre los fallecidos se encontraban al menos 14 policías, en tanto que unos 300 resultaron heridos.
La inestabilidad política en la populosa nación del sur asiático se iniciaron en junio por denuncias contra politizadas cuotas de admisión a cargos públicos.
Según el sitio Actualidad DW, los disturbios fueron creciendo hasta convertirse en los peores para Hasina en sus dos décadas de gestión.
En junio las fuerzas armadas habían logrado neutralizar la protesta, pero en los últimos días de julio volvieron a recobrar virulencia.
Este domingo, miles de personas, muchas armadas con palos, la céntrica plaza Shahbagh de la capital Daca y se produjeron batallas callejeras en varios lugares de la capital, así como en otras ciudades importantes, indicó la policía.
En la misma jornada, entró en vigor un toque de queda decretado por el Ejército en Daca y otras ciudades, por un período indefinido.
La primera ministra Hasina dirige el país desde 2009 y ganó sus cuartas elecciones consecutivas en enero, en unos comicios sin una oposición real.
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Grupos de derechos humanos acusan al gobierno de Hasina de usar indebidamente las instituciones del Estado para afianzarse en el poder y acabar con la oposición mediante ejecuciones extrajudiciales, entre otras medidas.
Las marchas comenzaron en julio cuando los estudiantes pidieron que se abandonara un sistema que reservaba el 30% de los puestos en el gobierno a familiares de veteranos, pero derivaron en choques violentos en los que murieron más de 200 personas.
Entonces, el Gobierno cerró escuelas y universidades de todo el país. Además, se impuso un toque de queda con la orden de disparar a quien no lo cumpliera y se restringió el acceso a Internet. Se estima que hay al menos 11 mil personas detenidas en las últimas horas.
Los manifestantes hicieron una llamada a la “no cooperación" e instaron a la gente a no pagar los impuestos ni las facturas de la luz ni acudir a trabajar el domingo, un día laborable en Bangladesh. Oficinas, bancos y fábricas abrieron, aunque los trabajadores en Daca otras ciudades tenían problemas para llegar a sus puestos.
En tanto, miles de miembros del Partido Liga Awami, que gobierna el país, y sus organismos asociados tomaron las calles en contramanifestaciones, lo que incrementaba el riesgo de confrontaciones violentas.